Cualquier persona puede tener un cáncer bucal, pero el riesgo aumenta en los hombres mayores de 40 años que acostumbran fumar y consumir bebidas alcohólicas. La exposición frecuente al sol también se convierte en una causa importante. Esto según datos del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) .
Esta enfermedad se puede formar en cualquier parte de la boca o la garganta. Algunos de los síntomas que ayudan a detectarla son la presencia de una llaga o úlcera en el labio, la lengua u otra parte de la boca.
Según Telma Rubinstein, Cirujana Dentista de Prisma Dental, “cuando el odontólogo examina la boca y encuentra manchas blancas o rojas, una llaga que no se cura, hemorragias, caída de dientes, problemas o dolor para tragar, un bulto en el cuello, hinchazón en la mandíbula, cambios en la voz, dolor de oído o garganta; es importante extremar las medidas para descartar o tratar a tiempo un posible cáncer oral”.
La especialista agrega que si el cáncer se detecta a tiempo, antes de que se haya expandido a otros tejidos, la tasa de curación ronda el 90%. Sin embargo, más de la mitad de los cánceres orales ya se han propagado cuando se diagnostican y llegan a abarcar otras zonas como la garganta o el cuello.
“Aproximadamente, una de cada cuatro personas con cáncer oral muere por la demora en el diagnóstico y el tratamiento”, menciona Rubinstein.
La Cirujano Dentista recalca que cuando se detecta un cáncer, se debe analizar la posibilidad de arreglar cualquier problema dental que se tenga antes de empezar con el tratamiento para esta enfermedad.
“Deben eliminarse las caries, la enfermedad periodontal, las infecciones y extraerse los dientes retenidos o comprometidos en la zona de irradiación. El paciente tiene que estar informado sobre la variedad de complicaciones orales que puede sufrir durante las diferentes etapas del tratamiento contra el cáncer oral”, recomienda Rubinstein.
La experta indica que esto es necesario porque las infecciones orales pueden ser un medio para el desarrollo de infecciones sistémicas letales y deben ser tratadas antes del tratamiento oncológico de manera que la situación del paciente no empeore por estas razones. También porque durante la terapia no se debe realizar ningún procedimiento dental.
“Con respecto a las prótesis dentales, durante el tratamiento oncológico sólo deben usarse para que el paciente se alimente y hay que ajustarlas para reducir el riesgo de padecer algún trauma. Además, es necesario analizar si en el campo de irradiación hay un implante dental, para decidir si retirarlo o no, debido a que los metales causan sobredosis de radiación donde están colocados y la reducen en las zonas aledañas”, comenta la especialista.
Rubinstein explica que para diagnosticar el cáncer, se realiza una biopsia de encía o de lengua. En la primera se extrae un pequeño fragmento que parece anormal, y en la segunda, se sensibiliza el área y con una aguja se toma un pequeño trozo de tejido.
Las biopsias se realizan para determinar la causa de tumores anormales o áreas de la lengua que tengan una apariencia sospechosa. Posterior a estas pruebas, se pueden tomar radiografías y tomografías computarizadas para determinar si la enfermedad se ha propagado.
“Generalmente se recomienda la extirpación quirúrgica del tumor, si éste es lo suficientemente pequeño. La cirugía se puede usar junto con radioterapia y quimioterapia para los tumores más grandes. Este método no se realiza si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos del cuello”, explica Rubinstein.
El tratamiento específico para el cáncer oral será determinado por el médico tomando en cuenta la edad del paciente, su estado general de salud, la historia médica, el avance de la enfermedad, la tolerancia a ciertos medicamentos, procedimientos o terapias y las expectativas para la trayectoria del cáncer.
Según expresa la Cirujana Dentista, en la etapa de la recuperación, la frecuencia y gravedad de las complicaciones orales agudas comienzan a disminuir a lo largo de la tercera y cuarta semana después de finalizada la quimioterapia.
En cualquier fase del tratamiento oncológico la higiene oral es importante. “El paciente debe cepillarse los dientes tres veces al día y realizar enjuagues bucodentales con una solución salina, frecuentemente. Este mismo líquido se puede usar como un sustituto de la pasta de dientes, en caso de que esta genere irritación, y el hilo dental se puede utilizar una vez al día”, recomienda Rubinstein.
Suspender la limpieza dental con cepillo e hilo puede aumentar el riesgo de desarrollar infecciones, sangrados y propagación de bacterias. Es por esa razón que se debe practicar una buena higiene oral diariamente y eliminar la placa bacteriana.
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