20 septiembre, 2024

Emprendedor apasionado por las relaciones y el crecimiento

Roberto Serrano Castillo es un empresario experto en bienes raíces, ventas, liderazgo y relaciones públicas.

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Por Milagros Sánchez Pinell

En el dinámico mundo de los bienes raíces en la región centroamericana el nombre Roberto Serrano Castillo, resuena con fuerza y determinación, contando con un excelente historial en la industria inmobiliaria y con una pasión por el emprendimiento.

Su trabajo es una declaración de perseverancia, liderazgo y una profunda conexión con la comunidad que ha construido.

Hoy en día, ocupa la posición de director regional y operador principal en Nicaragua y Costa Rica de Keller Williams, la mayor empresa inmobiliaria del mundo con presencia en 58 países y con más de 200 000 agentes inmobiliarios asociados.

Roberto nació en Miami, Florida y desde los 14 años se crio en Nicaragua, gozando de una vida marcada por la fusión de culturas y experiencias.

Esa transición le permitió identificarse profundamente con la cultura nicaragüense y cultivar una mentalidad emprendedora. Se graduó en Administración de Empresas con una especialización en agricultura en la Universidad de Florida (UF) en Gainesville, Estados Unidos.

Inicio del emprendimiento

Roberto Serrano Castillo regresó de Estados Unidos a Nicaragua graduado a los 21 años con la firme convicción de emprender.

«Comencé con el chip que mis padres me influenciaron desde una temprana edad: emprender y siempre buscar lo propio que nos apasiona», comentó.

Esta filosofía lo llevó a involucrarse en más de 15 empresas a lo largo de su carrera, desde restaurantes y bares hasta proyectos de comercio electrónico.

Aunque muchos de estos proyectos se quedaron en el camino, para Roberto cada fracaso fue una lección invaluable que moldeó su enfoque empresarial.

«Fracasé en la mayoría de esas empresas y eso fue lo que realmente me llevó a donde estamos con una franquicia inmobiliaria que es Keller Williams, con modelos exitosos para emprendedores», indicó.

Sin duda, su resiliencia y capacidad para aprender de los errores fueron cruciales para su éxito posterior en el sector inmobiliario.

“Esas experiencias me permitieron adquirir herramientas que fui aplicando. Cada etapa me ayudó a entender y aprender que estas mismas son innegociables como emprendedores y empresarios”, expresó.

Cabe mencionar que su incursión en el mercado inmobiliario fue casi accidental, motivada por la necesidad de apoyar a la empresa desarrolladora de su familia.

La experiencia le ayudó a conocer lo que era el mercado y la industria inmobiliaria. Su mayor aporte a la empresa fue en el área de ventas. Eso le permitió conseguir cierto capital para iniciar sus proyectos personales.

“Esta experiencia inicial me abrió los ojos al potencial del mercado inmobiliario y me atrajo cada vez más a esta industria. Así fue como empecé en bienes raíces hace un poco más de 15 años”, dijo.

Posteriormente, Roberto decidió ampliar sus conocimientos con una maestría ejecutiva en Administración de Empresas en el INCAE. Una decisión que resultó fundamental, ya que le permitió conectar con empresarios regionales y obtener el apoyo necesario para su primera transacción para la venta exitosa de uno de sus emprendimientos.

Keller Williams y el liderazgo de servicio

Por otro lado, el verdadero punto de inflexión en la carrera de Roberto llegó cuando se le presentó la oportunidad de unirse a Keller Williams.

«La franquicia estaba buscando expansión en Nicaragua y Centroamérica, y como yo estaba recién saliendo del INCAE con más apertura, visión y herramientas, esta propopuesta me llamó la atención. Sin embargo, en ese momento yo estaba entrando a las empresas del grupo familiar, incluyendo una agencia inmobiliaria, así que decidí declinar la oferta para continuar con lo nuestro», dice.

Luego, en el 2016 decidió aceptar la oferta y se convirtió en el líder del equipo de Nicaragua, iniciando la apertura oficial en 2017.

