24 octubre, 2024

El chef que transforma sueños en sabores

Noé Carmona Cuevas, oriundo de Loja, Ecuador, representa un ejemplo de perseverancia y pasión en el mundo culinario.

Por Milagros Sánchez Pinell

Su vida y carrera profesional como chef y empresario están marcadas por una historia de humildad y arduo trabajo que se mezclan exquisitamente con la tradición, innovación y dedicación.

Hace dos décadas, junto a sus socios, fundó Noe Sushi Bar, el primer restaurante de sushi y fusión japonesa en Ecuador que recientemente inició su expansión internacional con la apertura de su primer local en Miami.

Hoy en día, Noé Carmona Cuevas, quien acumula 30 años de experiencia, es un chef respetado y talentoso, cuya trayectoria está definida por la perseverancia y el amor por la cocina.

Su historia nació en una zona rural de Ecuador, donde la agricultura era esencial para llevar el pan a la mesa y el trabajo era parte de la infancia.

Durante el trayecto a la escuela, el cual le tomaba dos horas para poder llegar, Noé soñaba con buscar mejores oportunidades en la capital ecuatoriana. Finalmente, a los 18 años, se mudó a Quito, donde trabajó en restaurantes y hoteles, enfrentando grandes desafíos como dormir en la calle por falta de recursos.

Pese a las adversidades logró formarse académicamente como chef en el Instituto Superior Tecnológico Sudamericano (INTESUD). Sin embargo, su pasión por la cocina nació en su hogar, donde, siendo uno de diez hermanos, aprendió a cocinar a temprana edad.

Con el paso de los años y bajo la tutela de chefs japoneses, aprendió que la cocina es mucho más que simplemente preparar alimentos: es una forma de arte que requiere conocimiento profundo y respeto por cada ingrediente.

Desde entonces aprendió que el verdadero arte del sushi es más que una habilidad técnica, es también la capacidad de garantizar la frescura y la calidad de cada plato. De eso y más conversó con Vida y Éxito.

¿Puede compartirnos una anécdota de su infancia en la cocina?

Recuerdo que tenía problemas con la cocción del arroz porque siempre se me hacía “soposo”. Ese era uno de mis problemas en la cocina porque el resto lo hacía muy bien. Creo que el arroz de sushi lo empecé a preparar desde muy temprano y ahora soy experto en el arroz de sushi.

¿Por qué soñaba con ir a la capital?

Me hablaban tan bonito de la capital que sembraron un sueño en mi corazón. Desde allí siempre quise ir a trabajar e ir a ver nuevas cosas porque, por más que mi tierra era bonita, el futuro económico era inexistente ya que faltaban las oportunidades.

¿Cómo llega a la gastronomía japonesa?

El hambre te inspira y despierta tus sueños. Trabajé en restaurantes de diferentes estilos de comida hasta que me encontré con la comida japonesa trabajando en un hotel. Recuerdo que trajeron un chef de Japón y nos capacitaron para abrir un restaurante japonés en Quito. Fue un aprendizaje exigente porque ellos creen mucho en la actitud y en los buenos hábitos como persona. Sus enseñanzas me impactaron mucho y mis ganas de aprender me dieron fuerza para poner más empeño y trabajar en la cocina.

¿Allí es cuando descubrió el sushi?

En ese entonces todos desconocíamos el sushi. Recuerdo que vino el chef japonés, puso un pescado en la mesa, lo fileteó, puso soya y nos dijo, buen provecho. Nunca nos imaginamos que lo comeríamos crudo. Esa primera vez me encantó el sabor del pescado fresco con la soya. Desde allí me enganché con la comida japonesa por su sabor, su sutileza y su belleza. Es una comida deliciosa y saludable.

¿A quiénes considera sus principales mentores?

