En menos de dos años, Nicole Ríos ha convertido su emprendimiento en una marca de postres muy apetecidos.
Por Milagros Sánchez Pinell
Quién le iba a decir a Nicole Ríos, que una pandemia truncaría su ilusión de realizar su pasantía como chef en un restaurante dos estrellas Michelin en España, y terminaría emprendiendo un negocio de pastelería en Nicaragua, bajo la marca de Nicoletta.
Sin duda lo inesperado es lo que te cambia la vida. Eso lo sabe muy bien Nicole porque, casi dos años después de ese giro de 180 grados, está feliz y orgullosa por la joven que es hoy: una chef empresaria.
Desde su pastelería Nicoletta, ofrece exquisitos postres donde nadie se puede resistir a un pudín de coco, un pie de limón, un churro cake y ni hablar de sus famosas cookielettas.
Según nuestra experimentada chef, el secreto de su éxito se basa en darle un giro diferente a los postres y ofrecer siempre algo nuevo. “Eso ha enganchado a la gente con mi marca porque siempre quieren estar probando algo nuevo”. De ahí su slogan Pastelería Creativa.
Ciertamente Nicole nació para cocinar. Tanto es así, que fue la única mujer de su promoción en graduarse con excelencia académica de chef con doble diploma (pastelería y cocina salada) en el Cordon Bleu de Madrid, España.
Desde pequeña amó la cocina, al punto que ella podría jurar que nació con una batidora en la mano. Incluso, muchas de sus piñatas tenían como temática su gran pasión por el arte culinario.
“De chiquita estaba metida en la cocina, yo buscaba un banquito, agarraba un cucharón y me ponía a revolver. Nunca me daba miedo la cocina, yo ahí le metía el dedo a la sopa, lo que sea. Dice mi mamá que era como tener metido un ratoncito en la cocina porque estaba ahí pellizcando todo desde como los tres años”, recuerda.
De mercadeo digital a la cocina
Cuando terminó la secundaria, Nicole estaba clara de lo que quería hacer en su vida, pero sus padres le aconsejaron que estudiara otra carrera. Si su vocación era ser chef, podía prepararse para ello después que finalizara sus estudios en Mercadeo Digital en Austin, Texas, y trabajara durante un año.
“Un mes antes de cumplir el año de trabajar les dije a mis papás que iba a renunciar y que me iba a ir a estudiar cocina. Ellos pensaron que ya se me había olvidado pero yo estaba muy determinada. Recuerdo que les dije que era mi chance, que ya había cumplido lo que ellos querían y aunque la carrera (diseño digital) me gustó, yo quería otro camino”, relató.
Fue así que sin darle más vueltas al asunto, Nicole se fue a Madrid, España, a vivir el sueño de su vida: ser chef. Su experiencia, según relata, fue muy bonita y exigente porque sus maestros se esmeraban en empujarla a su máximo nivel.
Ya con su diploma en mano y lista para “comerse el mundo», la pandemia del COVID-19 la obligó a regresar a Nicaragua. Para contrarrestar el aburrimiento de estar encerrada por el virus, decidió compartir recetas en su cuenta en Instagram, las que fueron muy bien acogidas por sus seguidores.
Al poco tiempo surgió la idea de vender postres por encargo a través de sus redes sociales y ahí empezó a tejerse una historia que le ha dado muchas satisfacciones y la reta todos los días como chef y empresaria.
Cabe mencionar que el ser determinada, soñadora y apasionada siempre ha sido la marca personal de Nicole, características que le han valido para el crecimiento de su negocio.
Oficialmente Nicoletta, a como le llamaban a ella de niña, comenzó el 30 de mayo del 2020. Ese inicio la llevó a extensas jornadas de trabajo y noches de desvelos hasta que decidió emplear una persona. Hoy en día, el equipo lo conforman ocho trabajadores y Nicole.
“Al principio era solo yo, pasé muchos días sin dormir, fue una locura total. Atendía el teléfono, programaba las entregas, tenía que estar pendiente de los insumos, hacer las compras, todo”, recordó.
Aprendiendo y enseñando
Una de las anécdotas más simpáticas de la marca es la forma en cómo su clientela se apropió del nombre, al punto que ellos mismos bautizaron a las galletas como: cookielettas.
“Lo que más boom hizo, desde que abrí, fueron las galletas. Yo saqué varios sabores de galletas gourmet: caramelo, nueces, macadamia, pistacho, entre otras, pero al final es una galleta que está super rica y diferente. Las cookielettas han sido de las cosas que más han hecho publicidad a mi marca”, indicó.
Actualmente, nuestra Roaring 20’s, es una joven diferente a la de hace casi dos años. Hoy es dueña de una tienda en donde se llena de satisfacción de ver la cara de felicidad de sus clientes cuando les empacan sus pasteles y espontáneamente dejan escapar un: “¡wow, que lindo!”
“Estoy orgullosa de mí misma por lo que he logrado, por lo que ha crecido la marca, pero sobre todo por mi crecimiento a nivel personal. Es gratificante por más duro y cansado que sea porque al final estoy donde quiero estar”, dijo.
Esta experiencia le ha enseñado que una tienda trae un sinnúmero de responsabilidades, tanto con los clientes como con sus empleados. Además ha aprendido a vivir el proceso con calma, lo que le permite disfrutarlo con sus aciertos y desaciertos. “Siempre le digo a mi equipo que he cometido miles de errores y los seguiré cometiendo, pero solo cuando lo tiran a uno a nadar es cuando se aprende a nadar”.
Nicole se confiesa una chef que cocina con el mero propósito de inspirar a otros a cocinar. Su utensilio favorito es la batidora, por eso tiene una Kitchenaid desde los 11 años de edad que todavía funciona a la perfección.
En cuanto a ingredientes dice que es difícil inclinarse por uno en particular, aunque le gusta trabajar con diferentes tipos de nueces.
Su mayor sueño es abrir una escuela donde pueda compartir todos sus conocimientos. “Me encanta enseñar, yo lo hago con mis empleados, les voy explicando todo con lujo de detalles desde por qué la leche se agrega en un momento determinado hasta el por qué usó un tipo harina”.
Y mientras concreta su sueño, Nicole seguirá deleitando a su clientela con su dulce sonrisa y sus postres exclusivos, hechos a mano y con ingredientes naturales.
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