“Cuando volvieron a contactarme, me tome el tiempo para analizar que nuestra empresa estaba creciendo, pero sin el ritmo que queríamos, según su potencial que sabíamos que tenía. A su vez, entendí que la franquicia ofrecía modelos y sistemas para emprendedores basados en las mejores prácticas inmobiliarias a nivel mundial, y entendí que más que una empresa de bienes raíces, era una empresa de entrenamiento, consultoría, liderazgo y formación”, relató.

Fue entonces que el enfoque en el liderazgo de servicio de la empresa inmobiliaria atrajo mucho a Roberto. Eso lo llevó a tomar la acertada decisión de formar parte de la familia Keller Williams.

«Si yo crezco como líder, el resto de las personas también van a crecer conmigo», se dijo en ese momento. Una reflexión que estaba acorde a sus valores y objetivos personales y profesionales.

Hoy, también como inversionista, reconoce que ese estilo de liderazgo ha sido clave para el crecimiento de la franquicia, primero en Nicaragua y luego en Costa Rica.

“Gracias al liderazgo de nuestro equipo, logramos crecer Nicaragua dando como resultado la oportunidad de que, por primera vez, se premiara a un dueño de franquicia para que los representara en un segundo país. Allí fue cuando entramos a Costa Rica hace cinco años”, manifestó.

Cultura y valores

Para Roberto, la cultura empresarial es fundamental en su quehacer.

Recordó que desde muy pequeño vio a sus abuelos y padres tener valores muy claros en el orden: Dios, familia y después negocios. Estos principios se alineaban perfectamente con los valores principales de Keller Williams.

«Nuestra prioridad número uno es la cultura, lo que ha permitido que la empresa crezca de manera casi orgánica”, dijo.

Además, añadió que la “gente quiere ser parte de una organización que realmente tiene creencias de ganar-ganar, confianza, integridad, trabajo en equipo, y un enfoque claro en desarrollar a las personas «, explica.

Solo en Nicaragua, hoy en día, cuentan con casi 200 inmobiliarios y en Costa Rica con casi 150. Además, suman, este último año, 1700 transacciones y están a punto de alcanzar transacciones inmobiliarias por un valor de US$150 millones entre ambos países.

En cuanto a su futuro, con una visión clara y ambiciosa, Roberto planea continuar expandiendo el impacto de Keller Williams en Nicaragua y Costa Rica. Su meta es alcanzar 1000 agentes inmobiliarios en tres años y 2000 en un plazo de 5 a 7 años.

«Queremos inspirar con nuestra misión, construir carreras que valen la pena tener, negocios que valen la pena poseer, vidas que valen la pena vivir, experiencias que valen la pena dar y legados que valen la pena dejar», declaró.

Vida personal y pasatiempos

Fuera del trabajo, Roberto encuentra equilibrio en su vida a través del deporte, la lectura, asistir a cursos de liderazgo y el servicio comunitario.

«Me gusta mucho surfear en las playas de Nicaragua y Costa Rica, jugar deportes y conectar con la naturaleza. Esto me ayuda a recargarme en mi día a día», cuenta.

Además, participa activamente en proyectos comunitarios como “Red Day», una iniciativa de Keller Williams que representa renovar, energizar y donar a diferentes comunidades locales.

“Lo que hacemos es donar un día al año para un proyecto específico en una comunidad, ya sea de Nicaragua o Costa Rica, aportando tiempo, dinero e insumos. Después, nos quedamos el resto del año dándole seguimiento a estas comunidades. Es una de las cosas que más nos anima como familia”, expresó.

Roberto aprovechó la oportunidad para valorar profundamente el apoyo de su esposa, Alejandra Guzmán, quien ha sido su pilar durante los altibajos del emprendimiento.

«Ella ha sido ese socio principal para mí y el pilar más importante para mi carrera como emprendedor. Ella es fuente de fortaleza y motivación en mi carrera”, expresó.