Hoy 12 de octubre es el Día Mundial de la Artritis Reumatoide.
Una enfermedad autoinmune
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica, de causa desconocida y autoinmune (ciertas células del sistema inmunológico no funcionan correctamente y atacan tejidos sanos), que afecta a las articulaciones del cuerpo humano y también a otros órganos como los pulmones, el corazón y los ojos, entre otros.
Es una de las más de 100 enfermedades reumáticas que existen en el mundo (otras son, por ejemplo, tendinitis o el lupus eritematoso generalizado). No es curable; sin embargo, actualmente existen tratamientos que permiten, cada vez más, un mayor control del padecimiento en más pacientes y brindarles una mejor calidad de vida.
Las articulaciones de manos y pies suelen afectarse más frecuentemente por la enfermedad.
En cifras
Según el Colegio Americano de Reumatología, entre el 1% y 3% de las mujeres es propenso a desarrollar artritis reumatoide, a lo largo de la vida.
Datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER) revelan que entre un 0,5% y un 0,8% de la población mundial padece la enfermedad; es decir, alrededor de cinco personas por cada mil.
¿Quiénes pueden padecer artritis reumatoide?
Puede darse en niños –artritis idiopática juvenil- y en adultos; sin embargo, se presenta con mayor frecuencia a partir de los 45 años.
Es más frecuente en mujeres y en individuos con cierta predisposición, pero no es una enfermedad hereditaria.
Síntomas que alertan
Dolor e inflamación progresiva de articulaciones en: las muñecas, los nudillos, dedos de las manos y pies, hombros, las rodillas, los tobillos, las caderas y los codos.
Rigidez o dificultad para moverse por las mañanas: por la acumulación del líquido generado en el proceso inflamatorio durante la noche o luego de un descanso prolongado.
Reducción de movilidad articular.
Deformidad progresiva de articulaciones: la inflamación constante puede dañar huesos, tendones y ligamentos alrededor de dichas articulaciones.
Pérdida de energía y fiebre sin explicación.
Hormigueos en manos o pies.
Protuberancias que crecen en la piel: codos y manos.
Sequedad en los ojos y en la boca.
Diagnóstico temprano
Cuando una persona experimenta uno o varios de los síntomas de la artritis reumatoide, lo recomendable es asistir al reumatólogo. Entre más temprano se diagnostique y trate la enfermedad, se puede minimizar el riesgo de lesiones articulares a largo plazo, controlar el dolor e inflamación, detener la progresión del padecimiento y mantener, hasta donde sea posible, la calidad de vida del paciente.
Entre las pruebas de diagnóstico destacan:
Historia clínica y examen físico: incluye la exploración de las articulaciones.
Pruebas de laboratorio: hemograma, un examen para determinar el factor reumatoide o FR y uno para detectar anticuerpos contra péptidos cíclicos citrulinados o anti-CCP.
Estudios por imágenes: radiografías o ecografías para determinar la gravedad de la enfermedad.
Tratamientos esperanzadores
Es importante que el reumatólogo conozca la realidad del paciente y que este último colabore durante el proceso de tratamiento, siguiendo todas las indicaciones del especialista. El objetivo del tratamiento es minimizar los síntomas, detener la progresión de la enfermedad y evitar el funcionamiento deficiente de las articulaciones, para que estas no sufran un daño permanente.
Si bien la AR no es curable, se puede tratar con:
Terapias modificadoras de la enfermedad: actúan sobre la enfermedad con el fin de que sus efectos, a largo plazo, sean menores. Ofrecen un alto grado de alivio de los síntomas a los pacientes, quienes pueden realizar sus actividades diarias de forma normal o casi normal. Inclusive, algunos llegan a no presentar signos de un padecimiento activo.
Medicamentos para el dolor e inflamación a corto plazo: disminuyen la inflamación y sobrellevan el dolor diario, pero no modifican la evolución de la enfermedad. Ejemplos: antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o los glucocorticoides.
Educación adecuada del paciente: se requiere educar al paciente en cómo puede hacerle frente a la enfermedad y la importancia de seguir el tratamiento correctamente y además, de visitar al reumatólogo con regularidad.
Recomendaciones
Evite, en lo posible, una vida agitada con gran actividad física o estrés.
Duerma de 8 a 10 horas por la noche.
Inicie el día con un baño caliente para disminuir la rigidez.
Evite trabajos que impliquen esfuerzos físicos, mucho movimiento de manos o estar bastante tiempo en pie.
Evite practicar deportes de contacto físico.
Duerma en una cama dura y tenga una almohada baja.
Utilice zapato elástico y firme. Evite calzado de plástico o material sintético.
Mantenga un peso estable; la obesidad implica una carga adicional para las articulaciones de las caderas, pies y rodillas.
Jornada educativa
Tema: “Actividad educativa para pacientes con enfermedades reumatológicas”.
Fecha: sábado 17 de octubre de 2015.
Horario: 9 a.m. a 12 md.
Lugar: Hotel Crowne Plaza Corobicí, Sabana Norte.
Inscripciones: cupo limitado (20 espacios). Se debe reservar el espacio escribiendo al e-mail asoreumacostarica@gmail.com
Costo de la inscripción: entrada gratuita.
Más información en reumatologiacostarica.com
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