• 8 septiembre, 2025

Ivania Zamora, liderazgo y visión en la industria de la televisión

Ivania Zamora, liderazgo y visión en la industria de la televisión

Más que una historia de película, es un recorrido de perseverancia, trabajo duro y la convicción de siempre decirle que sí a un buen reto.

Por Milagros Sánchez Pinell

Criada entre el calor y la calidez de Nicaragua, Ivania Zamora ha convertido su pasión por las historias y la conexión humana en una carrera que hoy la coloca al frente de las ventas de uno de los catálogos televisivos más importantes del mundo.

Desde su cargo como vicepresidenta de ventas de Banijay Rights para Latinoamérica y el mercado hispano en Estados Unidos, impulsa formatos que han marcado generaciones y series que cruzan fronteras, siempre con la premisa de adaptarlos a la cultura y el contexto de cada audiencia.

Banijay Rights es la división de distribución y ventas de Banijay, uno de los grupos de producción y entretenimiento más grandes del mundo, con un catálogo que supera las 200 mil horas de programación y presencia en más de 20 países. Entre sus títulos figuran MasterChefYo Me Llamo y Big Brother, así como series como Black Mirror y Peaky Blinders.

Su trayectoria comenzó como asistente ejecutiva en Endemol Shine Latino, posteriormente adquirida por Banijay. Dos años más tarde ascendió a coordinadora de ventas y descubrió su pasión por vender y conectar con personas de toda Latinoamérica, combinando su conocimiento de historia, política y economía con relaciones humanas reales.

Tras otros dos años decidió dar un giro profesional. La oportunidad que buscaba llegó desde la industria fintech, donde aceptó el reto de armar un equipo de ventas desde cero.

Afirma que, justo cuando menos lo esperaba, Banijay volvió a tocar su puerta y así asumió el puesto que siempre había deseado como vicepresidenta de ventas.

Su formación escolar también marcó su vida. Estudió en el colegio San Agustín en Nicaragua, al que recuerda como mucho más que un espacio de clases; para ella fue una familia que le inculcó principios sólidos.

En 2014 se graduó en Relaciones Internacionales en Nova Southeastern University con planes que parecían alejados de la televisión, hasta que una oportunidad inesperada la llevó a descubrir un mundo en el que ha sabido crecer, adaptarse y dejar huella.

¿Qué la motivó a entrar al mundo del entretenimiento?

Mi mayor motor siempre ha sido la curiosidad, las ganas de superarme y la pasión por conectar con personas y sus historias. El mundo del entretenimiento me atrapó porque la televisión tiene un poder único: puede emocionar, unir y transformar. Vender formatos tan icónicos como MasterChef es un honor que llevo con orgullo, por el reto comercial y por las conexiones humanas que he construido y por ver, de primera mano, cómo un programa puede elevar el nivel de un canal y hasta cambiar su historia.

¿Cuáles son sus principales responsabilidades?

Mi misión es vender, abrir nuevas vías de negocio y encontrar la forma de generar sinergias entre la TV abierta y las múltiples plataformas digitales. El reto está en adaptar cada estrategia a la realidad y contexto de cada país latino, buscando siempre maximizar el impacto y las oportunidades de cada contenido.

¿Cuál ha sido su estrategia para posicionar los contenidos de Banijay en una región tan diversa?

Parte clave de mi trabajo es comprender a fondo al público de cada país y la estrategia de programación de cada canal. Más que vender un show, se trata de escuchar y entender qué busca el cliente, cómo programa, cómo es su audiencia, su cultura e incluso su contexto sociopolítico. Con esa información, puedo proponer versiones de nuestros formatos que se adapten a la idiosincrasia de cada territorio, ofreciendo un producto realmente tailor – made (hecho a la medida) que conecte con la gente y potencie los resultados del canal o plataforma.

¿Qué habilidades son clave para crecer en esta industria y liderar equipos?

Es una combinación de cosas: curiosidad para aprender constantemente, adaptabilidad para moverse en contextos distintos y la capacidad de pivotar constantemente cuando las circunstancias cambian… y, ojo, cambian todo el tiempo. A eso sumo empatía para conectar con personas de diferentes culturas, resiliencia para enfrentar los inevitables retos y una mentalidad estratégica enfocada en resultados.

¿Cuáles han sido sus principales desafíos?

Es una industria en constante cambio y evolución, donde enfrentamos los efectos de adquisiciones entre empresas, reestructuraciones y la irrupción de plataformas. Para navegarlo, hay que tener «thick skin» (temple) y la capacidad de seguir adelante confiando en tus productos, pero, como siempre digo, estar dispuestos a cambiar de estrategia y ajustar donde sea necesario. La clave ha sido mantener la calma, leer el contexto actual y actuar rápido, sin perder de vista el objetivo.

¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo y qué aspectos considera más retadores?

Lo que más disfruto es conectar con personas de diferentes culturas, aprender de sus realidades y ver cómo un formato puede transformar un canal y su relación con la audiencia. Por ejemplo, Yo Me Llamo es un show aspiracional que realmente cambia vidas: ha sacado a personas de la calle e impulsado sus carreras musicales. Ver este impacto es muy satisfactorio. Lo más retador, sin duda, es trabajar en una industria tan dinámica, donde las tendencias, plataformas y prioridades cambian a gran velocidad.

¿Hay algún proyecto que la marcó especialmente?

Imposible elegir solo uno porque cada proyecto trae sus propios aprendizajes. Más que un contenido en particular, lo que realmente me marca es ver el efecto y los resultados en todos los involucrados (cliente, audiencia y participantes). Cada vez que un canal compra un formato y se aventura a tomar el riesgo por primera vez es muy emocionante, al igual que ver a clientes que llevan décadas manteniendo formatos exitosos al aire. Todo es valiosísimo y forma parte de lo que hace que este trabajo sea tan especial para mí.

¿Cuáles son los próximos pasos que le gustaría dar en su carrera y en su vida personal?

Lo desconozco, voy con la corriente. Mientras siga aprendiendo y disfrutando dejo que las cosas y oportunidades surjan, porque la vida ya me ha demostrado que es la mejor manera. Claro que uno debe tener sus objetivos y metas claras, pero sin obsesionarse con el “end goal” (objetivo final). Lo importante es disfrutar el proceso y vivir el presente. Creo firmemente que los planes de Dios son los que determinan el siguiente paso, y confío en que siempre me llevarán al lugar y momento correctos.

Etiquetas: ejecutiva / Estados Unidos / Nicaragua / roarin 20 / televisión

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