La alta concentración del mercado y la baja penetración del seguro, especialmente en Vida, marcan los principales desafíos para impulsar mayor competencia e inclusión aseguradora en el país.
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El mercado asegurador costarricense cerró 2024 con un desempeño positivo y señales claras de solidez financiera, aunque todavía enfrenta importantes desafíos para acelerar la competencia, diversificar su oferta y ampliar la penetración del seguro, especialmente en el segmento de Vida. Así lo concluye el Informe de Mercado Asegurador Latinoamericano para 2024, elaborado por MAPFRE Economics, cuyo análisis dedica un apartado relevante a la evolución del sector en Costa Rica.
De acuerdo con el estudio, el país ha mantenido una trayectoria de crecimiento sostenido desde la apertura del mercado a la competencia en 2008. Sin embargo, persiste una alta concentración en torno al Instituto Nacional de Seguros (INS), que en 2024 mantuvo una participación del 64,8% del total de primas.
Para Ricardo González, director de Análisis, Estudios Sectoriales y Regulación de MAPFRE Economics, avanzar hacia un mercado más dinámico requiere “seguir reduciendo barreras de entrada, agilizar los procesos de autorización de productos y licencias, y fomentar una mayor inversión en tecnología y canales alternativos de distribución”, elementos clave para competir en calidad de servicio y eficiencia de costos.
Fortaleza del mercado asegurador costarricense
De acuerdo con el especialista, uno de los indicadores que refleja la fortaleza del sector en el país, precisamente es el crecimiento de las provisiones técnicas, que en 2024 superaron los ¢1,15 mil millones, más del doble de lo registrado en 2010.
En el informe se explica que este aumento responde al mayor volumen de actividad aseguradora y al crecimiento sostenido de las primas, lo que exige mayores reservas para riesgos en curso y siniestros pendientes. En el caso de los seguros de Vida, el fuerte dinamismo observado entre 2010 y 2024 (un crecimiento acumulado del 145,9%) obligó a constituir importantes provisiones matemáticas. A ello se suma un marco regulatorio más exigente, orientado a reforzar la solvencia y la gestión prudente de las inversiones, lo que fortalece la estabilidad financiera del sector asegurador costarricense.
El informe advierte que parte de la percepción de crecimiento del mercado podría estar sobredimensionada por el rápido avance del ramo de Vida, que partía de una base muy reducida. Aunque este segmento ha sido el principal motor de mejora en la penetración general, en 2024 apenas representó el 17,2% de las primas totales.
“Ajustando el Índice de Evolución del Mercado, el desempeño de Costa Rica se alinea con el promedio regional, lo que confirma que el mayor reto, y a la vez la mayor oportunidad, sigue estando en el desarrollo de los seguros de Vida. Actualmente, su penetración equivale al 0,6% del PIB, muy por debajo del promedio latinoamericano”, mencionó González.
En comparación con América Latina, Costa Rica se sitúa por debajo de la media regional en penetración total (2,4% frente a 3,2%) y en profundización del mercado. Sin embargo, presenta mejores resultados en densidad e índice de evolución.
Según González, las principales barreras estructurales del mercado de seguros costarricense están asociadas al limitado desarrollo del segmento de Vida, la concentración histórica del mercado y una baja cultura aseguradora en productos de ahorro y previsión.
Para revertir esta situación, el especialista subraya la necesidad de lanzar productos sencillos y asequibles, acompañados de una estrategia sostenida de educación financiera que incremente la conciencia sobre el riesgo y fomente una demanda más informada.
Niveles de concentración
El documento también destaca que, aunque los niveles de concentración siguen siendo elevados, muestran una tendencia gradual a la baja. En este proceso, la innovación tecnológica puede desempeñar un papel determinante. El uso de plataformas digitales, inteligencia artificial y nuevos modelos operativos permitiría a los competidores reducir costos, ajustar precios y ganar eficiencia, al tiempo que la educación financiera contribuiría a empoderar al consumidor y dinamizar la competencia.
De cara al futuro, MAPFRE Economics identifica oportunidades relevantes para Costa Rica en el contexto de transformación digital y sostenibilidad que atraviesa el sector asegurador regional.
“La estabilidad macroeconómica del país, combinada con un entorno favorable para el desarrollo de productos de ahorro a largo plazo, crea condiciones propicias para atraer capitales y cerrar la brecha de aseguramiento, especialmente en Vida. Capitalizar estas ventajas permitiría mejorar el índice de evolución del mercado y consolidar el crecimiento del sector en los próximos años”, añade González.
El informe sitúa el desempeño costarricense dentro de una tendencia regional marcada por la resiliencia del mercado asegurador latinoamericano en 2024, pese a la desaceleración económica global.
A nivel regional, el crecimiento real del sector fue de 5,8%, impulsado principalmente por el segmento de Vida, que creció 8,7% gracias a la mayor demanda de productos de ahorro y previsión en un entorno de tasas de interés reales positivas. La digitalización, la innovación y el fortalecimiento de los marcos regulatorios son, según MAPFRE Economics, los pilares que están llevando al mercado a una nueva fase de madurez y sentando las bases para una mayor inclusión financiera en la región.
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