Es una conferencista, escritora y potencializadora de talentos, quien recientemente fue reconocida como una de las 100 mujeres más poderosas de Centroamérica.
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Por Milagros Sánchez Pinell
En el universo de talentos y sueños, Victoria Báez brilla como una estrella, llevando consigo un mensaje de resiliencia, creatividad y liderazgo.
Su vida, la cual podría definirse como una sinfonía de experiencias transformadoras, dio sus primeros pasos en el arte hasta convertirse en una figura inspiradora a nivel internacional.
«Soy un alma en constante evolución que quiere dejar su propia huella. Soy un águila imparable buscando las alturas y la excelencia siempre» afirma Victoria, una mujer creativa, visionaria y con un corazón de servicio.
Su viaje en el arte comenzó a los seis años con clases de ballet y folclore en su natal Masaya en Nicaragua. Sin embargo, a los ocho años, su camino tomó un giro hacia la música cuando inició sus clases de piano con la maestra Danelia Alvarado.
«Me enamoré de la música», confiesa. A partir de ahí, también tomó clases de guitarra, flauta dulce y un poco de violín en la edad adulta.
El arte se convirtió en una herramienta fundamental en su desarrollo integral, enfatizando cómo sus talentos artísticos la ayudaron a conectar con sus habilidades y a reconocer y potencializar los talentos de otros.
«Para mí, la educación te forma, pero el arte te transforma y es eso lo que ha hecho en mi vida», asegura.
Nace Baluarte
El 17 de noviembre de 2008, Victoria convirtió su pasión en un proyecto palpable, fundando la academia de arte Baluarte.
«Con un piano, un presupuesto de US$50, y muchos no vas a poder de personas externas, abrí mi academia de arte en el garaje de mi casa», relata con orgullo.
Si bien, comenzó con un piano y una alumna, la academia creció exponencialmente, añadiendo clases de danza y su reubicación en un nuevo local. En ese momento pasó a llamarse Baluarte Centro de Música y Danza.
En 2015, el centro presentó su primer espectáculo en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, un hito significativo que consolidó su lugar en el ámbito artístico.
A medida que Baluarte crecía, ajustó su modelo de negocio y pasó a ser Baluarte Academia de Talentos.
Sin embargo, para 2018 Victoria tuvo que cerrar temporalmente la academia debido a circunstancias externas. Nuevamente cerró en el 2020 como consecuencia de la pandemia del COVID-19 durante un año y medio.
En el 2021 el centro reabrió sus puertas con una imagen más fresca y con la misma pasión de siempre de dejar una huella a través de sus talentos.
Paralelamente a Baluarte, en 2016, Victoria lanzó su marca personal, «Victoria Báez: Deja tu huella» y continuó preparándose y formándose como “speaker internacional y coach”.
“Empecé a compartir en redes, videos, post, blog, motivacionales, contando mis experiencias de vida, de éxitos y fracasos que me han llevado hasta donde hoy estoy”, relata.
Finalmente, lo que empezó como un compartir se convirtió en parte de su misión de vida inspirando y motivando a personas y equipos a que sean su mejor versión.
Fue así como en septiembre de 2020 realizó su primera gira con propósito para mujeres “Renacer” en donde a través de la enseñanza del águila y sus principios de éxito y liderazgo las personas se reconectan, reinventan y renacen para empoderarse de sus propias vidas.
En el 2022, su dedicación y pasión la llevaron a coescribir con otras colegas y coach reconocidas a nivel mundial el libro «Mujeres que dejan huella». Experiencia que califica como el punto de partida para reconocer que también ama escribir.
Un año más tarde, organizó el Primer Congreso Internacional «Mujeres que dejan huella» en Nicaragua, cuyo objetivo es visualizar y honrar la labor que realizan muchas mujeres en la sociedad, dejando su propia huella.
“Hoy en día la mayor parte de mi tiempo me dedico a ser potenciadora y aceleradora de talentos a través de conferencias, charlas, talleres, team builiding, programas de empoderamiento. Eso sí, sin dejar a un lado mi pasión artística con Baluarte.
La familia y Dios
Para Victoria, la mayor inspiración para alcanzar sus metas proviene de su misión de vida y de su fe inquebrantable en Dios y en sí misma. Así como a su resiliencia, su corazón de servicio y a su capacidad de aprender de cada circunstancia que ha pasado. También suma su creatividad y visión como elementos esenciales para mantenerse enfocada en sus objetivos.
«Mis hijos, Augusto y Víctor son un motor fundamental en mi vida, y mi esposo Luis, que ha estado ahí en los momentos más importantes de mi carrera en estos últimos años», manifiesta.
Por otro lado, los desafíos nunca han sido ajenos a su vida. Destacó dos puntos de quiebre fundamentales, aunque admite que le enseñaron a ser más fuerte y resiliente.
En el 2007, luego del nacimiento de su hijo menor por cesárea, Victoria tuvo una complicación médica que la mantuvo al borde de la muerte durante una semana.
“Viví para contarlo y exaltar las maravillas que Dios ha hecho en mi vida. Eso me hizo replantearme el por qué y el para qué estaba en este mundo. Lo superé teniendo la certeza que lo que me había pasado tenía un para qué mayor y que lo iba a entender con el tiempo y así fue”, señala.
Otro momento crítico fue en 2020 cuando cerró Baluarte. En ese entonces atravesaba un momento difícil, pero fue ahí que vivió un nuevo renacer en su vida, aprendiendo a ser resiliente, a soltar, dejar ir y reprogramar su mente para tener éxito.
Hoy en día, Victoria se inspira en su frase: «En cada paso que des, deja tu propia huella» y «Si lo crees, lo creas» de Bryan Tracy, empresario y orador motivacional canadiense.
Es por ello por lo que siempre aconseja que todo lo que las personas hagan lo hagan con amor y pasión.
“Siempre piensa en cómo puedes dejar tu propia huella, independientemente de dónde estés y a lo que te dediques para que el día que mueras dejes un legado y una huella a seguir. ¡Nunca te rindas! Lucha por tus sueños porque todo es posible”, remarcó.
Empoderando a las mujeres
Por otra parte, promover el liderazgo y empoderamiento femenino es una misión fundamental para Victoria. Ella cree firmemente en la igualdad de oportunidades y en el potencial ilimitado de las mujeres.
“Cada vez que una mujer toma las riendas de su vida, de su carrera o de su comunidad está desmantelando barreras históricas y construyendo un mundo más justo y equitativo. El empoderamiento además de beneficiar a las mujeres mismas fortalece a nuestras comunidades y economías. Cuando las mujeres prosperan, todos prosperamos”, asegura.
En cuanto al desempeño de sus diferentes roles y el tiempo, explica que todo es producto de una excelente administración y al manejo de herramientas que le permiten ser más productiva y efectiva como reconocer sus prioridades, sabiendo que es urgente e importante.
En el presente, Victoria siente que ha superado sus propias expectativas. Siempre soñó con ser una mujer triunfadora, llena de éxitos y reconocimientos.
“Desde pequeña soñaba con ayudar a los demás, y lo estoy logrando, aunque faltan muchas cosas grandes por pasar. De pequeña amaba el arte y hoy en día tengo una academia potencializadora de talentos. También, me encantaba hablar en público y ahora soy una conferencista internacional de alto impacto”, reconoce.
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