14 julio, 2015

Miguel Facussé Barjum, centroamericano de alma, vida y corazón

Roberto J. Argüello septiembre 2, 2014

Centroamérica despide al ʽ‘Tío Mike’, quien deja una profunda huella en la región.

El pasado 22 de junio, murió, en Tegucigalpa, el empresario Miguel Facussé Barjum, una leyenda empresarial centroamericana.

Conocido como amigo de sus amigos, un centroamericano de alma, vida y corazón, como lo soñó en su momento el general Francisco Morazán, hondureño hasta su último hueso, gran educador, excelente esposo, padre, abuelo y bisabuelo, don Miguel era una extraordinaria persona en todo sentido de la palabra. Tuve el honor de conocerlo muy bien, de apreciarlo, quererlo y admirarlo.
Don Miguel es uno de los verdaderos Creadores de riqueza en Centroamérica y Panamá. Sobre él, se pueden escribir múltiples libros acerca de su pensamiento y sus obras.

Nosotros, en CEO Advisors, habíamos dedicado todo un capítulo sobre don Miguel, el cual he tenido que cambiar debido a su inesperado deceso.

Cada vez que visitaba Tegucigalpa, le escribía para verlo y siempre recibía correo electrónico o llamada de su asistente de toda la vida, doña Aracely Henríquez, dándome la cita. Don Miguel siempre me recibía a las 11:15 a. m., lo cual nos daba tiempo de platicar y luego de almorzar en la sala de juntas. Siempre me preguntaba, a través de doña Aracely, si la plática iba a ser sobre nuestra mutua Alma Mater Notre Dame o de negocios, ya que si era sobre este último tópico lo acompañaba su hijo Miguel Mauricio y su vicepresidente de Finanzas, Roger Enrique Pineda Pinel.
Don Miguel estaba casado con doña Vera Sáenz de Facussé, con quien procreó a sus hijos: Marcela, Orietta, Elisa, Lorena, Miguel Mauricio y Roger. Sus hijos le dieron 20 nietos y 26 bisnietos.

Último encuentro

La última vez que lo vi fue en junio del 2014. Después de visitarlo en sus oficinas, fuimos juntos al aeropuerto de Tegucigalpa. Al momento de chequearnos, nos dijeron que el avión de American tenía un mínimo de cuatro horas de atraso. Una vez chequeados, en vez de quedarnos en el aeropuerto de Toncontín, don Miguel me invitó a su casa, en la capital, donde pasamos cuatro horas platicando sin parar.

Tomé excelentes notas, las cuales revelaré en la parte final de este capítulo de Creadores de riqueza de Centroamérica y Panamá.