La nicaragüense Andrea Daetz le gusta compartir mensajes positivos a sus más de 20.000 seguidores en Instagram.
Por Milagros Sánchez Pinell
Familia, moda y salud es el perfil de Andrea Daetz, la influencer nicaragüense que, sin pretender serlo, se convirtió en tendencia en su plataforma de Instagram.
A través de su cuenta, sus seguidores disfrutan de un contenido fresco y positivo, en donde a diario comparte su rutina de vida como ir al gimnasio, ir de compras, cuidado personal, alimentación, su faceta de madre y su trabajo en el área de mercadeo internacional de Flor de Caña, donde se encarga de todos los materiales promocionales de la marca a nivel internacional.
Para Andrea fue muy sorpresivo como de pronto en el 2018, después de casi una década de tener una cuenta en Instagram, comenzaron a subir sus seguidores, mayormente mujeres entre los 20 y 30 años. Y aunque al inicio le costaba aceptar que era una influencer, lo terminó asumiendo.
Con su estilo casual y natural envía mensajes personales y empresariales a través de las historias que comparte todos los días y en sus posts. “Soy más de mostrar videos e imágenes, más que de hablar porque siento que lo hace más dinámico”.
También le gusta interactuar con sus seguidores a quienes suele sugerir cuando le preguntan cómo vestir para determinadas ocasiones, sobre el tipo de productos que consume o usa para su cuidado personal y sobre su relación con su niña, Lucía Isabel de siete años, quién en ocasiones aparece en sus fotografías, en dependencia del mensaje que quiere transmitir.
Otro tema que suele abordar en su plataforma de Instagram es sobre su condición de paciente celíaco, como se les llama a las personas intolerantes al gluten, aunque aclara que suele ser muy cuidadosa con sus recomendaciones médicas porque cada persona es diferente.
“Por ejemplo cuando supe que era celíaca, yo me hice una endoscopia y fui a un doctor que me evaluó, es decir que si digo que soy celíaca es porque estoy diagnosticada, así que trato de que la gente evite diagnosticarse por mi experiencia. Más bien les puedo recomendar las cosas que yo hice para saber que era celíaca o sugerir médicos”, dijo.
Si bien reconoce que le va muy bien como influencer, a Andrea le gusta dejar en claro que su mayor pasión es su trabajo en Flor de Caña, donde pone en práctica sus conocimientos de Mercadeo y Publicidad, carrera que estudió en la Universidad Americana (UAM) más un postgrado en Mercadeo Digital.
Aunque dice que es innegable que disfruta mucho creando contenido para su plataforma, porque transfiere lo que siente y piensa.
“Obviamente sí gano por mis redes, gano con las marcas que estoy, pero mi punto principal es otro”, aclaró.
Actualmente, Andrea trabaja formalmente con aproximadamente nueve marcas importantes, en su mayoría desde hace tres años, quienes gustan de su trabajo y le permiten hacer las cosas a su manera. “Lo que más me gusta es que transmito lo que quiero y hago lo que quiero, por muy campo pagado que sea nadie me está diciendo que debo subir a mi red”.
La credibilidad es importante
Además, añadió “estoy con empresas que sí me gustan, que van conmigo, sus productos yo los ocupo y entonces se hace más bonito porque hay credibilidad. A muchas empresas les gusto por como yo transmito mi vida y mi estilo que es de ser madre, trabajadora, que le gusta la moda, y que me cuido con mis alimentos porque siempre he comido saludable”.
Un dato que le gusta explicar es que su perfil ha crecido de una forma “bonita” porque sus seguidores suelen ser personas muy respetuosas, pero mucho de ello radica en la forma cuidadosa en que ella comparte sus imágenes. Aunque reconoce que son muy contadas las veces que ha recibido malos comentarios, pero vienen de perfiles falsos.
“Hay gente que tiene más seguidores que yo, pero reciben muchos comentarios negativos, entonces me pregunto: ¿para qué tener un perfil con tanta gente tóxica? Eso es feo”, manifestó.
Sin duda, Andrea está clara que las redes suelen ser armas de doble filo al exponer tanto sus vidas porque un simple detalle puede generar un tsunami de comentarios negativos. “Hay que tener cuidado con lo que se expresa, habla y dice”.
Si bien es imposible escaparse de los comentarios pícaros de algunos varones, siempre está cuidando su contenido para evitar cualquier tipo de morbo. Eso sí, a los que se pasan de la raya, inmediatamente los bloquea.
“Hay algunos que me piropean bastante, reaccionan a mis historias y me dicen ‘que linda’, pero nada de vulgaridades porque nunca me presto a eso. Tengo muchas fotos en vestido de baño porque vamos bastante a la playa, pero la diferencia está en cómo hago las fotos y en mis poses. Quizás tendría más seguidores si fuera diferente, pero eso está fuera de mi interés por completo. A mí me gusta ser elegante y jamás vulgar”, dijo.
Andrea, actualmente tiene un bonito noviazgo con Roberto Lacayo. Se considera una persona organizada y muy familiar, que disfruta cosas tan sencillas como almorzar con sus abuelos, ir al mar, hacer ejercicios y pasar mucho tiempo con su niña.
Por ahora, seguirá disfrutando de la simpatía de sus seguidores, y aconseja a quienes quieren ser influencer a que además de serlo, tengan un emprendimiento u otro trabajo paralelo que les genere ingresos.
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