Arquitecto guatemalteco radicado en Barcelona, apuesta por una arquitectura visionaria que integra tecnología, docencia e impacto social.
Por Milagros Sánchez Pinell
A los seis años, Osmin López Ávalos observaba con atención cómo levantaban la casa donde crecería, veía a los trabajadores cavar zanjas, colocar bloques y dar forma a los cimientos de su hogar, mientras intentaba comprender ese mundo de estructuras, materiales y movimiento.
Esa escena quedó sembrada como una intuición silenciosa que, con los años, se transformó en una vocación comprometida con el diseño, la enseñanza y el pensamiento arquitectónico contemporáneo.
Nuestro roaring 20 nació en Ciudad de Guatemala, en el seno de una familia que valoraba la educación como un camino de transformación. Su padre, marcado por una juventud difícil, tenía la firme convicción de que el estudio abriría puertas que de otro modo permanecerían cerradas.
Primeras experiencias y mirada internacional
En su etapa escolar, Osmin mostró inclinación por el dibujo técnico, pero terminó decidiendo por la arquitectura en la Universidad del Istmo (UNIS), recomendado por su colegio, el Kinal.
“Me sentí en casa desde el primer día. El ambiente y los profesores fueron clave”, recuerda de ese primer contacto con su vocación, que reforzó su decisión.
Ya como estudiante universitario, afirma que vivió momentos valiosos que ampliaron sus horizontes, como cuando una profesora lo inscribió en un concurso internacional organizado por una universidad de Indiana, en Estados Unidos.
“Fue mi primera exposición a un contexto global, y aunque había otros mejores en lo técnico, obtuve una mención honorífica. Eso me impulsó a buscar más”, comenta.
Posteriormente, participó en un intercambio en Puerto Rico que lo conectó con personas de distintas culturas y lo llevó a realizar prácticas profesionales en México y en Los Ángeles, experiencias que continuaron abriéndole puertas.
Tras esas primeras vivencias internacionales, comenzó a mirar hacia Europa. Desde la UNIS ya conocía el Institute for Advanced Architecture of Catalonia, en Barcelona, gracias a las sesiones de orientación del foro académico.
Cuenta que siempre le atrajeron las tecnologías aplicadas a la arquitectura, en especial la realidad virtual, por lo que empezó a explorar programas de maestría en esa ciudad.
“Cuando terminé las prácticas en Estados Unidos, busqué opciones de maestría y me aceptaron en Barcelona. En ese momento carecía de los fondos necesarios, así que trabajé y ahorré por más de un año”, explica.
En 2019, logró concretar el viaje con el apoyo de una beca para guatemaltecos en el extranjero. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 alteró sus planes al finalizar el máster y lo llevó de regreso a su país natal.
Ya de regreso en Guatemala, comenzó a impartir clases en la UNIS como catedrático de diseño fundamental, una experiencia que le permitió mantenerse vinculado con la academia y, al mismo tiempo, colaborar de forma remota con contactos internacionales.
“Me interesaba motivar a los alumnos a pensar fuera de lo convencional, incluso usando materiales simples”, comenta.
En 2022, retomó comunicación con el rector del Institute for Advanced Architecture of Catalonia, quien lo invitó a incorporarse como auxiliar en revisiones de tesis y a impartir talleres sobre nuevas tecnologías y herramientas digitales.
“Solo enseño lo que sé hacer, porque es la única manera de transmitir algo útil y real. Creo que eso hace que los alumnos se involucren mucho más”, dice.
En su rol como docente, aclara que, más que enseñar valores de forma explícita, busca formar en actitud, a través de la apertura, la curiosidad y la constancia.
“Les damos herramientas actuales para diseñar y representar ideas. Nos enfocamos en que cada quien llegue más lejos de lo que creía posible. Al final, todos aprenden y se llevan algo”, añade.
Ese mismo año, una propuesta que había presentado para el diseño de un hotel en Arabia Saudita fue seleccionada, lo que le permitió continuar trabajando con ese cliente durante seis meses.
Cabe destacar que su enfoque como arquitecto ha sido moldeado por su participación en proyectos visionarios, con enfoques futuristas y presupuestos amplios, que le dieron una mirada más libre y menos tradicional.
“Me interesa mucho explorar nuevas herramientas, tecnologías y formas de proyectar que vayan más allá de lo convencional”, afirma, dejando claro que su práctica profesional busca constantemente romper los límites de lo establecido.
Además de su faceta como arquitecto y docente, colabora como investigador junto a un profesor venezolano que conoció durante la maestría, quien dirige un centro de investigación en Suecia y coordina equipos internacionales en distintas ciudades.
“Hemos hecho workshops, conferencias —incluida una en India— y proyectos que buscan nuevas formas de urbanismo en espacios desérticos, integrando agricultura y tecnología”, explica.
También trabajó con él en una iniciativa social en Venezuela, usando contenedores y materiales industriales, experiencia que considera valiosa por su impacto real en las comunidades.
Desafíos y visión de futuro
Desde su etapa como estudiante en Barcelona, el joven arquitecto ha enfrentado distintos retos, pues reconoce que ser extranjero siempre implica desafíos adicionales.
“Barcelona, y especialmente Cataluña, tiene una identidad cultural marcada. Aquí se habla catalán, y aunque es una ciudad muy internacional, existe una clara separación entre lo local y lo extranjero”, comenta.
A ello se suma la exigencia profesional, pues al competir por proyectos debe medirse con colegas de toda Europa, Asia y América, en un entorno donde el ritmo de trabajo es acelerado y la competencia, constante.
Sobre sus planes futuros, comenta que, en el plano académico, fue aceptado recientemente en otro máster, pero decidió declinar para priorizar sus proyectos profesionales.
“Me interesa investigar nuevas formas de construir, especialmente conceptos modulares y cómo podrían escalarse. Siempre ha sido un tema que me apasiona y creo que eventualmente será el enfoque de mi doctorado”, expresa con convicción.
Además, le entusiasma continuar participando en proyectos de corte futurista, especialmente en Medio Oriente, una región que considera llena de posibilidades por el tipo de ciudades que se están desarrollando y los presupuestos disponibles.
Asimismo, le motiva mantenerse vinculado con la academia, explorando nuevas formas de enseñanza y creación.
En el plano personal, dice estar construyendo una vida estable en Barcelona, junto a su novia y una perrita que adoptaron recientemente, una etapa que define como la más tranquila y plena que ha vivido en mucho tiempo.
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