Rapamicina: el medicamento que podría reescribir las reglas del envejecimiento

La rapamicina fue descubierta en 1964 en la Isla de Pascua (Rapa Nui) por científicos canadienses que identificaron un agente antifúngico en muestras de suelo. Décadas después, el compuesto, aprobado en 1999 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) como inmunosupresor para trasplantes, atrajo la atención de investigadores interesados en sus posibles efectos sobre la longevidad.Estudios realizados en ratones demostraron que aquellos tratados con rapamicina vivían hasta un 60 % más en algunos casos, incluso si el tratamiento comenzaba en la etapa adulta. Estos resultados consolidaron al fármaco como el inhibidor de mTOR (una proteína clave en la regulación celular) más prometedor en el ámbito de la investigación sobre envejecimiento.

A pesar de los avances, los expertos advierten que aún es temprano para considerar a la rapamicina como una solución universal para prolongar la vida. “Es el fármaco más consistente para ralentizar el envejecimiento en modelos animales, pero los ensayos en humanos son limitados”, explica Matt Kaeberlein, investigador de la Universidad de Washington.

En humanos, los pocos estudios disponibles han explorado dosis bajas del fármaco en áreas específicas como la inmunidad. Un ensayo reciente mostró que los pacientes mayores que tomaron un inhibidor de mTOR presentaron un 20% más de respuesta a una vacuna contra la gripe, pero aún no hay pruebas definitivas sobre su capacidad para extender la esperanza de vida.

La rapamicina, como cualquier medicamento, muestra una serie de  riesgos. Sus efectos secundarios incluyen niveles elevados de colesterol y glucosa, lo que plantea desafíos para su uso prolongado.

Además, las dosis y pautas de administración óptimas siguen siendo un enigma. “Reducir la actividad de mTOR en exceso podría, paradójicamente, acortar la vida”, señala Joan Mannick, directora ejecutiva de Tornado Therapeutics, una empresa que desarrolla versiones mejoradas del fármaco.

Mientras algunos investigadores, como Kaeberlein, han probado el fármaco en fases controladas, la mayoría de los expertos piden cautela. “Es prematuro recomendar rapamicina como un tratamiento antienvejecimiento”, afirma Dudley Lamming, de la Universidad de Wisconsin-Madison.

Sin embargo, la promesa de la rapamicina ha dado lugar a proyectos innovadores como el Dog Aging Project, que busca evaluar sus efectos en perros debido a las similitudes de estos con los humanos en términos de entorno y salud.

Con más de 100 ensayos clínicos sobre fármacos mTOR en curso, la comunidad científica está cada vez más cerca de responder a la gran pregunta: ¿puede la rapamicina mejorar  la duración,  también la calidad de vida en humanos?

Por ahora, los expertos coinciden en que la paciencia y la rigurosidad son fundamentales. “Si entendemos la biología del envejecimiento, es difícil descartar que la rapamicina tendrá algún efecto beneficioso en humanos”, concluye Kaeberlein. Sin embargo, el tiempo y los datos serán los únicos jueces definitivos.