Además de destinar capital a infraestructura de transmisión y distribución, más mercados apuestan por soluciones de almacenamiento energético.
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Centroamérica y el Caribe sigue enfrentando enormes desafíos asociados a vulnerabilidades en la continuidad del suministro eléctrico por retos técnicos y eventos climáticos extremos. Mientras las necesidades energéticas van en ascenso, los apagones siguen acechando.
En respuesta a ello anuncios de inversiones millonarias empiezan a darse en mercados estratégicos de la región.
De acuerdo con Rosilena Lindo Riggs, experta regional en energía y clima, los países están trabajando de manera individual y con diferentes entes de cooperación internacional para fortalecer sus sistemas de transmisión y distribución, e incorporar soluciones de almacenamiento.
Si trabajamos aceleradamente para conseguir los recursos financieros para lograr la resiliencia regional en temas de electricidad, vamos a marcar una diferencia energéticamente y geopolíticamente”, consideró, indicando que esto ya está empezando a ocurrir en la región
En Centroamérica, el operador regional ya tiene previsto aumentar la capacidad de transmisión y han indicado que se destinarán alrededor de US$250 millones para atender el crecimiento de la demanda junto con inversión en proyectos de transmisión que, desde mediados del año pasado hasta el 2033, sumaría en el orden de US$198 millones.
Aquello sería respaldado con esfuerzos locales que según la referente consultada contribuirían al fortalecimiento y modernización del sistema regional así como a la resiliencia de cada mercado eléctrico.
Centroamérica moderniza y fortalece
En tal sentido, en Panamá, donde Rosilena Lindo Riggs fungió como Subsecretaria y Secretaria Nacional de Energía, tanto la distribuidora ENSA como Naturgy en conjunto han indicado que estarán destinando US$890 millones durante los próximos cuatro años en infraestructura de distribución. Por su parte, ETESA indicó que va a estar dirigiendo alrededor de US$880 millones en infraestructura de transmisión.
Entre los mercados más atractivos de la región, Guatemala prevé una inversión de alrededor US$150 millones provenientes de su convocatoria PET-3 donde se invita al sector privado a participar en la construcción, operación y mantenimiento de 14 subestaciones eléctricas y aproximadamente 440 km de líneas de transmisión.
Costa Rica, por su parte, está recibiendo financiamiento de banca europea por US$400 millones, una parte para generación pero otra para modernizar y desarrollar las redes nacionales de transmisión y distribución. Además, también se ocuparán US$45 millones en dar electricidad a alrededor de 2200 habitantes, terminando de cerrar la brecha de acceso universal.
En el caso de El Salvador, AES Salvador ha indicado que va a invertir 236 millones de dólares entre el 2024 y el 2028 para distribución de electricidad, buscando no tan solo crear infraestructura nueva sino modernizar la existente para mejorar el servicio y el acceso en zonas rurales. Una porción de ese monto será dedicada a redes de carga pública de vehículos eléctricos, distinguiéndose de otros mercados.
Honduras, registra solo en el Valle de Sula 12 proyectos en ejecución o finalizados de la empresa eléctrica estatal, con una inversión pública superior a los 5000 millones de lempiras. En adición, recientemente adjudicó su primer proyecto BESS en la subestación de Amarateca de 75MW/300MWh al consorcio Windey-Equinsa que ofertó US$50,2 millones de dólares.
El Caribe prioriza la resiliencia
Pasando a mercados del Caribe, Rosilena Lindo Riggs mencionó que República Dominicana ha indicado que va a invertir US$450 millones en los próximos años para mejorar las redes de transmisión, de los cuales US$170 millones se van a invertir durante este 2025.
El gobierno dominicano ha indicado que va a estar promoviendo la incorporación de sistemas de almacenamiento con baterías. Al respecto, es preciso recordar que este país ya ha trabajado en la actualización de las regulaciones para almacenamiento, y ya están en obras los primeros proyectos en construcción bajo el nuevo marco que permitirá desplazar combustibles fósiles importados por solar más baterías.
Puerto Rico ha establecido planes ambiciosos para la implementación de sistemas de almacenamiento en baterías. Según el primer Plan Integrado de Recursos de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), la instalación de 920 MW de almacenamiento en baterías es posible lograr en estas años.
Ahora bien, está pendiente la elaboración de un nuevo PIR. Por otro lado, este mercado ha venido recibiendo fondos federales para sortear la crisis tras los embates de huracanes. Aunque muchos de ellos se han acabado, el Departamento de Energía de Estados Unidos ha anunciado este mes que redirigirá US$365 millones para apoyar los esfuerzos de resiliencia de red en el archipiélago puertorriqueño.
Fuente: EnergiaEstrategica.com
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