• 8 abril, 2024

Emprendiendo en equipos de seguridad industrial

Emprendiendo en equipos de seguridad industrial

Las ganas de crecer y superarse a nivel personal y profesional inspiran a Gustavo Tinker a vencer cualquier reto en su vida.

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Por Milagros Sánchez Pinell

Desde pequeño siempre le gustó la idea de tener su propia empresa y de ocupar la posición de CEO, un pensamiento que materializó gracias a que sus padres le inculcaron la importancia del trabajo duro y a su espíritu emprendedor.

Hace tres años, Gustavo Tinker fundó Dimati, una empresa en el sector de venta y distribución de todo lo relacionado a la seguridad industrial en el mercado panameño.

En el 2023 la empresa creó su propia marca de botas llamada ProTink con el objetivo de ofrecer a sus clientes un calzado de buena calidad y a un precio muy competitivo en el mercado.

“Vimos muchas botas en el mercado que a los clientes se les dañaron al tercer mes y estaban muy insatisfechos. Una bota mal fabricada o de mala calidad puede ser muy peligrosa si la persona es expuesta a algún accidente en su trabajo. Por esa razón quisimos brindar una bota que brindara todos los estándares de seguridad a buen precio”, explicó.

Además, la compañía vio la necesidad de tener su propio inventario para evitar depender de otras empresas y poder satisfacer la demanda de sus clientes en tiempo y forma.

Nuestro destacado emprendedor nació en Panamá hace 27 años. Estudió Business Administration con una especialización en Management en American University en Washington D. C. en el Kogod School of Business.

Es el único de su familia que decidió otra carrera distinta a la medicina. Su padre es ginecólogo obstetra, su madre es radióloga y su hermana mayor también es doctora.

Se define como una persona creyente en Dios, honesta, responsable y muy insistente. Le gusta que las cosas se hagan y se resuelvan rápido, aunque, reconoce que, a veces, eso lo hace un poco impaciente.

Además de fundador, Gustavo ocupa el cargo de director general de Dimati. Aunque considera que su principal tarea es velar por el equipo de trabajo, también es su responsabilidad velar por el funcionamiento de la empresa.

“Pienso que el equipo de trabajo que conforma una empresa es el valor más importante que tiene. Me gusta escucharlos y hablarles mucho, así como darles consejos. Me gusta que nos mantengamos comunicados en todo momento. Por otro lado, me mantengo investigando de qué manera podemos crecer nacional e internacionalmente o de otra forma”, señaló.

Cabe destacar que se considera un líder estricto, pero amigable porque le gusta que el personal se sienta cómodo en su trabajo y vean en él una persona de confianza.

“Me apasiona mucho liderar un equipo y ver cómo algo crece poco a poco. Llegar a ver lo que uno ha construido por sí solo es una satisfacción muy grande. También, cuando recibimos mensajes de clientes del buen producto y servicio que brindamos”, remarcó.

Aprendiendo en el camino

Nuestro roaring 20 antes de emprender, trabajó en la financiera Atlanticus Holdings Corporation en Atlanta, donde aprendió que los trabajos en Estados Unidos, en relación con los de América Latina, demandan mayor responsabilidad y rigurosidad.

De forma anecdótica recordó cuando su jefe en la financiera le pidió fotocopiar un reporte para un cliente y lo hizo mal, según lo solicitado por su superior. En ese momento le hizo saber que cómo podía confiarle trabajos grandes si en los pequeños le quedaba mal. Justo allí entendió la importancia de los detalles.

“Desde ese día me he vuelto muy atento a los detalles en mi vida profesional y personal. Y me he vuelto un máster en sacar copias” reflexiona en un tono divertido.

Esa experiencia laboral, más la acumulada como emprendedor, le ha enseñado todo lo que conlleva manejar una empresa, teniendo que hacer desde aseador, contador, vendedor, gerente, hasta mensajero de su propia compañía.

“Pienso que hasta que uno experimenta lo que es llevar una empresa es hasta cuando uno verdaderamente aprende muchísimo de todas las áreas de un negocio. ¡Y también de los muchos errores que uno comete en el camino!”, dijo.

De insumos médicos a productos de seguridad industrial

Su incursión en el mercado de seguridad industrial se dio de forma fortuita. Después de un año en Atlanta, donde trabajó un tiempo, Gustavo regresó a Panamá y decidió, durante la pandemia del COVID-19, comprar un contenedor de mascarillas para vender.

Aunque las expectativas del negocio eran mayores a las alcanzadas, la experiencia le permitió conocer a Gabriela Ramírez, quien, hoy en día, es la jefa del departamento de Ventas de Dimati y un punto importante en el desarrollo de la empresa.

“Cuando estaba vendiendo mascarillas y otros insumos médicos, la conocí y comenzamos a trabajar de la mano. Después de un tiempo, me comentó que antes trabajó en una empresa de seguridad industrial y pensaba que toda esta industria se reactivaría una vez que la pandemia pasara”, explicó.

Como resultado de esa conversación compraron algunos productos de seguridad que Gabriela fue vendiendo poco a poco. Algunos meses después comenzaron a generar más ganancias que los insumos médicos y Gustavo decidió enfocarse únicamente en seguridad industrial.

Admite que como emprendedor ha tenido muchos desafíos como asumir el compromiso de que el éxito o fracaso depende de él y recae en él, garantizar el sueldo de todo su personal y trabajar el doble para que el negocio crezca rápido y bien.

“Es difícil. Al principio hubo meses que ignoraba cómo iba a pagarle el salario del siguiente mes a mis colaboradores, pero, después salía una gran oportunidad y todo se arreglaba. Sin duda, los momentos que me hicieron ver cómo la empresa crecía poco a poco son los que más me llenan.  Tengo muchas cosas o ideas en mente que todavía quiero hacer. Me gustaría mucho explorar y emprender en varias industrias”, expresó.

Por otro lado, aprovechando su experiencia en el mundo del emprendedurismo, aconseja a otros jóvenes que continúen con sus sueños porque emprender enseña.

“Siempre he pensado que cuando algo te gusta y tienes ganas de llevarlo a cabo debes hacerlo. Poder decir que construiste algo desde cero y lo llevaste a ser grande es una satisfacción que nadie te puede quitar. Emprender te enseña porque de los errores y fallas uno aprende mucho”, expresó.

Por ahora, con un proyecto que va por buen camino, Gustavo continúa disfrutando de las caminatas y de un buen café junto a su novia Isabel Polo mientras visualiza su marca de botas ProTink bien posicionada en el mercado internacional y la empresa Dimati como un referente en cuanto a seguridad industrial.

Etiquetas: emprendedor / Logística / Negocios / Panamá / Roaring 20

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