Paciente de origen guatemalteco, sobreviviente al cáncer de mama, cuenta su testimonio de los diversos procedimientos a los que se sometió en Cleveland Clinic Florida y que hoy en día le permiten tener una nueva oportunidad de vida.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante el año 2020, se diagnosticaron más de 2.3 millones de mujeres y fallecieron cerca de 685 mil a raíz del cáncer de mama. Este tipo de cáncer se genera cuando las células cancerígenas empiezan a crecer sin control alguno, normalmente se genera un tumor en el pecho que se logra observar por medio de rayos-x o al hacerse el autoexamen.
María Denisse Baechli del Cid de Bouscayrol, es una de las muchas mujeres que forman parte de esa cifra que habla la OMS y que han sido diagnosticadas con cáncer, específicamente cáncer de mama grado 2, según cuenta Baechli, su tratamiento consistió en quimioterapias, mastectomía doble, terapias del brazo para evitar linfodema, radioterapias, laparoscopía, entre otros tratamientos con el cual se buscaba erradicar este tipo de cáncer. Su proceso de tratamiento tuvo una duración de un año con seis meses en las instalaciones de Cleveland Clinic Florida.
Baechli, de origen guatemalteco, afirmó qué en las instalaciones de la entidad médica tuvo una atención de primera clase por parte de todo el personal, que siempre le brindó ese ánimo de seguir adelante y le transmitió confianza y seguridad plena en los procesos médicos que se estaba realizando, pero su familia y amigos jugó ese papel fundamental al transmitirle esa confianza que podría vencer este padecimiento y ser una menos de esa extensa cifra que habla la OMS. “Tuve el mejor ejército de ángeles”, acotó.
“Estaré eternamente agradecida con todo el personal de Cleveland Clinic Florida, por llevarme de la mano de la mejor forma durante todo el proceso, siempre teniendo una sonrisa y una actitud admirable, el cáncer es un gran maestro y deja enseñanzas muy lindas”.
“Ser sobreviviente de cáncer es una experiencia que cambió mi vida para siempre, hoy en día soy más espiritual, agradecida, una persona más colaborativa, soy más sensible y empática”, Según Baechli, esta nueva oportunidad de vida se traduce en una misión que aún debe cumplir en la tierra.
Según la Dra. Erin Roesch, oncóloga de Cleveland Clinic, el tratamiento para el cáncer de mama suele ser altamente efectivo, sobre todo si se llega a detectar en una fase temprana. Se llega a determinar cada fase por la etapa en la que se encuentra, que va desde la 0 (el cáncer ha permanecido dentro de los conductos de leche o lóbulos de la mama) hasta la 4 (el cáncer invade los órganos y es muy probable que continúe propagándose), y por el grado en que este se encuentre (puede ir del 1 al 3, entre más alto sea el grado, el nivel de agresividad del tumor y la probabilidad que crezca y se propague es mayor).
Se considera difícil identificar cuándo aparece el cáncer por primera vez en una persona, cuando se estudia el tipo de cáncer se puede identificar si fue hace semanas o meses, pero no se puede asegurar el momento preciso, por lo que evitar una metástasis (cuando las células se esparcen a otras áreas del cuerpo) y eliminarlo se convierte en la tarea principal del tratamiento con el paciente, afirmó la oncóloga.
La doctora Roesch explica que, si ocurre una metástasis en el cáncer de mama, esta podría esparcirse a diferentes áreas del cuerpo y afectarlas de distintas maneras:
- Ganglios linfáticos: los que se encuentran abajo del brazo llega a ser la primera área al que se esparce. También se puede mover al tejido alrededor de la mama como el pecho, el hombro o la parte baja del cuello.
- Pulmones: al moverse a los pulmones crearía dificultad para respirar, dolor de pecho, tos constante o al punto de toser sangre. También podría colocarse entre los pulmones haciendo que los fluidos vuelvan a los pulmones.
- Hígado: si el cáncer llega al hígado pasaría a sentir dolores de estómago, hinchazón o sentir el estómago lleno sin haber comido recientemente. Igualmente podría sentir pérdida del apetito, náuseas, vómitos o ictericia, que es la coloración amarilla de la piel.
- Cerebro: el esparcimiento al cerebro podría causar síntomas neurológicos, incluyendo jaquecas, cambios en la visión, mareos, aturdimiento o vista borrosa.
- Huesos: si el cáncer se esparce a los huesos los puede debilitar, generando cansancio, dolor de huesos y podría volver vulnerables a los huesos a rupturas o fracturas.
En caso tal de existir una metástasis no significa que deje de ser tratable, el objetivo del tratamiento pasa a ser mejorar los síntomas, mejorar la calidad de vida o extenderla. Es recomendable asistir a un médico cuando se sienta un bulto en el pecho, descubrir algo anormal en una mamografía, secreciones en el pezón o al tener la necesidad de una biopsia de mama.
Superar el cáncer de mama se consigue empezando con la detección de este, lo que vuelve muy importante realizarse el autoexamen periódicamente. La doctora Holly Pederson, especialista y directora de Servicios Médicos de Mama en Cleveland Clinic, recomienda hacer lo siguiente:
1.Realizar el autoexamen el mismo día cada mes: si se realiza el examen más de una vez será muy poco probable que se detecte, ya que “sería como ver crecer un niño”, porque es menos probable notar un cambio si se hace seguido.
2. Pararse en el espejo y examinar las mamas: se debe estar en frente de un espejo para notar cualquier cambio en los pezones, es normal notar que uno sea más grande que otros, pero si se nota un cambio en el tamaño o textura del pezón debe consultar a su médico.
3. Buscar cambio o bultos en sus pechos: recuéstate sobre tu espalda y levanta un brazo sobre tu cabeza, así deberías sentir mejor los tejidos, facilitando la examinación. Pon tu mano encima de tu pecho y, gentilmente, mueve en círculos tus dedos de afuera hacia adentro del pezón o arriba y abajo a través del pecho.
4. Reporte cualquier cambio en su historial familiar: parte de la responsabilidad es estar consciente de tu historial familiar y reportar a tu médico sobre cualquier cambio. Normalmente el cáncer ocurre cerca de los 50 años y los más raros son el cáncer de ovarios o el pancreático, por lo que es importante reportarlos.
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