Empezó distribuyendo plátanos y ahora posee una empresa que mueve un gran número de frutas, verduras, hortalizas y más, convirtiéndose hoy en el mejor aliado de los restaurantes.
Por Milagros Sánchez Pinell
Dicen que ningún soñador es pequeño y ningún sueño es demasiado grande. De eso sabe muy bien Anastacio Gurdian, creador de Musa, una empresa de distribución de alimentos que usa la tecnología para conectar el campo con los restaurantes.
A sus 23 años, el joven nicaragüense ve con fascinación cómo pasó de vender plátanos en los negocios de comida ubicados en los alrededores de la universidad donde cursaba su carrera de Ingeniería Industrial, a ser un innovador con grandes proyecciones empresariales.
En tan solo dos años, su empresa Musa abastece de insumos comestibles a 112 restaurantes en Managua, Nicaragua. Esto permite que los dueños de negocios se ahorren tiempo en ir al mercado a comprar con la garantía de recibir un producto de calidad y a buen precio.
En consecuencia, la innovadora empresa viene a mejorar el proceso de la cadena de suministros de alimentos, mediante el uso de la tecnología.
Anastacio, CEO de Musa, explicó que la compañía funciona mediante una aplicación donde las personas pueden realizar sus compras, indicando el día y la hora en que desea recibir el producto. Una vez hecho el pedido, el propietario del negocio tiene la garantía de que llegará en tiempo y forma lo solicitado.
Aunque por ahora solo brindan servicio en Managua, Musa tiene la visión de convertirse en el proveedor líder del mercado latinoamericano que abastezca de todos los productos que necesita un restaurante, comedor y buffet.
Además, Musa pretende ser más que una plataforma de compra. Hoy están desarrollando un software que le ayudará a los restaurantes en la gestión de sus negocios con un menú inteligente, inventario inteligente, ruteo inteligente y sistema de control del negocio.
“Como lema nosotros tenemos que buscar como hacer que tu negocio sea más fácil. Ahorita somos una plataforma, pero ya nos visionamos como una herramienta que le brindará al restaurante otras facilidades”, añadió.
Sumado a ello, quieren apoyar a los agricultores con la creación de una plataforma digital, estilo “marketplace”, en donde se pueda vender al por mayor toda la cosecha y eliminar los costos intermediarios (transporte y mayorista).
Si bien, Anastacio es el creador de la idea, la empresa la fundó con tres jóvenes más: Nemesio Leiva, Ana Barquero y Johan Robles. Cada uno tiene su rol definido de acuerdo a sus aptitudes y hasta ahora la fórmula funciona a la perfección.
Un leonés emprendedor
Anastacio Gurdián, es un joven nacido en León, Nicaragua. Se caracteriza por ser muy extrovertido, creativo y visionario, por tanto es audaz y amiguero.
Cuando se bachilleró del colegio La Salle, decidió estudiar Ingeniería Industrial en Managua ya que su mamá Nidia Martínez Áreas es ingeniera civil. Su padre Rodrigo Gurdian Ortíz es un abogado de profesión que se dedicó a la agricultura.
“Entré a esta carrera para poder crear algo. Siempre he sido un joven que le encanta hacer proyectos y venderse bien a la gente. Toda mi vida me ha fascinado el tema de vender y de crear. Eso sí, nunca pensé estar en un negocio como en el que estoy actualmente, me miraba más bien en algo de tecnología”, recordó.
Aunque contaba con el apoyo económico de sus padres, su talento por las matemáticas y la física le ayudó a ganar un dinero extra impartiendo clases a sus compañeros. A la vez disfrutaba de leer libros motivacionales, de historia y de negocios que le alimentaban sus sueños de empresario.
Cuando el negocio de su padre entró en crisis le informó que tendría que regresar a León porque era imposible seguir apoyándolo. Fue entonces que se le ocurrió la idea de comprar los plátanos que su papá cosechaba en la finca para venderlos en las comiderías cercanas a su universidad.
El producto solía trasladarlo a Managua todos domingos en los buses interlocales que viajaban a León. Guardaba los sacos de plátanos en el pequeño apartamento que alquilaba y el lunes a las 5:00 a.m. salía a distribuirlos a pie cargándolos en sus hombros.
En menos de un mes, Anastacio llegó a vender 3.000 plátanos a la semana. De ahí parte el origen de lo que hoy es Musa, cuyo nombre viene de la palabra “musáceas”, familia de plantas que producen frutos como el plátano.
“Quiero enfatizar que Musa nació por mi padre. Mi papá es para mí fuente de inspiración porque siempre mantiene una actitud positiva pese a los problemas. Jamás se desmotiva rápido”, expresó.
A dos años de la creación de la empresa, Anastacio está feliz y optimista. Actualmente, trabajan en la expansión regional de la empresa y hacia allá van sin que nada ni nadie los detenga.
El joven emprendedor sigue soñando con ser un gran empresario, dueño de un negocio escalable que pueda “funcionar con o sin Anastacio”.
También desea que su historia de éxito sirva de inspiración a otros jóvenes inquietos como él. “Quiero ser motivación. Si el día de mañana tienen un sueño y ven que es difícil iniciar un negocio, deseo que sepan que se puede alcanzar con ganas, actitud, entusiasmo, disciplina y compromiso”.
A lo largo de su vida, el CEO de Musa, ha aprendido que, en la vida, además del éxito, es muy importante el saber cuántas personas se tiene al lado porque eso abre puertas. Por lo pronto, los retos más grandes que tienen por delante es ser mejores cada día y aprender mucho para que la empresa crezca en toda la región.
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