25 junio, 2025

Cómo la IA está transformando las profesiones

La IA se ha convertido en un nuevo recurso para la función Legal en su misión de apoyar a las empresas e impulsar valor real, según expertos de la firma KPMG.

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La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en múltiples industrias con velocidad, pero en el ámbito jurídico corporativo su avance ha sido más reservado. Durante años, muchos departamentos legales adoptaron una postura conservadora frente a estas tecnologías. Sin embargo, el escenario está cambiando.

Presionadas por la necesidad de hacer más con menos, las áreas legales de empresas enfrentan una doble exigencia: mantener la eficiencia operativa y gestionar riesgos crecientes, todo dentro de presupuestos limitados. En ese contexto, la IA comienza a perfilarse como una herramienta clave para automatizar tareas, sino para transformar la forma en que operan y toman decisiones.

Un informe reciente dirigido a líderes legales y tecnológicos explora cómo esta tecnología podría integrarse en funciones jurídicas para ganar agilidad, reducir costos y aumentar el valor estratégico del área dentro de las organizaciones. Más que solo incorporar nuevas herramientas, esto implica revisar los modelos operativos actuales y adaptarlos a una era de datos y automatización.

De la cautela a la planificación estratégica

Aunque las aplicaciones prácticas aún varían entre industrias, ya se observan casos concretos en áreas como la gestión de contratos, la mitigación de riesgos y el cumplimiento normativo. Sin embargo, especialistas advierten que para que la adopción de IA sea efectiva, se requiere más que herramientas: es necesario liderazgo, calidad de datos y una cultura organizacional que abrace el cambio.

Uno de los principales desafíos es la estructura operativa según el análisis de la firma de consultoría KPMG es que implementar IA implica replantear cómo se relacionan los departamentos legales con sus proveedores, cómo asignan el gasto y cómo integran sus sistemas tecnológicos existentes. La participación activa desde los niveles ejecutivos es esencial para asegurar una adopción ética, estratégica y regulada.

Tecnología sí, pero con fundamentos sólidos

Otro factor determinante es la calidad de los datos. La eficacia de cualquier modelo de IA depende directamente de la información que lo alimenta. Por eso, las áreas legales deben trabajar con bases de datos estructuradas, limpias y coherentes, y establecer estándares sólidos de gobernanza, privacidad y cumplimiento.

Más allá de lo técnico, la transformación también exige un enfoque humano. Capacitar al personal jurídico para entender el potencial, las limitaciones y los riesgos de la IA será clave. La tecnología está lejos de sustituir la experiencia legal, pero puede ampliarla, permitiendo análisis más estratégicos y respuestas más rápidas en contextos de alta complejidad.

Aunque todavía incipiente en muchos departamentos legales, la adopción de IA es más que solo una posibilidad futura. Se está convirtiendo en una decisión estratégica. La pregunta dejó de ser si debe usarse, para centrarse en cómo y cuándo hacerlo con responsabilidad.

«El desafío para los líderes legales será integrar la inteligencia artificial sin perder de vista los principios que rigen su función: la ética, la certeza jurídica y la protección de los intereses institucionales», aseguran en KPMG