Ahora nos encontramos en la denominada economía del conocimiento, donde la tecnología marcha a pasos agigantados.
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Por Juan Jose Micheo, consultor, economista y MBA INCAE
Previo a la globalización económica, las empresas se desenvolvían en entornos económicos estables –muchas veces con protección arancelaria y subsidios estatales y limitada competencia internacional. Ahora nos encontramos en la denominada economía del conocimiento, donde la tecnología marcha a pasos agigantados. Según estadísticas de la firma Bloomberg «en el año 2023 en la lista de los 50 consorcios bursátiles más importantes del mundo, 33 son de Estados Unidos: de ellos 14 son tecnológicos, entre los que se encuentran Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook».
En una economía donde la innovación y el cambio tecnológico es consustancial a los negocios, solo compañías que renueven sus estructuras y sistemas podrán prosperar. A continuación, unas sugerencias que permiten esa adaptación:
1. Actualizar la visión y misión de la empresa: corresponde a la alta dirección guiar a la organización y motivar a las gerencias para que en forma compartida determinen los imperativos estratégicos del negocio.
2. Reestructurar la Junta Directiva: cada puesto en los órganos de dirección debe ganarse en base a méritos, liderazgo, capacidad profesional, integridad y mente abierta al cambio. De no encontrarse accionistas que gocen de esas aptitudes, lo mejor será conseguir a personas externas. En la medida de lo posible, el ideal es crear un balance entre directivos jóvenes y personas con experiencia.
3. Gerentes con liderazgo: los ejecutivos contratados deben de poder trabajar con la gente, distinguirse por alcanzar metas, contar con ejecutorias de éxito demostradas en otros puestos e inspirar a los colaboradores para que trabajen con pasión y ahínco.
4. Programa de relevo de las principales autoridades: corresponde a los directivos contar con un plan de sucesión de mando que permita renovar a las personas que gestionan el negocio, para evitar crear estrés en las organizaciones.
5. Decisiones estratégicas: con cierta periodicidad, conviene preguntarse si es oportuno internacionalizar la compañía, diversificarse o consolidarla a través de alianzas, fusiones o adquisiciones.
6. Evaluar los sistemas, la capacitación de personal, el servicio al cliente y grado de innovación, con preguntas como las siguientes: ¿el sistema de informática está actualizado?, ¿cuánto ha sido la inversión en la modernización de los procesos de producción?, ¿a cuánto asciende el presupuesto de investigación y desarrollo?, ¿qué porcentaje de las ventas se destina a la calificación de personal?, ¿cuántos productos y servicios nuevos han lanzado al mercado en los últimos tres años?, ¿están proporcionando buen servicio al cliente?
7. Sistema de retribución: el pago fijo a los colaboradores se ha demostrado que no estimula la creatividad y el esfuerzo, hay que sustituirlo por remuneraciones variables que incentiven la productividad y la innovación.
8. Toma de decisiones bajo incertidumbre: vivimos en un mundo interconectado, esa situación hace que el proceso de decisiones se acorte. La información, la experiencia, el talento y el buen juicio son cruciales para mantenerse en los mercados de hoy.
9. Outsoursing tecnológico: El outsourcing –externalización– tecnológico asegura la gestión de la infraestructura, programas y soporte informático de forma óptima, lo que supone una reducción de la inversión al aprovechar las infraestructuras del proveedor. Contar con un socio tecnológico podría suponer un ahorro de los costos en tecnología de entre un 30 y un 60 por ciento.
10. Participación en la vida pública: En nuestra región por ser países en vías de desarrollo es conveniente que los líderes empresariales participen activamente en gremiales, grupos de presión y en el propio Gobierno, pues es allí donde se deciden las políticas, leyes y proyectos de orden público.
El mundo y la forma de hacer negocios ha cambiado drásticamente. Sin embargo, hay empresas de la región que se resisten y no renuevan sus sistemas ni sus mandos superiores. Las compañías en estos tiempos tienen que estar pendientes de lo que hacen otros países y tener el ojo puesto en las estrategias empresariales de la competencia. Si su empresa está perdiendo clientes, reduciendo rentabilidad y abarcando menos mercado, bien vale la pena hacer un alto en el camino y repensar el negocio.
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