• 22 noviembre, 2021

El postimpresionismo de Maria Fernanda Vogel

El postimpresionismo de Maria Fernanda Vogel

Sus obras están presentes en ciudades como: Lucerna, Nueva York, Miami y Las Vegas.

Por Milagros Sánchez Pinell

Desde muy pequeña sintió la necesidad de crear, y aunque se sentía una artista, María Fernanda Vogel, desconocía a qué rama del arte inclinaría su talento, hasta que finalmente encontró en la pintura su mejor forma para producir con el alma.

A los 15 años inició su trayectoria artística profesional como pintora, al exponer en Galería Códice, ubicada en Managua, Nicaragua, de donde ella es originaria.

“Recuerdo que de pequeña engrapaba hojas para crear un cuaderno o cosía las páginas para juntarlas. Con esos cuadernos hacía historias ilustradas y las regalaba a mi familia. En gran parte se lo debo todo a mi mamá, que a pesar de estar muy ocupada, dedicaba los sábados a hacer manualidades conmigo”, relata.

A los 15 años inició su trayectoria artística profesional como pintora, al exponer en Galería Códice, ubicada en Managua, Nicaragua.

Ese cosquilleo artístico lo expresaba de múltiples formas. Se interesó mucho en la fotografía, en el mundo de la moda, en el arte del maquillaje y en el mundo de los museos.

“Me tomó un proceso de unos años y mucha introspección para llegar a la conclusión de lo que realmente quería. Entre los 14 y 15 años fue cuando ya me decidí por la pintura y jamás volví a dudar ni una sola vez”, dice.

Dentro de su formación artística y académica, María Fernanda tuvo que aprender de todo, desde técnicas del dibujo del renacimiento hasta el arte contemporáneo.

María Fernanda, convencida de su pasión, estudió Arte en la Universidad Católica de América en Washington D.C. durante dos años. Y en el 2017 se graduó de la Academia Europea di Firenze, en Florencia, Italia, con especialización en Bellas Artes, Pintura, Historia del Arte, Gestión del Arte y Moda.

Explica que dentro de su formación artística y académica tuvo que aprender de todo, desde técnicas del dibujo del renacimiento hasta el arte contemporáneo. Sin embargo, actualmente se identifica mucho con el post impresionismo.

María Fernanda estudió Arte en la Universidad Católica de América, en Washington D.C. durante dos años.

“Me identifico mucho con crear algo que existe pero que también es lo contrario. Me gusta la magia, las narrativas con punto y coma y todo lo que invita a un mundo de posibilidades. Eso es algo que he encontrado solamente en el post impresionismo”, aclara.

De ahí que su referente artístico sea Vincent Van Gogh, a quien define como un artista sin comparación que “me toca de una forma indescriptible”. Pero además siente profunda admiración por las técnicas y disciplina de Miguel Angel y Leonardo da Vince.

Actualmente, María Fernanda se identifica mucho con el post impresionismo.

“Considero que son los mayores ejemplos de excelencia en las disciplinas artísticas. Son los máximos modelos de tomarse el arte con la seriedad que requiere, como si esta fuera ciencia pura. Eso es algo que intento adoptar en mi propia vida y en mi ética profesional”, dijo.

Paisajes, puertas y casas en sus obras

Por otro lado, aunque gusta de muchos materiales y diferentes técnicas, se inclina por el acrílico porque le permite crear con total fuerza y libertad.

En sus obras se pueden apreciar los paisajes, puertas y casas como una temática recurrente, aunque admite que desconoce profundamente del por qué la persistencia de esos elementos en sus creaciones.

En el 2017, María Fernanda se graduó de la Academia Europea di Firenze, en Florencia, Italia, con especialización en Bellas Artes, Pintura, Historia del Arte, Gestión del Arte y Moda.

“Eso de las puertas y casas en la llanura es algo muy latinoamericano y como nicaragüense es algo que está muy presente en mi alma. También creo que eso me permite crear una narrativa personal, una historia de quiénes somos y quiénes podemos ser”, aclara.

Para María Fernanda, su trabajo significa crear con el alma y usar todos sus conocimientos para ofrecer estéticamente lo más espectacular que sus manos puedan crear, siempre acompañado de un anhelo. Por consiguiente, añade que ser artista significa una forma de vivir y ver la vida.

En sus obras se pueden apreciar los paisajes, puertas y casas como una temática recurrente.

“Eso lo vi desde pequeña porque mis tías eran artistas. Veía como ellas llevaban el arte más allá del bastidor. Decoraban la mesa como si fuera un lienzo, creaban su propia ropa y hacían arreglos de flores para el pelo. Yo creo que eso me influenció mucho porque entendí a la perfección, desde temprano, que ser artista va más allá de crear algo. Es hacer arte de cada pedacito de vida, es usar tu potencial creativo para hacer de tu vida y la vida de los que te rodean un cuento escrito con amor”, manifiesta.

En cuanto a su proceso creativo, expresa que suele ser un momento muy íntimo y sagrado en donde las distracciones carecen de espacio. “Cuando empieza el momento de sacar la pintura es cuando nace la magia y es como si el cuadro tuviese vida propia. El concepto inicial nunca es igual al resultado de la obra final, y eso a mí siempre me ha parecido una cualidad increíble del proceso creativo”, nos explica.

Para María Fernanda, su trabajo significa crear con el alma y usar todos sus conocimientos para ofrecer estéticamente lo más espectacular.

Un dato curioso de nuestra Roaring 20’s, es su constante lucha con ella misma, al lidiar con la joven ordenada que suele ser con la artista. “El orden es el antónimo del artista. Es como si dos personas viven en el mismo cuerpo y están con un estrés constante por conciliar sus características. Otro punto retador es el asunto del horario porque por más que quiera establecer un horario se me hace difícil. Si a las dos de la mañana tengo una idea, a esa hora la quiero desarrollar”, añade.

En tanto, como artista, cada una de sus creaciones son como hijos que ama y admira porque son parte de ella, pero confiesa que si tuviera que elegir se queda con su “Venere”, una enorme obra en óleo de una Venus “re imaginada”, que pintó a su regreso de Italia.

Su referente artístico sea Vincent Van Gogh, a quien define como un artista sin comparación.

“Significa mucho para mí porque fue como un momento de renacimiento personal. Regresé más preparada que nunca y me lo demostré a mí misma con esa obra. Se basa en el rostro de una persona imaginaria, pero quienes llegan a mi casa dicen que se parece a mí. Es la única obra que nunca vendería”, dijo.

Además de sus pinturas, María Fernanda cuenta con Vogel Colleccion, una marca derivada de su trabajo artístico, que ofrece productos que son edición limitada de sus cuadros con el propósito de llevar el arte fuera del lienzo.

Además de sus pinturas, María Alejandra cuenta con Vogel Colleccion, una marca derivada de su trabajo artístico.

Actualmente vive en Miami, gracias a que obtuvo la visa  0-1 que les otorgan a personas con un talento o una habilidad extraordinaria.

Trabaja en su serie “Dreams” con mucha ilusión para continuar así con la historia de una niña que soñaba con ser el próximo Pablo Picasso, alentada por el amor y el apoyo de sus padres, quienes la impulsaron a ser creativa en todo lo que hiciera.

Etiquetas: Arte / artista / Educación / Nicaragua / Roaring 20

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