A mis padres. Mi madre por sus enseñanzas y su amor, quien desde muy pequeño me enseñó mucho, incluso cómo cortar una cebolla. Mi padre siempre fue una persona que nos inculcó la disciplina, el trabajo y la responsabilidad. Y a nivel profesional con el que más me identifico, sobre todo en la gastronomía japonesa es el chef Ken Namba. Agradezco a cada uno de ellos porque creo que cada persona que toca tu vida lo hace como una bendición. De ellos he aprendido a escoger lo mejor y ponerlo en práctica.

¿Cómo selecciona los ingredientes para preparar sus platillos?

La selección de ingredientes es crucial y deben ser siempre frescos. Me interesa conocer cómo se maneja el producto desde su origen. En Ecuador, normalmente hacemos visitas a las plantas de los proveedores para entender sus procesos, ya que esto también afecta nuestras recetas. Necesitamos garantizar un producto seguro y de alta calidad. Nuestros proveedores son aliados estratégicos de la empresa y juegan un papel importante en mantener la calidad de nuestras recetas y productos.

¿Cómo se mantiene innovador y actualizado?

Creo que es fundamental escuchar a tus clientes y tener en cuenta sus sugerencias, ya que a veces surgen ideas muy innovadoras tanto de tu equipo como de ellos. Yo viajo mucho para buscar nuevos ingredientes y explorar nuevas alternativas. Creo que la esencia de lo que uno hace está en esos detalles, y ahí es donde se marca el sello personal. Es importante mantenerse actualizado constantemente y diferenciarse, siempre en el buen sentido de la palabra.

¿Cuándo abrió el primer restaurante y cómo califica la experiencia de empresario?

Abrimos en 2004 en el parque Cumbaya en Quito, Ecuador. Ya tenemos más locales y gracias a Dios todos funcionan bien. Además, tenemos clientes satisfechos y colaboradores que han cumplido sus sueños. Durante estos 20 años nos ha ido bien, aunque hemos aguantado cosas fuertes como la pandemia. Sin despedir a ningún empleado salimos adelante y es algo que la gente valora. En ese entonces, planificamos bien todos para buscar cómo salvarnos y lo hicimos. La empresa creció y seguimos creciendo.

¿Entiendo que tienen varios locales en Ecuador?

Sí, son 38 locales bajo nuestras cuatro marcas: Noe Sushi Bar, que fue la primera que abrimos, Kobe Sushi, Chef Choy y Nubori Experience.

¿Cómo los está tratando Miami?

Hemos estado llenos. El mercadeo ha sido de boca a boca con clientes satisfechos que me han impresionado. Ahora estamos en una curva de crecimiento y la idea es replicar el negocio. Hay proyectos, posiblemente, en Europa.

¿Cuál ha sido el mejor comentario recibido?

He recibido muchos comentarios bonitos, pero uno que realmente me llegó al corazón fue cuando me dijeron que gracias a mí aprendieron a comer sushi y ahora lo disfrutan sus hijos y nietos. Desconocía el impacto tan profundo que nuestro trabajo tiene en las personas. Agradezco mucho a nuestros clientes, ya que son el corazón del negocio.

¿Qué le diría el Noé empresario al niño Noé?

Le diría: Gracias por soñar y por ser ese niño que siempre confió y tuvo fe. Una fe que proviene de casa. Los principios y valores que aprendiste desde pequeño, aunque a veces incómodos, te han servido para toda la vida. Recuerda que el trabajo es una bendición cuando se hace con buenas intenciones. Los principios y sueños que sembraste desde niño son los que te han llevado hasta aquí.

Finalmente, ¿cómo se define?

Desde el inicio de este negocio, mi sueño ha sido servir. Creo firmemente que cuando Dios te bendice, es para que bendigas a otros. Debes servir, ayudar y formar a tus colaboradores, además de atender bien a tus clientes y a la sociedad. Me considero una persona tranquila y sencilla, con virtudes y defectos. Aunque nadie es perfecto, creo en la mejora continua, tanto personal como profesional. Soy un hombre de familia, a quienes amo profundamente y son el motor de mi vida.