Las personas con diabetes tipo 2 tienen el doble de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares (ECV).
El corazón tiene dos enemigos que le acechan en silencio: la obesidad y la diabetes tipo 2.
Aunque suelen tratarse por separado, en muchos casos estas enfermedades se presentan juntas, potenciando su impacto negativo y aumentando considerablemente el riesgo de infartos, derrames cerebrales y otras complicaciones cardiovasculares graves.
Actualmente en Costa Rica, más de 375 000 adultos (entre 20 y 79 años) tiene diabetes, lo que equivale a una prevalencia del 9,8%. Además, el 70% de la población adulta presenta sobrepeso, de la cual un 34% vive con obesidad.
Señales
Aunado a estos enemigos, Jonathan Poveda, especialista en cardiología, afirma que la hipertensión y el colesterol alto también son un riesgo para el corazón.
Si bien se habla de enemigos silencios, hay señales que deben tenerse en cuenta.
Por ejemplo, Poveda explica que cuando el azúcar está en niveles muy altos, aumenta la cantidad de volumen de orina que produce, tiene mucha sed y podría incrementar el hambre.
En el caso de la presión alta, solo el 10% de pacientes sufre dolor de cabeza, por lo que es el factor más silencioso de todos.
Además de los medicamentos para tratar todos los factores de riesgo, es necesario tener un estilo de vida saludable.
“Lo más importante es erradicar el sedentarismo, se recomienda mínimo 150 minutos a la semana, aunque lo ideal son 300 minutos que equivalen a una hora de ejercicio cinco veces a la semana. Estos hábitos se introducen desde la infancia”, detalla el doctor.
Respecto a la alimentación asegura que más que una dieta hay que aprender a comer y saber distinguir entre alimentos reales y los procesados para evitarlos porque tienen exceso de grasa y de azúcares.
Por supuesto que es indispensable consumir frutas, vegetales, proteínas y carbohidratos, aunque estos últimos en una cantidad moderada.
Mayor riesgo
Las personas con diabetes tipo 2 tienen el doble de probabilidades de sufrir enfermedades del corazón o accidentes cerebrovasculares.
Esto se debe a que el exceso de azúcar en sangre daña los vasos sanguíneos y los nervios que regulan el corazón, favoreciendo el estrechamiento de las arterias, una condición que puede derivar en eventos cardiovasculares como infartos e insuficiencia cardiaca.
Mientras, la obesidad contribuye al desarrollo y empeoramiento de factores de riesgo como la presión alta, el colesterol elevado y la resistencia a la insulina, que a su vez elevan la probabilidad de sufrir enfermedades cardíacas.
Además, estudios recientes muestran que la inflamación crónica causada por el exceso de grasa también puede dañar directamente al corazón y sus funciones.
Consecuencias
El doctor Roberto Herrera, gerente médico senior cardiometabólico de Novo Nordisk CLAT, comenta que la diabetes tipo 2 y la obesidad comparten muchas causas y consecuencias.
Ambas enfermedades pueden avanzar en silencio y manifestarse solo cuando ya hay daños graves en el corazón u otros órganos. Para proteger el corazón, es necesario comprender el panorama completo.
“Es ilógico seguir tratando estas afecciones de forma aislada. Es clave detectar los riesgos a tiempo y ofrecer un tratamiento que controle la glucosa, el peso y, sobre todo, proteja el sistema cardiovascular”, asegura.
A pesar de los avances en los tratamientos para la diabetes tipo 2 y la obesidad, aún hay brechas importantes en su manejo, por lo que se hace necesario la introducción de medicamentos innovadores que ayuden en la prevención y recurrencia de ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares, siendo estas las principales causas de discapacidad y muerte en la sociedad actual.
Datos publicados por la Organización Panamericana de Salud (OPS) indican que el 68% de los adultos en América Latina vive con sobrepeso u obesidad, mientras que el estudio internacional CAPTURE, realizado en personas con diabetes tipo 2, reveló que solo 2 de cada 10 pacientes reciben una terapia con beneficios cardiovasculares comprobados.
Tratamiento
Actuar con un enfoque integral para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad se hace fundamental, en dónde no sólo se traten los síntomas, sino también los factores de riesgo y el contexto en el que viven los pacientes.
Existen estudios que demuestran los beneficios cardiovasculares de algunos medicamentos del tipo GLP-1 para tratar ambas enfermedades.
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