6 junio, 2013

El cine es su pasión

¿Cómo inicia su aventura en el mundo del cine?
Estudié en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, en San Antonio de los Baños, Cuba. De ahí regresé a Panamá y estuve cinco años trabajando en publicidad haciendo comerciales, hasta que en el 2007 gracias al apoyo de Cinergia (Fondo de Fomento al Audiovisual de Centroamérica y el Caribe) estrené mi primer largo documental, Curundú.

¿Cuál es la esencia de Curundú?
Curundú es un barrio muy golpeado por la violencia y la desigualdad que está en medio de la ciudad de Panamá. Kenneth es el personaje central, es fotógrafo, muy carismático, que ha pasado casi la mitad de su vida preso.Yo lo sigo y a través de él hago un retrato del barrio y de todas las vidas marcadas y segadas por la falta de oportunidades y de educación. Planteo la pregunta: Si este tipo, Kenneth, hubiera tenido otro tipo de oportunidades y otro tipo de acceso a educación ¿cómo hubiera sido su vida?

Acaba de estrenar ‘Reinas’, su segunda película, en el Festival de Cine de Panamá.
Se dice que ser reina es el sueño de toda panameña. Yo lo que quería era transformar esa frase en una pregunta y lo hice dándole voz a todos los que participan en esto. Una niña de kínder, una cajera de supermercado y una anciana en un asilo tienen algo en común: quieren ser reinas. No quieren ganar un concurso de belleza; los reinados son otra cosa. En Panamá hay una corona para quien la sueñe; un país sin monarquía oficial lleno de reinas y el documental es la descripción de este fenómeno.

¿Un consejo para la gente que quiere dedicarse al cine?
Que ‘agarren’ la cámara y filmen, haciendo se aprende. Todos nosotros somos de alguna manera directores y productores por fuerza de nuestros propios proyectos y por eso no hay que quedarse sentados esperando alcanzar el presupuesto ideal porque eso nunca llega.

¿Hay posibilidad de desarrollar cine de calidad en la región?
Más allá de las limitaciones y de los pocos fondos que se tienen no hay que quejarse, es mejor seguir ‘palante’. Defiendo el desarrollo de un lenguaje propio de nosotros y no copiar. Hacer películas no implica seguir el camino de los otros. No debemos perder la perspectiva de que con pequeños presupuestos podemos hacer grandes películas. Sin ganar nada de dinero Reinas costó alrededor de US$60.000.