Más que destinos, Johana Gaviria mira en el horizonte un sinfín de oportunidades para crecer y empoderar a otros a través de sus maravillosas experiencias alrededor del mundo.
Por Milagros Sánchez Pinell
Johana Gaviria es una incansable aventurera colombiana que convirtió su vida en un viaje de exploración y aprendizaje, erigiéndose como un modelo inspirador para quienes anhelan romper barreras y vivir plenamente.
Recientemente, fue reconocida como la “Mejor Influencer Viajera en Latinoamérica” en la 5ta Edición de los Premios Ícono, cuyo objetivo es valorar y celebrar el talento de los creadores de contenido y artistas que tienen un impacto positivo en la sociedad. Hasta la fecha ha recorrido más de 50 países, documentando sus aventuras y compartiendo su visión única del mundo a través de su cuenta de Instagram: @johagaviria_viajera.
Además, es la creadora de dos marcas cosméticas dedicadas al cuidado de la piel, Beaulife y Apiflower, que se especializan en ingredientes orgánicos y apiterapia con 19 años en el mercado colombiano.
Sus productos, sin fecha de vencimiento gracias a que son completamente naturales y basados en miel y jalea real, contibuyendo a preservar su vida útil, reflejan la vida actual y las necesidades de las mujeres, quienes cada vez enfrentan más responsabilidades y menos tiempo.
En tanto, como influencer de “Luxury Travel” su enfoque va más allá de simplemente mostrar paisajes. Ella busca generar un impacto positivo en las comunidades que visita y en la vida de sus seguidores.
«He tenido el privilegio de ofrecer talleres sobre marketing y empoderamiento femenino, ayudando a las mujeres a convertirse en emprendedoras», explica.
Con esta perspectiva, además de transformar vidas, también promueve un turismo consciente que respeta el medio ambiente.
Una decisión catártica
Su travesía como influencer comenzó en 2018, tras un divorcio que la llevó a redescubrirse y a lanzarse a la aventura.
«Ese fue un momento de catarsis. Decidí que era hora de buscar nuevas fórmulas y principios activos para mis marcas cosméticas», manifiesta.
Es así como la soledad de los viajes se convirtió en una herramienta de sanación y autodescubrimiento, combinando su pasión por el lujo y la sostenibilidad en cada experiencia que comparte.
“He querido mostrar cómo una mujer sola da la vuelta al mundo y es empresaria al mismo tiempo. Eso ha motivado a muchos. Hay personas que me dicen que, a partir de mis experiencias, han aprendido a viajar, a hacer deportes extremos y a nunca esperar el momento perfecto para hacer sus sueños realidad. Eso ha sido muy bonito”, manifestó.
Johana se considera una nómada que con frecuencia está en diferentes partes del mundo, mostrando cómo lo logra, al punto que muchos la comparan con una mezcla entre Lara Croft (protagonista de los videojuegos Tomb Raider), y Barbie. Sus seguidores se componen principalmente de personas mayores de 30 años, con poder adquisitivo y dominio de su tiempo.
La influencer viajera ha registrado sus emocionantes aventuras desde la Franja de Gaza hasta Egipto, donde practicó kitesurf en Blu Lagoon y hasta fue invitada a participar en «The Yacht Week” en Croacia.
Sus travesías, además incluyen un recorrido en bote de 5.000 kilómetros que cruzó Colombia, desde el Río Magdalena hasta el Canal del Dique, y una impresionante caminata de cuatro días por la selva para descubrir la Ciudad Perdida.
Hasta ahora, Johana asegura haber descubierto el 80% de los impresionantes paisajes naturales de su natal Colombia. Indudablemente, esta valiente empresaria, quien fue reina de belleza, modelo y presentadora, rompe con los estereotipos de género a través de su ejemplo.
