Su práctica médica se rige por principios de compromiso, respeto y ética, con el objetivo de ofrecer siempre un entorno seguro y empático para sus pacientes.
Por Milagros Sánchez Pinell
Ximena Roldán es una médico residente de psiquiatría con un compromiso profundo hacia la salud mental y el bienestar de sus pacientes.
Desde joven sintió una fuerte vocación por la medicina, impulsada por su deseo de ayudar a los demás. Sin embargo, fue durante un curso de psicología en la secundaria cuando descubrió su interés por la salud mental. En ese momento, lo que más le atrajo fue entender cómo la anatomía y la química del cerebro influyen en el comportamiento humano.
En 2012 ingresó a la Universidad Latina de Panamá, donde cursó la carrera de medicina, finalizando en 2018 con honores académicos.
Durante su internado médico, trabajó en el Hospital Santo Tomás y en varios centros de salud de la región de Panamá Este, así como en la Clínica de Enfermedades Tropicales del Instituto Conmemorativo Gorgas. Posteriormente, se desempeñó como médico general en un centro de investigación y vacunación.
En 2023, dio un nuevo paso en su carrera al ingresar a la especialidad de psiquiatría. Actualmente, se encuentra cursando su segundo año como residente en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid en Ciudad de Panamá, donde sigue perfeccionando su formación en el campo de la salud mental.
En 2022 contrajo nupcias con Javier Antonio Grimaldo a quien conoció en la facultad de medicina. En septiembre de 2024 se convirtieron en padres de un precioso niño, cuya etapa están disfrutando al máximo.
Originaria de la Ciudad de México, vivió en Estados Unidos antes de establecerse en Panamá en 2006, debido al trabajo de su padre. Proviene de una familia cálida y unida, que siempre ha sido su gran apoyo. En su tiempo libre, disfruta de actividades como leer, escuchar música y pasar tiempo en la playa.
¿Qué tan desafiante fue estudiar medicina?
Estudiar medicina fue un gran desafío que implicó sacrificio y responsabilidad. Lo que más me costó fue la falta de tiempo libre. Para cubrir el extenso material de estudio, pasaba largas horas estudiando, lo que me obligaba a sacrificar tiempo con mis seres queridos. Al comenzar las rotaciones clínicas, tuve que enfrentar el reto de jornadas laborales extensas, además de aprender a manejar el estrés de trabajar en un entorno hospitalario.
¿Qué significado tiene para usted ayudar a otros a través de la psiquiatría?
Los problemas de salud mental son incapacitantes, por lo tanto, la mayor recompensa que puedo tener como médico es haber contribuido a que los pacientes logren reincorporarse a su entorno familiar, social, y laboral. Es un sentimiento que te llena de satisfacción y te motiva a seguir adelante.
¿Cómo cree que la sociedad percibe actualmente la visita a un psiquiatra y qué estigmas persisten?
Hoy en día, la sociedad tiene más conocimiento sobre la importancia de la salud mental y esto ha ayudado a reducir el estigma de acudir al psiquiatra o al psicólogo. El estigma o el miedo al “¿Qué dirán?” es muy peligroso, ya que puede impedir que personas que están sufriendo de una enfermedad mental acudan a un profesional. Las consecuencias de omitir la asistencia en un tiempo oportuno pueden tener resultados muy negativos, incluso fatales. Como sociedad debemos eliminar el miedo de pedir ayuda y mejorar la accesibilidad a estos servicios.
¿Cómo describiría un día típico en su vida como residente de psiquiatría?
Los días como residente de psiquiatría son impredecibles. Por lo general, tenemos actividades docentes diariamente, y valoramos pacientes intrahospitalarios y pacientes que llegan al cuarto de urgencias. Diariamente tenemos la oportunidad de ver una gran variedad de patologías psiquiátricas que enriquecen nuestro conocimiento.
¿Qué importancia tiene la empatía en su práctica como psiquiatra?
Como profesionales de salud debemos comprender que nuestros pacientes están acudiendo a nosotros en su estado más vulnerable, por lo que siempre se debe ofrecer un ambiente donde se puedan sentir relajados y en confianza. Para crear este ambiente, la empatía es muy importante porque nos ayuda a conectar con nuestro paciente, escuchar sus dolencias, y entender lo que le está pasando.
¿Qué habilidades o cualidades cree que son esenciales para un psiquiatra efectivo?
La psiquiatría es una rama muy compleja, y carecemos de estudios de imagen o laboratorios que nos puedan confirmar los diagnósticos. Por lo cual, tenemos que ser muy buenos observadores, además de poder contar con la capacidad de escuchar, razonar, y tomar las decisiones necesarias con la finalidad de brindarle al paciente la ayuda que necesita.
¿Cómo maneja sus propias emociones al trabajar con pacientes que enfrentan situaciones desafiantes?
Me atiendo con psicología porque me da un espacio para hablar de mis sentimientos, gestionar mis emociones, y liberarme de distintas situaciones que me puedan generar ansiedad. Cuidar mi salud mental es fundamental para poder atender a mis pacientes de la mejor forma posible.
¿Qué la motiva a seguir adelante en su carrera, incluso en los momentos difíciles?
El amor por mi rama y el interés que tengo de seguir aprendiendo y mejorando. Me queda un largo camino por recorrer.
Hasta ahora, ¿qué aspectos de su especialidad le han apasionado más?
Los psiquiatras son los sanadores de la mente. Mejorar la salud mental de una persona le cambia la vida en todos los aspectos. Me apasiona ver cambios positivos en los pacientes, y cómo van evolucionando durante sus hospitalizaciones. Cada paciente es un aprendizaje nuevo. La psiquiatría es una rama que sigue progresando y cambiando para ofrecer mejores terapias a los pacientes.
¿Hay algún área específica de la psiquiatría que le gustaría explorar más?
Me gustaría explorar la psiquiatría nutricional más a fondo. El eje cerebro intestinal está implicado en muchas enfermedades mentales. Quiero aprender cómo incorporar intervenciones nutricionales para optimizar la respuesta a los tratamientos.
¿Cómo equilibra su vida personal con las exigencias de la residencia?
La residencia médica demanda mucho tiempo, esfuerzo físico y emocional. Uno de los mayores retos que tiene la residencia, es poder balancear el tiempo. Lo que me ha ayudado a sobrellevarlo es sentirme presente en el ahora, y pensar menos en el futuro o en el pasado. Cuando estoy en familia, procuro que pasemos tiempo de calidad. Evito los dispositivos electrónicos y cosas que me puedan distraer la atención de mis seres queridos.
¿Qué metas tiene para su carrera una vez que complete su residencia?
Me encantaría hacer una subespecialidad y continuar estudiando. Tengo muchas ganas de seguir aprendiendo para poder ofrecer la mejor atención posible. Tengo mucho interés en las ramas de psiquiatría infantil y nutricional. Quiero contribuir a mejorar la salud mental de la población de mi país.
¿Cómo le gustaría ser recordada por sus pacientes y colegas en el futuro?
Quisiera que me recordaran por ser una profesional apegada a mis valores, y con gran sentido de responsabilidad. Siempre haré mi mayor esfuerzo para dar lo mejor de mí en beneficio de mis pacientes.
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