El liderazgo de Jekyll y Hyde es impredecible y puede dejar a los trabajadores emocionalmente agotados, preguntándose: «¿Qué versión de mi jefe aparecerá hoy?»
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Un vistazo a los titulares del día revela una verdad universal: el liderazgo importa.
Ya sean edificantes y éticos o tóxicos y abusivos, los líderes dan forma profundamente a nuestras vidas. Y esto es especialmente cierto en el trabajo. La investigación muestra constantemente que el liderazgo influye en las actitudes, comportamientos y emociones de los empleados, impulsando los resultados organizativos clave como la creatividad, el compromiso de los empleados, el bienestar y el rendimiento financiero.
Como ejemplo, considere a Steve Jobs, cofundador y director ejecutivo de Apple durante más de una década hasta su muerte en 2011. Si bien Jobs era un icono para muchas personas, supuestamente se balanceó entre el comportamiento de liderazgo tóxico y positivo mientras trataba con subordinados.
Por ejemplo, cuando se incumplían los exigentes estándares de Jobs, supuestamente irrumpía en reuniones y regañaba profanamente al equipo responsable de de estar por debajo de sus elevadas expectativas. Sin embargo, a pesar de estos arrebatos, también se le describió como un líder que creía en el potencial de sus empleados, expresando una confianza inquebrantable en sus habilidades y empoderándolos para superar sus propias expectativas.
Este tipo de liderazgo impredecible puede dejar a los trabajadores emocionalmente agotados, preguntándose: «¿Qué versión de mi jefe aparecerá hoy? ¿Esta amabilidad durará, o es solo una configuración para otro golpe?»
Los empleados valoran la estabilidad y la previsibilidad en sus líderes. Un supervisor que salta entre las duras críticas y los cálidos elogios crea una montaña rusa emocional para el equipo. Cuando los empleados ven a un supervisor como impredecible, experimentan más estrés y agotamiento emocional, lo que perjudica su desempeño laboral y su voluntad de compartir ideas.
Curiosamente, descubrimos que los trabajadores ni siquiera necesitan ser atacados directamente por un supervisor abusivo para ser afectados; los empleados cuyos supervisores inmediatos reciben el tratamiento Jekyll and Hyde de sus superiores sufren consecuencias similares.
Estas reacciones negativas ocurren, en parte, porque los empleados comienzan a dudar de que sus supervisores inmediatos sean capaces de influir eficazmente en los líderes de nivel superior.
CÓMO LAS EMPRESAS PUEDEN DESTERRAR AL SR. HYDE
La buena noticia es que las organizaciones pueden romper este ciclo, y es probable que los trabajadores estén menos estresados y más productivos cuando lo hacen. Aquí hay tres pasos que toda organización puede seguir:
• Capacite a los líderes para que se gestionen el estrés sin arremeter. Los entornos de alta presión son frecuentes en estos días. Proporcionar a los líderes herramientas como el entrenamiento de inteligencia emocional y las habilidades de resolución de conflictos puede ayudar a los líderes a navegar los desafíos personales y profesionales de manera más constructiva.
• Abordar el comportamiento abusivo directamente. Cuando se producen acciones abusivas, ignorarlas o pedirle al líder que «sea más amable la próxima vez» es insuficiente. Las intervenciones estructuradas, como el entrenamiento individual, el asesoramiento o las sanciones formales, son esenciales para generar un cambio real. Los empleados necesitan ver que la organización está a la alto de sus valores e ideales declarados.
• Fomentar una cultura de confianza y responsabilidad. Herramientas como los informes de retroalimentación de 360 grados, que incluyen comentarios de supervisores, compañeros y subordinados, pueden ayudar a los líderes a obtener una visión más profunda de sus comportamientos.
Crear un clima de seguridad psicológica, en el que los empleados puedan informar de preocupaciones sin temor a represalias, es clave para reconstruir la confianza. Lo que también está asegurando respuestas claras y coherentes a los informes de supervisión abusiva.
Los grandes líderes entienden el poder de la confianza y dan ejemplo. Los empleados quieren líderes en los que puedan confiar. Así que los líderes deben tener de fe en emplear el liderazgo ético como una solución rápida para los errores del pasado. Más bien, se trata de aparecer de manera consistente, auténtica e íntegra todos los días.
Fuente: Fast Company
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