En 2015 fundó STT Logistics Group, impulsado por la intuición, la perseverancia y un fuerte deseo de superación, sin estudios formales ni una red de contactos.
Por Milagros Sánchez Pinell
A los 16 años, durante una clase de economía, André Corbert escribió con seguridad “I want to be a bussinesman” en lugar de la forma correcta“businessman”. Aunque la frase reflejaba con claridad su convicción, había cometido un error ortográfico.
Su profesor le respondió que era difícil aspirar a ser un hombre de negocios si ni siquiera sabía escribir bien la palabra business. Ese momento, que hoy recuerda entre risas, se le quedó grabado como una marca que lo acompaña hasta hoy. Desde entonces, cada vez que escribe esa palabra, la revisa con cuidado.
Nacido en Guatemala y criado entre su país y Grecia, es un emprendedor que se describe como una persona muy activa, disciplinada y enfocada.
Desde niño mostró un fuerte instinto comercial. Vendía sus propios juguetes, videojuegos, tareas escolares y, ya en la adolescencia, hasta zapatos en los mercados de Guatemala.
Esa claridad lo llevó a abandonar dos carreras universitarias y apostar por un camino diferente, basado en la experiencia directa, la lectura constante y la formación práctica con referentes del mundo empresarial como Grant Cardone y Brandon Dawson.
“La meta de ir y graduarme en la universidad era de mis papás, más que mía. Siempre quise hacerlos sentir orgullosos, pero a través de mis propias decisiones, con base en lo que realmente deseaba”, aclara.
La ruta empresarial
Su primera empresa fue de marketing, fundada mientras aún estaba en la universidad. En paralelo, ayudaba a su madre con la administración de su salón de belleza.
Más tarde, relata que intentó lanzar una plataforma de reservas al estilo OpenTable, pero el proyecto nunca despegó. En ese trayecto, y con apenas 22 años, surgió la oportunidad de fundar una empresa de transporte de vehículos junto a un antiguo entrenador que había conocido en un pequeño call center donde trabajó brevemente.
Sin embargo, su socio se retiró del proyecto poco tiempo después, al comprobar que las ganancias en el traslado de vehículos estaban muy lejos de lo que esperaban.
Posteriormente, gracias a un encargo inesperado, descubrió un nicho de alto valor, el traslado de maquinaria pesada. Sin experiencia previa, señala que aceptó mover 13 excavadoras para un cliente, investigó cómo hacerlo y logró ejecutarlo con éxito. Esa operación marcó un nuevo rumbo.
“Ignorábamos cómo hacerlo, pero dijimos que sí podíamos. Nos pusimos a averiguar, llamamos choferes, logramos mover esas máquinas y nos dimos cuenta de que el margen de ganancia en mover equipo pesado era muchísimo mayor a mover carros”, recuerda.
Actualmente, afirma que STT Logistics Group tiene alrededor de 150 colaboradores entre la sede principal, ubicada en Miami y las franquicias, trabaja con una red de más de 14 000 choferes y ha llegado a movilizar tanques y helicópteros para el ejército estadounidense a través de terceros contratistas.
Con operaciones en varios estados de Estados Unidos y presencia en otros países, la compañía ha evolucionado hacia un modelo integral de logística, apoyado por tecnología propia.
Una de las estrategias clave para impulsar ese crecimiento ha sido el modelo de franquicias. Su fundador cuenta que hubo un momento en que sintieron que la empresa se había estancado.
Pensó que la solución sería sumar a otros empresarios que invirtieran y desarrollaran sus propias unidades de negocio, fortaleciendo al grupo en su conjunto.
El 80% de esas franquicias, asegura, fueron adquiridas por colaboradores internos que vieron en el modelo una oportunidad de desarrollo.
En cuanto a la decisión de compartir su fórmula de éxito explica que responde a una motivación profunda que tuvo desde el origen de la empresa, centrado en transformar vidas.
“Cada quien define el éxito bajo sus propios términos, pero lo importante es que puedan alcanzarlo. Desde el inicio quise crear una empresa donde la gente pudiera desarrollarse personal, profesional y financieramente”, dice.
Estructura y liderazgo
En la estructura de liderazgo de la empresa, ocupa el cargo de CEO. Sus dos socios son Roberto Solís, a quien considera como su padre, y su hermano Stelios Vergitsis, quien se desempeña como vicepresidente del grupo.
Explica que su rol está centrado en dos pilares. Por un lado, lidera un equipo de once gerentes, cada uno encargado de su respectiva área y de sus colaboradores.
Por otro lado, dedica una parte importante de su tiempo al acompañamiento de los dueños de franquicias, brindándoles consultoría sobre cómo estructurar y hacer crecer sus unidades, desarrollar a su personal y ejercer un liderazgo efectivo.
Además, en los últimos dos años y medio se ha involucrado en el desarrollo de tecnología interna, incluyendo un CRM propio que ha sustituido plataformas externas, centralizando procesos y facilitando la operación.
Para el empresario, liderar implica coherencia y compromiso. Prefiere delegar únicamente aquello que él mismo estaría dispuesto a asumir o que ya haya hecho anteriormente. También, con el tiempo, aprendió a liderar con empatía.
“Antes, si alguien hacía algo mal, iba directo a regañar. Pero uno a veces desconoce lo que está pasando por la mente del otro. Ahora prefiero preguntar primero qué pasó. Eso me ha ayudado a comprender mejor a mi gente y guiarlos de una manera más humana”, expresa.
Es por ello por lo que organiza reuniones mensuales más personales para fortalecer los vínculos dentro del equipo y alinear las metas individuales con los objetivos de la empresa.
Entre los momentos más difíciles de su carrera menciona haber tenido que dejar ir a personas valiosas. Recuerda especialmente el caso de uno de sus mejores colaboradores en términos de resultados, pero se había alejado de los valores de la organización. Aunque fue una decisión necesaria, reconoce que fue uno de los desafíos más duros que ha enfrentado.
En contraste, lo más gratificante ha sido ver cómo muchas personas que llegaron a la empresa sin grandes expectativas transformaron sus vidas dentro de la organización.
Un equilibrio personal
Fuera del trabajo, comparte su vida con Leonela y su hijo Didier, quien, a sus dos años, ya ha tenido la oportunidad de conocer varios países. Viajar juntos se ha convertido en uno de sus momentos favoritos como familia.
También le apasiona hacer ejercicio, jugar fútbol con el equipo de la oficina y profundizar en el mundo de las inversiones. Aprovecha el entrenamiento físico para escuchar audiolibros, una forma más de seguir aprendiendo mientras cuida su bienestar.
Para quienes están en el camino del emprendimiento les recuerda que el fracaso forma parte del proceso y que la única forma de perder es rendirse. De igual manera, señala que aprender, intentar una vez más y adaptarse es lo que, con el tiempo, abre la puerta al verdadero éxito.
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