• 2 febrero, 2023

La importancia y trascendencia del Café y de la Caficultura Americana

La importancia y trascendencia del Café y de la Caficultura Americana

Cesar Augusto Echeverry.

Por Cesar Augusto Echeverry

En el norte del nuevo continente, John Smith, es reconocido por establecer el primer asentamiento británico en el actual estado de Virginia estadounidense; llevando su cultura cafetera a Nueva Inglaterra en 1631, con lo cual puede considerarse que se inició la polinización de la Caficultura al ser el primer registro histórico de su presencia continental.

La primera referencia oficial de la bebida de Coffee en el nuevo continente data de 1668, en Nueva Inglaterra, con una infusión hecha de granos tostados, y aromatizada con azúcar o miel y canela. Estableciéndose la primer coffee house por Dorothy Jones, una emprendedora cafetera que encontró como tantas familias a través del tiempo, una manera digna de brindarle el sustento a su familia, mientras su esposo el Sr. Morgan Jones se dedicaba a la misión evangelizadora en la colonia inglesa. Por ello, Dorothy obtuvo la primera licencia en la colonia británica de Massachusetts para una casa de entretenimiento público que ofrecía las recién llegadas bebidas energizantes a base de coffee.

Como parte de la última voluntad y del legado de Luis XIV, de unos plantíos criados de semillas del Jardín de Plantas, el Doctor Isambert, (médico personal del rey Sol), afanosamente emprendió en 1716 la misión de llevar a las colonias francesas de las Antillas caribeñas algunos brotes de cafeto; pero el galeno, quién tenía la intención de adaptar y aclimatar la planta noble, al retador ambiente del trópico; infortunadamente no tuvo el éxito que esperaba y fue él mismo, quién primero sucumbió, víctima de las fiebres tropicales y con él, su ilusionante experimento Frances para colonizar con él a América.

En 1723 cumpliendo así la visión real, el ingenioso y perseverante oficial Capitán de marina Gabriel Mathieu de Clieu, logró conquistar a una de las damas de la corte y convencerla para que en complicidad con el botánico real, Monsieur de Chirac, para que le compartiera tres nobles plantas, embarcándolas en el navío mercante Le Dromedaire, durante por lo menos tres meses que demoraba en condiciones normales el viaje; pues muchas fueron las pruebas que durante casi 8.000 kilómetros en el tortuoso traslado transatlántico, pues su viaje, estuvo lleno de incidentes y avatares, en plena época de corsarios y piratas; infortunadamente, dos planticas murieron prematuramente en la travesía, el capitán heroicamente para conservar la tercera y única sobreviviente, se vio obligado a compartir su escasa ración de agua, con la tierna y vulnerable plantita por más de un mes, para poder nutrirla hasta cumplir así con su prolífica misión y pudo por fin llegar a su destino en la isla Martinica; germinando de esta forma la producción cafetera de América. Constituyéndose en menos de 300 años en el primer productor y consumidor global, cuyo producto ha trascendido como de la mayor importancia socio economía territorial, que soporto y dinamizo el establecimiento e internacionalización de las nacientes republicas latinoamericanas y que les posibilita su progreso y bienestar a futuro.

La prodigiosa y perseverante planta, después de recorrer por más de 300 años desde Yemen y más de 1.500 Kilómetros desde Martinica; en 1732 llega de manos Jesuitas a las fronteras de la actual Colombia (entonces Nueva Granada), siendo sembrado en la misión de Santa Teresa de Tabague, en la confluencia del rio Meta con el Orinoco; por el sacerdote español (Valenciano), José Gumilla, misionero, geógrafo y etnólogo, autor del libro el Orinoco ilustrado; desde donde partió cuatro años después al convento jesuita en la ciudad de Popayán, desde donde se dispersó experimentalmente por las misiones religiosas coloniales hispánicas; posibilitando el desarrollo de nuestra caficultura continental.

Después de décadas de aprendizaje experimental adaptativo y una vez se apropió que el ambiente natural más promisorio para el cultivo era el de montaña a lo largo de la cordillera oriental de los Andes, el cafeto continuó su viaje continental hasta la región nororiental  de la actual Colombia; iniciando por la antigua provincia de Santa Marta en su mítica sierra nevada del Caribe; donde ya había una incipiente colonia de migrantes Europeos, que reconocían del potencial de la caficultura, por lo que logro una rápida y entusiasta acogida. En los “pueblos capuchinos” los misioneros sembraron una variedad de especies y muy probablemente promovieron el café que ya conocían en otras misiones religiosas. Quedando evidencia histórica que el francés Pedro Cothinet, la adaptación tecnológica en cultivos de café, en las vertientes de la Sierra Nevada, con la apertura de la “Hacienda San Carlos” en el río Fundación; reportándose para finales del siglo XVIII que ya cultivaba cerca de 4.000 arbustos de café en producción; lo que puede llegar a considerarse puntualmente, como los primeros cultivos comerciales de Café en el actual territorio colombiano.

En 1813 se registra oficialmente el primer cultivo de Café con 7.000 cafetos en la Hacienda denominada “El Progreso”, del Valle del Zulia, cercana a Cúcuta; y por tanto fue la que, definitivamente y con una mayor extensión, inicia, aunque de manera incipiente, la germinación del Café en Santander de la gran Colombia; liderados por Don Ignacio Ordoñez de Lara, que descendía de Payaneses y Pastusos. Allí en el Estado de Santander, dadas sus escasas experiencias comerciales, apenas en 1818 se reportan los primeros 100 sacos de exportación de Café con destino a Europa por el lago de Maracaibo, constituyéndose desde entonces como el principal instrumento de desarrollo y progreso territorial, posibilitando que, en menos de 100 años, llegase a ser el segundo productor mundial del grano y posicionándose como el origen de Café de más alta calidad, convirtiéndose el producto insigne e identitario de Colombia.

Esta recopilación historica la viene desarrollando desde hace más de una década el Ingeniero Agrónomo y candidato a PhD en Ciencias Ambientales Cesar Augusto Echeverry C, quien hace parte de la cuarta generación familiar cafetera y que se dedica al estudio y valoración ecosistémica de la caficultura, siendo gestor del primer parque tecnológico del sistema de ciencia tecnología e innovación colombiano y el primero de su clase a escala global; desde donde se prioriza al café como la principal instrumento de reconciliación y de innovación transformativa territorial dadas las mayores posibilidades de progreso y bienestar comunitario; avanzando a través de procesos de innovación abierta y colaborativa en los ámbitos sociales y tecnológicos, validando variedades y procesos para la agregación de calidad a los coproductos cafeteros, que les permitan una efectiva articulación de cadenas internacionales de  valor compartido, desarrollando modelos de negocios más inclusivos, equitativos y justos para todos; acordes a los nuevos necesidades y requerimientos de los mercados más especializados y lograr así la sostenibilidad de un mejor Café y una mejor  caficultura para el mundo.

Etiquetas: café / caficultura americana / importancia del café

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