Las hormonas ováricas, principalmente estrógenos y progesterona, desempeñan un papel fundamental en la calidad del sueño.
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Dormir bien es uno de los pilares más importantes del bienestar físico y emocional. Sin embargo, para quienes menstrúan, lograr un descanso continuo y reparador puede convertirse en todo un desafío. Las variaciones hormonales del ciclo menstrual, sumadas a síntomas físicos y emocionales, impactan directamente la calidad del sueño.
Según el estudio Periodsomnia de Saba®, marca de Essity, compañía sueca y líder global en higiene y salud, el 62% de las personas menstruantes reporta dormir peor durante su periodo; mientras que el 51% indica que no logra dormir bien debido al dolor y al malestar. Ambas cifras evidencian cómo el descanso nocturno está condicionado tanto por factores biológicos como emocionales.
“En Saba® entendemos que el sueño no es un lujo: es salud. Y durante el periodo, muchas personas enfrentan noches interrumpidas por dolor, incomodidad o miedo a fugas. Nuestra misión es acompañarlas con soluciones que les devuelvan tranquilidad para descansar profundamente. Hablar de periodsomnia es abrir un espacio necesario sobre cómo la menstruación impacta el bienestar integral, incluyendo el descanso nocturno”, expresó Estefanía Estrada, gerente de Personal Care en Essity.
De acuerdo con el Dr. Tito Cabezas, Médico de la Clínica Waswö, las hormonas ováricas, principalmente estrógenos y progesterona, desempeñan un papel fundamental en la calidad del sueño.
“Ambas hormonas participan en la regulación del ritmo circadiano y en la arquitectura del sueño. La progesterona favorece la relajación, la somnolencia y una respiración más estable. Por su parte, los estrógenos intervienen en la regulación del sueño REM (fase del ciclo de sueño caracterizada por una alta actividad cerebral), los cuales mejoran la latencia del sueño, facilitan una adecuada termorregulación para conciliar el sueño y modulan la liberación de neurotransmisores implicados en el descanso”, explica el Dr. Cabezas.
Según el médico, durante la fase folicular, los estrógenos favorecen a conciliar el sueño y regular la temperatura corporal. En la fase lútea, la progesterona promueve relajación y somnolencia. Pero en los días previos a la menstruación, la caída brusca de ambas hormonas puede generar irritabilidad, ansiedad y dolor, factores que fragmentan el sueño.
Estos cambios pueden manifestarse en despertares nocturnos, somnolencia diurna, irritabilidad y variaciones en el estado de ánimo, señales claras de que el descanso está siendo afectado por el ciclo hormonal.
Durante la menstruación, síntomas como cólicos, inflamación o hipersensibilidad emocional interfieren directamente con la continuidad del sueño. El Dr. Cabezas recalca que “el dolor, en cualquiera de sus formas, tiende a fragmentar el sueño. Cuando se combina con preocupación o incomodidad física, puede generarse un ciclo en el que dormir mal empeora la percepción del dolor y viceversa”.
De hecho, el estudio Periodsomnia muestra que un 33% duerme peor por ansiedad ante posibles fugas o manchas. Adicionalmente, datos del estudio sobre Salud y Pobreza Menstrual en Costa Rica (2025), realizado por Essity, refuerza la urgencia de hablar del descanso y el bienestar menstrual: más del 60% de las personas menstruantes del país ha sentido inseguridad por posibles manchas por falta de productos adecuados y el 44% ha tenido que improvisar con materiales como papel higiénico o ropa vieja, una práctica que no solo afecta su sensación de seguridad, sino también su tranquilidad durante la noche. Ante esto, el doctor hace una recomendación para propiciar un buen descanso, no solamente en los días de sangrado, sino que durante todo el ciclo menstrual.
El buen dormir no comienza al acostarse, sino durante el día, por ello, el doctor recomienda:
- Exposición diaria a la luz natural
- Ejercicio por la mañana para sincronizar los ritmos biológicos
- Rutinas de alimentación y sueño constantes
- Manejo del estrés y técnicas de relajación
Por la noche, pequeños rituales pueden transformar la calidad del descanso:
- Ducha tibia
- Rutina de cuidado personal
- Ambientes frescos, oscuros y silenciosos
- Evitar pantallas al menos 45 minutos antes de dormir
- Usar la cama únicamente para dormir
- Aplicar compresas calientes y, si es necesario, analgésicos indicados para los cólicos
Uno de los factores que más afecta el descanso en los días de sangrado es la sensación de inseguridad ante posibles fugas. El mismo estudio revela que alrededor de un tercio de las mujeres cambia su postura al dormir para evitar incomodidad, lo que afecta la profundidad del sueño.
La línea Saba Buenas Noches ofrece soluciones diseñadas específicamente para este momento del mes, con tecnología de tres zonas de máxima absorción, brindando comodidad y protección en cualquier posición.
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