Las personas con excesiva inteligencia emocional siempre llevan a cabo estas prácticas

De acuerdo con la doctora Jenny Wood, especialista en el tema, generar confianza en un nuevo amigo, un colega o un posible romance, conectar de verdad y crear vínculos fuertes puede parecer «una tarea abrumadora». Sin embargo, desarrollar “habilidades humanas” pueden colaborar a prosperar en entornos sociales, desde el afrontamiento hasta el pensamiento crítico.

A continuación, las 3 particularidades que tienen las personas con alta inteligencia emocional cuando hablan con otras, según lo declarado por la experta a CNBC.

1. Hacen preguntas que suscitan sentimientos profundos

Las personas más inteligentes emocionalmente tienen una capacidad excepcional para mantener preguntas en cualquier conversación, con el objetivo de despertar y mantener el interés. Se tratan de preguntas abiertas como: «Qué piensas sobre…?” o “Cómo te sientes acerca de … ?».

Sin embargo, más que solo la interrogación en sí,  también es la forma rítmica en la que se hacen las preguntas. Esto brinda la posibilidad de destacar la conciencia social y la empatía. A las personas que se manifiestan con estos recursos les permite parecer auténticos y genuinos en vez de entrometidos.

Además, se conectan a nivel intelectual y emocional y pueden preguntar sobre pasiones personales, momentos felices y puntos débiles.

Cuando un desconocido resulta familiar y cercano al instante, puede ser porque te está imitando de una manera sutil, específicamente en comportamientos, patrones a la hora de hablar y el lenguaje corporal.

Sin confundir «imitar» con «copiar» o «replicar». La doctora Jenny Wood detalla que las personas con alta inteligencia emocional son hábiles para leer las señales sociales y reflejar a las personas con las que hablan para profundizar una conexión.

De esta manera, las personas prestan mucha atención al tono, el ritmo y la elección de palabras, y traducen esto en sus respuestas. Ya sea si se habla lento o con entusiasmo, es posible que se ajusten el ritmo para que coincida con las emociones del otro.

La gente con una alta inteligencia emocional comparte abiertamente sus malas experiencias y fracasos, sin temor de revelar sus miedos y fracasos debido a que observan a la vulnerabilidad como una fortaleza y una herramienta para generar conexiones más profundas.

Precisamente, creen que sus errores están lejos de definirlos  y que su trabajo es otro distinto a agradar a todo el mundo, lo cual se traduce en una alta seguridad emocional y un gran coraje evitar que sea una obligación caerle bien a los otros.

También tienen una buena capacidad para convertir la negatividad en productividad. Observan cómo reaccionan los demás ante sus reveses y utilizan esta información para distinguir a los partidarios de los detractores.