10 agosto, 2023

Sostenibilidad y rentabilidad: la combinación del éxito

Arturo Castro febrero 26, 2015

Una empresa exitosa es incapaz de funcionar en una sociedad fracasada. Al mismo tiempo que se construye un mundo mejor, las acciones de
sostenibilidad brindan retorno económico y otros beneficios.

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La rentabilidad a largo plazo de una empresa está estrechamente relacionada con su capacidad para operar de manera sostenible en un mundo cambiante.

Así lo asegura la presidente de la Alianza Empresarial para el Desarrollo de Costa Rica (AED), Alexandra Kissling Jiménez, quien explica que son varias las razones sobre las que se asienta esta mutua relación entre empresarialidad y sostenibilidad.

“La sostenibilidad influye sobre las expectativas de los consumidores y las preferencias del mercado. Cada vez más, los consumidores buscan productos y servicios que sean respetuosos con el medioambiente y que sean socialmente responsables. Aquellas empresas que fallen en adaptarse a estas demandas podrían perder cuotas de mercado y enfrentar dificultades para mantener su rentabilidad a largo plazo. Por otro lado, aquellas que incorporen la sostenibilidad en su estrategia empresarial pueden captar a un grupo creciente de consumidores preocupados por estos temas”, dice Kissling.

Bettina Cassegrain, directora técnica y líder global de Aseguramiento de HLB Internacional, dice que, aunque nos centramos en los aspectos éticos y en hacer lo correcto, debemos tener en cuenta “que la sostenibilidad también se trata de ganar dinero”.

“El interés del inversionista en las normas de información que el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) está emitiendo es un claro indicador de que este es el caso. La implementación de prácticas sostenibles puede conducir a ahorros significativos de costos durante un período más largo. Algunos ejemplos son las empresas que adoptan tecnologías de eficiencia energética o aquellas que utilizan los recursos de manera más responsable. Ambos pueden reducir los gastos operativos, como las facturas de energía y los costos de eliminación de desechos, a veces de manera significativa. Seguir prácticas como las mencionadas requiere que las empresas innoven y optimicen sus operaciones. Esto, a su vez, puede conducir al desarrollo de nuevos procesos, productos o incluso tecnologías más eficientes, que produzcan menos residuos y, por lo tanto, permitan aumentar y mejorar la productividad”, dice Cassegrain.

Si desea leer el artículo completo, puede encontrarlo en la página 42 de nuestra edición digital.