Jerah se convierte en una propuesta gastronómica irresistible, al ofrecer lo mejor de sus platillos , y algo más
Desde que se entra, los sabores exóticos son la carta de presentación, que van de la mano con la impecable decoración y el ambiente acogedor,perfectos para una inolvidable velada.
En mayo pasado, abrió sus puertas en Guachipelín de Escazú, Jerah, espacio que promete regalar a sus comensales la mejor de las experiencias gastronómicas, cuando de sentidos se trata.
Amantes de los sabores
Este sueño, que cada día complace hasta a los paladadres más exigentes, nació en Jacó hace dos años y medio por el deseo del chef y panadero alemán Christian Schwendt y su esposa, de compartir todo su conocimiento y experiencia profesional de más de 30 años en distintos países, a través de platillos y sensaciones inigualables.
El restaurante ha crecido y enamorado a quienes los visitan, por lo que, junto a su amigo, también alemán, Roland Henkel, gerente hotelero de gran experiencia, decidieron abrir las puertas de un espacio igual, pero en San José.
Los dos vivieron en Tailandia y se enamoraron de su cultura y sabores, por lo que se dedicaron a crear y habilitar el espacio, cuidando hasta el mínimo detalle, con gran pasión.
Complacer los sentidos
Su norte es claro. Cada día, al abrir las puertas, tienen un único objetivo, que los clientes disfruten de platillos deliciosos, de altísima calidad y salgan con una sonrisa.
Cada pedido, supervisado por Christian, debe salir a la mesa impecable y su sello único, es que todo es hecho en casa, desde las pastas, salsas, panes y postres.
Los distingue, además, que los ingredientes como verduras y carnes se compran a productores nacionales, y los fideos de arroz, leche de coco o especias se importan de Tailandia, para dar a cada preparación ese sabor único.
Aquí se puede pedir de entrada una ensalada Paw paw, con papaya, semi madura, aromatizada con salsa de pescado, azúcar integral, tomates, limones, ajo, chilis, vainicas, culantro y maní, o una deliciosa sopa Tom Kha Gai, clásica de Tailandia, preparada con leche de coco, cebollín, jengibre, limoncillo, culantro, tomates, hojas de cal kaffir, cebollas, setas y galangal. O los Thai Spring Rolls fritos, de carne, pescado camarones, o veganos.
Como plato principal, los Phad Krathiam Prikthai, frescos vegetales salteados con ajo, salsa de ostra chili, culantro fresco – servidos con arroz blanco, o el Phad Thai, fideos de arroz servidos con huevito frito y en una salsa de tamarindo dulce, con vegetales frescos y culantro.
No pueden faltar los curries, rojo, verde y amarillo y también hay suculentos postres hechos en casa y platos para niños.
En Jerah se ofrecen también en especialidades internacionales, por lo que los comensales podrán disfrutar de filete de res, chuleta de cerdo, chuleta de cordero, pescado, pastas, pollo parmesano, entre otros.
“El paladar del costarricense ha cambiado, porque ahora viaja más, a veces vienen temerosos, pero una vez que prueban, se enamoran. La comida tailandesa no es tan exótica, como la gente lo piensa, creen que todo es picante, pero en realidad es especiado, de sabores intensos” comenta Henkel.
Espacio acogedor
Armonía y calidez, son elementos que Roland y Christian eligieron cuidadosamente a la hora de decorar.
Una bella fuente adorna el acogedor patio del espacio, que tiene capacidad para 40 comensales.
El restaurante se presta para celebraciones de cumpleaños, reuniones especiales con amigos, y también dan el servicio para reuniones corporativas o familiares, preparando un menú especial para la ocasión.
Y como para la buena comida, no puede faltar un buen vino, ofrecen en su carta italianos, españoles, chilenos, alemanes, argentinos y de California.
Tienen también cervezas nacionales, internacionales y apoyan una empresa que produce cerveza artesanal.
“Queremos que los clientes disfruten de nuestro servicio y exclusiva gastronomía, nos esforzamos por crearles una experiencia y ambiente increíbles, que van más allá de un buen platillo” concluye Henkel.
Jerah se ubica en Escazú, Guachipelín, de Distrito 4,200 metros al sur, frente a Giacomin y en Jacó contiguo a Jacó Blu Beach Club.
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