• 16 diciembre, 2025

¿Por qué Centroamérica necesita microrredes frente a un clima más extremo y mercados más exigentes?

¿Por qué Centroamérica necesita microrredes frente a un clima más extremo y mercados más exigentes?

Con más de 80% de energía renovable proyectada para los próximos años, las microrredes ayudan a que esa ventaja se vuelva resiliencia real ante los cortes de electricidad.

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Las olas de calor, las inundaciones, los deslizamientos y las tormentas eléctricas extremas son más frecuentes: afectan la operación de las redes, interrumpen servicios básicos y golpean la economía de comunidades y empresas. En Centroamérica, entre 2005 y 2014 los desastres naturales generaron pérdidas por unos US$ 5.800 millones y, en 2022, los daños en América Latina y el Caribe rondaron los US$ 9.000 millones, según el Banco Mundial, una señal clara de cuánto puede costar que la infraestructura crítica y la energía no estén preparadas. Proteger la energía que mantiene funcionando lo esencial como la salud, el agua potable, los alimentos, las telecomunicaciones y los procesos productivos clave, es una prioridad para territorios urbanos y rurales y para las organizaciones que buscan resguardar su continuidad de negocio y su competitividad.

En una región con alta participación de fuentes renovables en su matriz eléctrica (el Ente Operador Regional proyecta que más del 80% de la demanda eléctrica de América Central será cubierta por fuentes renovables en los próximos años), con la hidroelectricidad como columna vertebral y un aporte creciente de solar, eólica, geotermia y biomasa, el reto está en asegurar que llegue de forma continua cuando más se necesita. En este contexto, las microrredes surgen como una herramienta concreta para proteger lo esencial y acelerar la recuperación luego de un evento extremo.

¿Qué es una microrred?

Una microrred puede imaginarse como una “minired eléctrica” local. En condiciones normales, trabaja conectada a la red nacional, pero cuando ocurre una falla o un evento extremo tiene la capacidad de “aislarse” y continuar operando de forma autónoma para alimentar las cargas críticas, creando una segunda línea de defensa.

Funciona combinando cuatro piezas:

  1. Generación cercana al usuario, como paneles solares en techo o una pequeña turbina eólica.
  2. Almacenamiento en baterías, que guarda energía para utilizarla cuando más se necesita.
  3. Sistemas de control inteligente, que deciden en tiempo real de dónde tomar la energía y a qué equipos darle prioridad.
  4. Cargas esenciales, por ejemplo cámaras de frío, equipos médicos, servidores, sistemas de bombeo o iluminación de seguridad.

“Cuando hablamos de microrredes hablamos de proteger al mismo tiempo a las personas y a los negocios, que el EBAIS siga atendiendo aunque haya un apagón prolongado, que el agua llegue aunque una tormenta afecte la red, que el minisúper no pierda sus productos y que las empresas puedan mantener sus operaciones después de un evento extremo. Al final se trata de tener servicios esenciales más seguros y comunidades que se recuperan más rápido, mientras las organizaciones cuidan su continuidad y avanzan en sus metas de descarbonización”, señaló Lady Campos, gerente de Nuevos Negocios de Schneider Electric para Centroamérica.

Este enfoque resulta especialmente relevante para industrias y actores que no pueden darse el lujo de detenerse. Agroindustrias y plantas de alimentos que dependen de la cadena de frío, hoteles y hospitales que requieren equipos críticos siempre encendidos, parques industriales, centros logísticos y de datos que operan 24/7, así como acueductos, plantas de tratamiento, centros comerciales y comités de emergencia que coordinan la respuesta ante desastres, pueden apoyarse en una microrred para mantener en marcha sus procesos clave durante un corte, reducir pérdidas y dar mayor certeza a clientes, proveedores y comunidades.

Además, las microrredes ayudan a avanzar en las metas de descarbonización porque sustituyen parte de la energía de respaldo basada en diésel o combustibles fósiles por generación renovable local y almacenamiento. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) señalan que la expansión de energías renovables distribuidas (como la solar en techos combinada con baterías) es una de las formas más efectivas de reducir emisiones del sector eléctrico.

“Centroamérica ya dio un paso importante con una matriz eléctrica muy renovable, pero eso no basta si un apagón sigue dejando a la gente sin agua, sin salud o compromete las operaciones de las organizaciones. Las microrredes nos permiten pasar de reaccionar a planear: mantener encendidos los servicios esenciales, evitar pérdidas innecesarias y darle a las organizaciones más control sobre su operación cuando el clima pone a prueba la red”, señaló la gerente de Nuevos Negocios de Schneider Electric para Centroamérica.

CFS y el Ministerio de Trabajo en Costa Rica: un ejemplo regional de microrred inteligente

Uno de los ejemplos recientes de microrred en Centroamérica se encuentra en Costa Rica, en el edificio Benjamín Núñez del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). El proyecto fue desarrollado por la empresa CFS, con soporte tecnológico de Schneider Electric, como parte de los esfuerzos del ministerio por modernizar su gestión de la energía.

En el MTSS se implementó una microrred que combina paneles solares en los techos, una turbina eólica, cargadores para vehículos eléctricos, baterías para almacenar energía y un controlador que gestiona el sistema en tiempo real desde una plataforma de edificios inteligentes. El sistema se diseñó para lograr ahorros superiores al 25% en la facturación eléctrica (equivalentes a alrededor de US$ 2.500 mensuales), recuperar la inversión en un plazo estimado de 2 a 3 años y reducir en aproximadamente 2,5 toneladas las emisiones de carbono (CO₂) del ministerio cada mes.

Para el MTSS, la microrred se traduce en ahorros económicos y en una mayor continuidad de sus servicios al ciudadano, al tiempo que eleva el estándar de gestión energética en la administración pública. El proyecto forma parte del programa global Impact Maker de Schneider Electric, que reúne iniciativas con resultados medibles en eficiencia, resiliencia y sostenibilidad.

 

Etiquetas: clima más exigentes / Costa Rica / microrred / Schneider Electric

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