• 14 octubre, 2017

Santa Ana Country Club contribuirá a generar conectividad de fauna local

Santa Ana Country Club contribuirá a generar conectividad de fauna local

Santa Ana Country Club inició este año, su programa de reforestación denominado Ceiba. Aún en pequeña dimensión, a mediano plazo, se espera generar conectividad de fauna local entre parches boscosos hacia los cerros de Escazú, al crear nuevas fuentes de alimentos y sitios para la reproducción. Aves, ardillas, murciélagos e incluso otros animales como osos perezosos podrían beneficiarse. Además, el club será un banco de germoplasma en estado natural – árboles que producen semillas.

La plantación de más de 600 árboles de especies nativas en los jardines, senderos y zonas boscosas del club, apunta a una regeneración paulatina en su terreno, usando como modelo la zona de vida bosque húmedo premontano (BHP), uno de los más alterados y reducidos en Costa Rica. Se rehabilitarán siete hectáreas de las ocho que conforman el proyecto, el único club que incluye criterios de sostenibilidad desde la etapa de diseño y edificación.

Más de 600 árboles de 50 especies nativas se plantarán como parte de su programa de reforestación.

Si bien, en el club existen dos árboles Ceibas de 50 años o más y de al menos 30 mts de alto, el terreno actual está cubierto por pastos y plantas invasoras muy agresivas, introducidas previamente para ganadería, mientras que el BHP es un valioso reservorio para la conservación de la biodiversidad nacional. Expertos señalan que este ecosistema representa tan sólo 1.75% (9000 ha) de su cobertura original y existe una tendencia hacia su fragmentación. Este comportamiento y la continua reducción de los bosques por deforestación constituyen amenazas contra la integridad de los ecosistemas.

Aparte de la belleza escénica, los bosques generan otros beneficios. Ayudan en la purificación del aire, regulan la temperatura por las copas de los árboles -hasta en 6 grados de diferencia, son barreras naturales contra el ruido y polvo. Además previenen la erosión de los suelos.

Armando Soto, botánico a cargo de Ceiba señaló que iniciativas como la de Santa Ana Country Club son clave para el país. “Hay esfuerzos públicos como las áreas silvestres protegidas, que ya ocupan 25% del territorio nacional, pero la mayoría de la población está en las áreas urbanas. Por eso, el aporte de las empresas toma importancia: es donde está la gente y dónde más se necesita”, acotó.

Por su parte, Laura Cruz, gerente de sostenibilidad de Garnier & Garnier Desarrollos Inmobiliarios, socio desarrollador del proyecto, reiteró el compromiso del club en proveer espacios para la calidad de vida al invertir en el programa Ceiba, con una primera inversión que supera los US$ 40.000. “Desde la concepción de Santa Ana Country Club, se pensó como un oasis para las personas y una especie de santuario para la naturaleza. Así, nuestra filosofía de sostenibilidad apoya la visión de compartir bienestar con nuestros socios y más allá, aportar a la sociedad costarricense, afirmó.

Reforestación de especies nativas

El proyecto Ceiba se desarrollará por etapas, durante dos años, liderado por un equipo interdisciplinario de ingenieros forestales y biólogos ornitólogos, en un trabajo conjunto con Green Plan. De setiembre a octubre del 2017, se dará la primera fase, con la siembra de 202 árboles, entre los que destacan las especies Capulín, Dama, Targuá y Guitite, de alto valor para atraer fauna local. En el 2018, se continuará, sujeto a la construcción, para no afectar el crecimiento de los árboles.

Previo a la siembra, se marcaron brinzales o árboles pequeños de regeneración natural, para aprovecharlos en la cobertura y mejorar la riqueza del sitio. Ya en la plantación se define un patrón de siembra que permite manejar una densidad alta y lograr cobertura en menor tiempo, introduciendo especies que armonicen en función de su tronco, color y vistosidad de sus flores y frutos, así como follaje deciduo o no, y atractivo.

“Pensamos en varios paisajes. La intervención inmediata se realiza con árboles de 2,5 metros en áreas de mediana densidad y de 1 metro en los suelos difíciles. Esperamos que en cinco años alcancen 6 metros, para que en 15 o 20 años, el escenario sea el de un bosque húmedo premontano, una zona de vida con paisaje cambiante. Ese es nuestro reto”, enfatizó Soto.

Ceiba utilizó como base el “Reglamento para la Arborización y Recuperación Ambiental de los Espacios Públicos (aceras y parques comunales) y Áreas Degradadas en el cantón de Santa Ana”. “Buscamos la restauración ecológica que permita la interconexión mediante corredores naturales y urbanos a favor de la fauna. El reglamento municipal pretende ser una guía estratégica que orienta a los ciudadanos para asumir la responsabilidad socio-ambiental colectiva para el disfrute paisajístico entre lo urbano y lo natural. Desde otra óptica, es rescatar la herencia cultural de cantón verde, a beneficio de la naturaleza y la comunidad”, destacó el Ing. Helmut Johnson, gestor ambiental del Municipio.

Etiquetas: Ceiba / fauna / Santa Ana Country Club / siembra de árboles / sostenibilidad

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