Desde febrero 2024 trabaja como business analyst en McKinsey & Company.
Por Milagros Sánchez Pinell
Patricio Ramírez siempre tuvo una pasión por la creación y, desde pequeño, pasaba horas imaginando, diseñando y construyendo objetos para darles vida.
Además de su curiosidad técnica, su infancia estuvo marcada por constantes cambios. Crecer en ocho países, entre ellos Costa Rica, Puerto Rico y la República Dominicana, le brindó una visión única del mundo, pero también lo desafió a adaptarse rápidamente a nuevas culturas y entornos.
Cada mudanza implicaba empezar de nuevo en una escuela, hacer nuevos amigos y adaptarse a un entorno desconocido, lo que le permitió desarrollar flexibilidad, comunicarse con personas de diversos orígenes y afrontar lo desconocido sin miedo.
Después de finalizar su secundaria en República Dominicana en 2019, decidió continuar su formación en la Universidad de Pensilvania (UPenn) en Filadelfia, donde se graduó en Ingeniería Mecánica.
Luego de obtener su título, se unió a McKinsey & Company, enfocándose en proyectos de transformación en manufactura y la industria de yates, ayudando a empresas a enfrentar desafíos complejos y optimizar sus procesos.
En el ámbito deportivo, el joven originario de México es un apasionado jugador de fútbol desde pequeño y sigue practicándolo cada viernes en Miami, donde reside. También disfruta del golf y pádel, disciplinas que le permiten mantener el equilibrio entre la intensidad profesional y el bienestar personal.
¿Cómo se define?
Como una persona ambiciosa con el objetivo de generar un impacto positivo en el mundo.
¿Por qué eligió estudiar Ingeniería Mecánica?
La elegí porque quería desarrollar la capacidad técnica para diseñar y construir cualquier objeto. Sin embargo, durante la universidad descubrí que mi verdadera pasión es liderar equipos para materializar ideas innovadoras.
¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar en McKinsey y qué lo motivó a aceptar el reto?
Muchos de mis amigos mayores habían tomado este camino y me lo recomendaron. Todos coincidían en que McKinsey es un lugar donde el aprendizaje y el crecimiento profesional son constantes. Esa combinación de impacto, retos y desarrollo personal me motivó a unirse a la firma.
¿Qué experiencias laborales previas había tenido?
En mi primer año de universidad cofundé una empresa de college consulting con dos amigas. Nos fue muy bien, pero debido a nuestras cargas académicas tuvimos que dejar el proyecto. Además, obtuve un research grant de UPenn, donde trabajé con nanotecnología para desarrollar sensores agrícolas. También, durante mi último verano en la universidad, trabajé en EY-Parthenon en Nueva York, donde tuve mi primera experiencia en consultoría. Antes de unirme a McKinsey, trabajé con Josh Leibowitz, ex presidente de Seabourn Cruises, ayudándolo a lanzar su firma de consultoría boutique.
¿En qué se basa su trabajo como business analyst?
Mi rol implica analizar datos, desarrollar estrategias y colaborar con equipos multidisciplinarios para resolver los problemas más críticos de nuestros clientes. Trabajo estrechamente con ejecutivos y equipos internos para diseñar soluciones que impulsen mejoras operativas y de negocio.
Hasta hoy, ¿cuál considera que es su mayor contribución a la empresa?
He contribuido al desarrollo de la base de datos y la línea de servicio de yates dentro de McKinsey, un área en la que quiero seguir profundizando en los próximos años.
¿Qué aspectos de su rol representan los mayores desafíos y cómo los enfrenta?
El nivel de exigencia y la velocidad con la que se trabaja en McKinsey pueden ser desafiantes. Sin embargo, estos retos son también lo que me impulsa a aprender y crecer constantemente. Para enfrentarlos, me apoyo en mi equipo, mantengo una mentalidad de mejora continua y priorizo bien mi tiempo.
¿Qué es lo que más le inspira de la posición que ocupa?
Lo que más me inspira es el impacto real que generamos en las empresas con las que trabajamos. También valoro mucho el equipo de personas con el que colaboro, ya que su talento y liderazgo me motivan a ser mejor cada día.
¿Qué habilidades de liderazgo cree que son esenciales para su rol y cómo las ha fortalecido?
La comunicación es clave para el liderazgo, especialmente en consultoría, donde necesitamos transmitir ideas complejas de manera clara y persuasiva. He fortalecido esta habilidad trabajando con equipos diversos y aprendiendo de líderes con más experiencia.
¿Cómo define el éxito en lo profesional y en lo personal?
Para mí, el éxito profesional se define por el impacto que logro generar y por qué me siento tan satisfecho con mi trabajo. En lo personal, el éxito lo mido por los valores que mantengo y la calidad de las relaciones con mi familia y amigos.
¿Qué sueños tiene?
Mi sueño es dirigir una empresa que desarrolle productos técnicos. Por eso, decidí continuar con Ingeniería Mecánica, sabiendo que en el futuro quiero liderar equipos técnicos con un profundo conocimiento del producto que estaremos construyendo.
¿Cuáles son sus metas más cercanas?
En lo profesional, quiero seguir creciendo en la industria de yates dentro de McKinsey. En lo personal, me he propuesto completar una maratón.
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