Infecciones Helicobacter pylori y Chlamydia psittaci son factores de riesgo
Los linfomas no hodking pueden no ser diagnosticados de forma oportuna, ya que sus síntomas pueden confundirse con otras enfermedades en fases tempranas. Por otro lado, las infecciones crónicas como Helicobacter pylori y Chlamydia psittaci aumentan el riesgo de linfoma, indicó el Dr. Benito Castillo, hematólogo del Centro Hemato Oncológico de Panamá (CHOP).
El Linfoma no Hodgkin (conocido también por sus siglas en inglés como NHL) es la multiplicación descontrolada de los glóbulos blancos llamados linfocitos, que forman parte del sistema inmunológico del cuerpo, haciendo crecer ganglios linfáticos. Es una patología que abarca más de 70 subtipos de histologías de cáncer de células linfáticas. Pueden ser de diferentes estirpes, como de Linfocitos B, Linfocitos T, puede ser de comportamiento crónico o indolente, como también, pueden presentarse de forma agresiva, similar a una leucemia aguda.
Entre las muchas otras tipificaciones que existen, se pueden mencionar: Linfoma de zona marginal, folicular, leucemias/linfomas, en las cuales las células cancerosas tienen presencia en ganglios y sangre, linfoma de zona del manto y leucemia/linfoma linfocítico crónico. Las categorías distintas se logran determinar a través de una buena biopsia de ganglios, en la cual el patólogo logrará definir la clasificación, la cual se estima de acuerdo con la morfología de los linfocitos dentro del ganglio.
Para el Dr. Castillo, el “70% del diagnóstico se logra con el examen físico del paciente. Si observa los síntomas de alarma debe acudir al médico. Si la inflamación del ganglio, sobre todo en el abdomen, axilas, área inguinal persiste por unos meses y no hay ningún cuadro viral relacionado, es importante acudir al médico. Más aún, si esto va ligado a pérdida de peso, inapetencia o “llenura fácil”, fiebres vespertinas o nocturnas frecuentes, sudoraciones profusas en la noche”.
Estas señales se pueden confundir con otras enfermedades, por lo que, debe ser evaluado por un médico si los síntomas persisten. Por ejemplo, los ganglios pueden crecer por muchas razones, entre ellas, un resfriado, mononucleosis, los cuales, luego de un tiempo vuelven a su estado original, por lo que debe acudir a un médico.
Ante la sospecha, se busca el ganglio más accesible y de mayor tamaño para realizar la biopsia, preferiblemente por cirugía, en la cual se extrae una buena porción del ganglio o el ganglio completo. De acuerdo con los resultados, se define el tratamiento, que seguramente incluirá sesiones de quimioterapia. El seguimiento mediante tomografía busca determinar si los ganglios han disminuido de tamaño para comprobar la eficacia del tratamiento o si es necesario un esquema de tratamiento alternativo.
En América, las estadísticas indican que esta enfermedad sistémica se presenta más frecuentemente en su tipo folicular (considerada indolente) y el linfoma difuso de células grandes B (considerada agresiva), ambos con muy buenas tasas de respuesta al tratamiento.
Representa el 2% de los diagnósticos de cáncer en general y es el segundo cáncer más frecuente diagnosticado en pacientes con SIDA.
“Un punto importante es que, los linfomas considerados agresivos exhiben una mejor respuesta a la quimioterapia mientras que los indolentes o no agresivos no responden tan satisfactoriamente, llegándose a considerar incurables”. A pesar de esto, el paciente puede vivir con la enfermedad por muchos años, inclusive sin tratamiento siempre y cuanto esté bajo la observación de su médico.
Los linfomas No Hodgkin pueden presentarse a cualquier edad, sin embargo, es más común el diagnóstico de cualquiera de sus tipologías entre los 50 y 60 años. No es una enfermedad hereditaria, sino que surge a partir de mutaciones desarrolladas por nuestros propios linfocitos. Importante tomar en cuenta condiciones como, el fenómeno inflamatorio inmunológico, que puede incidir en la mutación de los linfocitos y convertirlos en células oncogénicas.
Infecciones prolongadas aumentan riesgo de linfoma
Como en todo caso de cáncer, es muy difícil determinar la causa o factor que disparó la enfermedad. En la gran variedad de tipologías determinadas como No Hodgkin, se ha logrado definir que algunos virus pueden actuar como causantes.
Algunas infecciones prolongadas pueden aumentar el riesgo de una persona de padecer linfoma al forzar al sistema inmunitario de una persona a estar constantemente activo. “Por ejemplo, en un linfoma de zona marginal, como el estómago, se ha establecido la relación directa con la bacteria Helicobacter Pylori”. La bacteria Helicobacter pylori, conocida por causar úlceras estomacales, ha sido relacionada con linfomas de tejido linfático asociado a la mucosa (linfoma MALT) del estómago.
“Y el linfoma desarrollado en la zona lacrimal del ojo va ligado también a la infección por Clamidia”. La chlamydophila psittaci (conocida en el pasado como Chlamydia psittaci) es un tipo de bacteria que puede causar una infección pulmonar llamada psittacosis. Se ha vinculado al linfoma MALT en los tejidos que rodean el ojo (linfoma de los anexos oculares de la zona marginal).
En algunos casos, se ha relacionado la radiación o radioterapia contra algunos otros cánceres, con linfomas cerebrales.
Recomendaciones y tratamiento
“En general para el cáncer no podemos hablar de prevención, sino más bien detección temprana. Sin embargo, no podemos dejar de lado las recomendaciones básicas de llevar un estilo de vida saludable, evitar el alcohol y el tabaco, la exposición solar y a la radiación, alimentación balanceada y actividad física”, aseveró el Doctor Castillo.
Debido a innovaciones en los tratamientos enfocados a la terapia dirigida, se puede brindar oportunidades de mejora o curación a los pacientes que no respondían a la quimioterapia tradicional. Éstos representaban entre un 30% al 40% de los diagnosticados, hasta hace unos años.
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