Secretos de las personas que se mantienen felices en las peores circunstancias

Las dificultades ocurren tanto en el ámbito personal como profesional. Ante estos contratiempos, algunas personas parecen derrumbarse, mientras que otras encuentran formas de seguir adelante y continuar con sus responsabilidades. ¿Existen estrategias para desarrollar resiliencia?

La respuesta es sí, hasta cierto punto.

La resiliencia es distinto a ignorar el dolor

En primer lugar, es importante entender que ser resiliente jamás  implica ignorar las emociones negativas que surgen en tiempos difíciles. Las pérdidas personales o profesionales significativas generan tristeza y decepción. Es natural atravesar un proceso de duelo y es fundamental permitirse tiempo y espacio para hacerlo. Tampoco se debe sentir culpa si se experimentan emociones como tristeza o enojo antes de aceptar lo ocurrido.

La felicidad tiende a estabilizarse

En segundo lugar, parece existir un punto de referencia en los niveles de felicidad. En general, en las semanas y meses posteriores a un acontecimiento positivo o negativo, las personas tienden a volver a un nivel de felicidad similar al que tenían antes del suceso. El mejor indicador de cómo alguien se sentirá después de una gran pérdida o logro es cómo se sentía antes de dicho evento.

A veces, las emociones negativas son necesarias

En ciertas circunstancias, los sentimientos negativos pueden ser la mejor respuesta a una situación difícil. El estrés y la ansiedad son reacciones naturales ante una amenaza. Si realmente existe un problema que requiere atención, la ansiedad puede ser una respuesta útil.

Cuando una persona está ansiosa, suele caer en la rumiación, un ciclo repetitivo de pensamientos sobre la causa de su malestar. Si existe una amenaza potencial, analizarla detenidamente puede ayudar a desarrollar un plan para afrontarla.

Dicho esto, hay estrategias que pueden ayudar a sobrellevar los momentos difíciles.

Identificar lo que se puede controlar

Lo primero es reconocer qué aspectos están bajo control y cuáles están en proceso. Numerosos estudios muestran que, en tiempos difíciles, las personas son más resilientes cuando se enfocan en las acciones que pueden tomar para seguir adelante, en lugar de centrarse en las circunstancias que los han afectado. Dirigir la atención a lo que sí se puede hacer para mejorar la situación  ayuda a sentirse mejor, y también aumenta la productividad.

Mantenerse rodeado de otras personas

Otra estrategia clave es interactuar con otras personas, aunque se carezca del  deseo de hacerlo. Cuando alguien está triste o estresado, suele evitar la compañía de los demás, pero el contacto social ofrece varios beneficios. Hablar sobre lo que genera angustia permite descubrir que otras personas han pasado por experiencias similares.

Buscar una victoria rápida

Cuando se sufre una pérdida en un área de la vida, es común centrarse en los aspectos negativos de todas las demás. Es recomendable buscar una tarea en el ámbito laboral que pueda completarse rápidamente con éxito. Lograr un pequeño triunfo ayuda a recordar que un revés importante está lejos de  estar condenado al fracaso.

Dar a los demás el beneficio de la duda

Por último, es útil interpretar de manera positiva las acciones de los demás. Cuando surge enojo por una situación laboral, es fácil buscar razones para ver a los compañeros como obstáculos. Esto ocurre especialmente cuando alguien es pasado por alto para una oportunidad deseada. Sin embargo, la mayoría de las personas en el entorno laboral pueden ser aliados potenciales.

Los pensamientos negativos hacia los demás pueden convertirse en una profecía autocumplida. Estas ideas influyen en la forma en que se interpretan sus acciones y pueden llevar a interactuar con ellos desde el enojo o la desconfianza. A su vez, esto genera respuestas similares en los demás. Por el contrario, al asumir intenciones positivas en los demás, es más probable generar interacciones saludables.

Aplicar estas estrategias puede minimizar el impacto de los eventos negativos en la vida. Además, contribuyen a mejorar el bienestar, ya que cada éxito logrado fortalece la actitud hacia el futuro.