«En Latinoamérica, especialmente en Colombia, hay un machismo marcado. Les digo a las mujeres que nunca se queden esperando a que alguien les haga realidad sus sueños. Somos capaces de hacer múltiples tareas y somos increíblemente inteligentes. Estudien, prepárense, ahorren y llévense al fin del mundo. Tú eres la que debes darte ese regalo y hacer que tus sueños se cumplan”, le gusta aconsejar a todas las mujeres.
Reconoce que viajar sola es un reto innegable, pero gracias a ello cada día aprende a ser más valiente bajo una premisa que hizo suya: «¡Hazlo con miedo, pero hazlo!»
“Me dije, basta de seguir esperando que a mi vida llegue el amor verdadero, que los amigos puedan acompañarme o que el momento, el dinero y la salud sean perfectos. Estuve un año postrada en una cama y aprendí que lo que tengo seguro es hoy. Trato de vivir cada día de mi vida con entusiasmo”, expresa.
Incluso, narra con humor que su papá suele preguntarle, “¿recibiste un mensaje donde dice que mañana se acaba el mundo?” porque todo lo quiere hacer inmediatamente.
“Siempre reflexiono que puede que el mundo se acabe mañana, ¿quién puede decir lo contrario? Quizás mi mundo se acabe mañana y ya no me pueda levantar. Las personas siempre damos por sentado todo y nada está seguro en esta vida”, afirma.
Por otro lado, añade que dedicarse a esta emocionante profesión tiene grandes recompensas como alcanzar el reconocimiento después de muchos años de esfuerzo y sacrificio.
“Ahora son las marcas las que me invitan y financian. Es aquí cuando reconozco que valió la pena. Pasar de ser mochilera a convertirme en una referente del luxury travel es una experiencia realmente gratificante”, asegura.
Sin embargo, la inestabilidad que experimenta por su vida “nómada” es otro gran desafío. A menudo, el ritmo de vida frenético y los constantes desplazamientos la privan de la rutina y la estabilidad emocional que las personas necesitan.
“La lucha contra el jet lag, la adaptación a diferentes climas y la falta de tiempo para la vida personal complican las relaciones, haciendo que sea difícil comprometerse de manera seria”, asegura.
Además, la naturaleza itinerante de su trabajo la aleja de momentos familiares y de amistades. También, la ha obligado a aprender a decir adiós una y otra vez a tantas personas maravillosas que conoce en cada aventura.
Una herramienta para inspirar
Después de seis años disfrutando plenamente su faceta de influencer, Johana se siente capaz de ser la voz que otros necesitan en momentos de búsqueda de motivación, durante un divorcio o cuando enfrentan dificultades en sus negocios, salud o apariencia. Seguirla en redes sociales es un recordatorio constante de que los sueños se construyen con valentía, pasión y determinación.
“En algún momento tuve 16 kilos de más, sufrí de acné severo, me lesioné tres veces y pasé un año postrada en cama como consecuencia del Síndrome de Asia, y aun así, nunca es tarde. Los sueños se hacen realidad cuando crees y transformas tus hábitos. Cada día es una nueva oportunidad para reinventarse”, expresa.
Mientras continúa saltando de aventura en aventura, su objetivo es seguir siendo una herramienta que impulse el desarrollo de comunidades y las haga visibles.
Sus experiencias invitan a otros a explorar y descubrir lo que cada región tiene para ofrecer, transformando así la vida del visitante y enriqueciendo a comunidades que, a menudo, pasan desapercibidas a pesar de estar en verdaderos paraísos turísticos.
Como empresaria espera continuar visibilizando y expandiendo sus marcas comésticas, Beaulife y Apiflower, más allá de las fronteras colombianas, a través de inversionistas que deseen llevar sus productos a otros países del mundo.
“Estamos buscando distribuidores y colegas empresarios para abrir marca en otros países. Las dos son marcas exitosas que viven sobrevendidas en Colombia. Gracias a ellas he podido viajar a tantos países y compartir mis aventuras. Así que todos aquellos interesados pueden escribirnos y buscarnos en nuestras cuentas de Instagram: @bl_beaulife y @apiflower_”, dice para finalizar.
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