Es una diseñadora digital y estratega de experiencia de usuario en PwC, donde ha trabajado por más de tres años.
Por Milagros Sánchez Pinell
Gracias a su formación en ingeniería y a su inclinación por el diseño, ha logrado fusionar el pensamiento lógico con la creatividad, descubriendo en la fusión de ambas áreas el camino ideal para desarrollar su talento.
Después de vivir en Caracas, Puerto Rico y Chicago, encontró en Nueva York el lugar donde podía consolidar sus pasiones y aspiraciones.
“Aquí he construido una vida que equilibra mi amor por el diseño, la exploración y el movimiento, tanto físico como intelectual”, señala.
Además de su trabajo como diseñadora senior de experiencia de usuario (UX) en PricewaterhouseCoopers (PwC), el running, el arte y la conexión con la naturaleza juegan un papel fundamental en su vida.
Su historia, marcada por experiencias enriquecedoras, comienza en Venezuela, aunque posee profundas raíces colombianas por parte de su madre y españolas por parte de su padre.
Mariana relata que creció viendo a su padre resolver problemas en su ferretería y a su madre infundir calidez en cada espacio que tocaba, aprendiendo a valorar tanto la estructura como la creatividad.
“Aprendí a encontrar belleza en la diversidad y a apreciar los contrastes, algo que hoy se refleja en mi trabajo y en mi manera de ver la vida”, afirma.
Desde pequeña, encontró en su hermano Santi un compañero de vida y una de sus mayores alegrías. Crecer a su lado le enseñó el valor de ser un apoyo incondicional y a apreciar los pequeños momentos que fortalecen los lazos familiares.
Sus abuelos, con su sabiduría y cariño incondicional, también fueron pilares fundamentales en su forma de ver el mundo.
En los últimos años, Rocco, su pastor alemán, quien llegó de forma inesperada a su vida, se convirtió en su compañero de aventuras y una “fuente inagotable de amor y lealtad”.
De niña, recuerda haber sido inquieta, curiosa y llena de energía. Organizaba viajes familiares, vendía manualidades y se convertía en guía para los más pequeños de su familia.
“Canalizar esa energía me enseñó a ser imparable y, a la vez, a entender la importancia de descansar cuando es necesario”, comenta.
Su impulso por crear y resolver problemas la llevó a estudiar ingeniería en la University of Illinois Urbana-Champaign, donde se graduó con los más altos honores.
“Me fascinaba la resolución de problemas y la idea de construir algo con impacto tangible. Sin embargo, ninguna de las especializaciones tradicionales me convencía del todo, así que creé mi propia especialización, product design and development”, explica.
De la ingeniería al diseño de experiencias
Mariana afirma que descubrir su pasión por el diseño fue un proceso gradual. Mientras estudiaba ingeniería, comenzó a interesarse por el diseño industrial, el emprendimiento y la historia del arte.
Pronto comprendió que su curiosidad iba más allá de la resolución de problemas técnicos. Ella quería diseñar experiencias que conectaran con las emociones de las personas.
“Siempre he tenido una mentalidad estructurada con un corazón creativo. Encontrar el diseño fue descubrir un lenguaje que me permitía combinar ambas cosas”, reflexiona.
Hoy, dice encontrar inspiración en el arte, la naturaleza y la arquitectura, además del movimiento del cuerpo y la interacción con el espacio.
“También me inspiran creativos que diseñan con alma, desde Henri Matisse o Santiago Calatrava hasta los artesanos que trabajan con sus manos”, menciona.
Diseño de experiencias en el mundo corporativo
Con una mentalidad inquieta y en constante búsqueda de crecimiento, la joven ingeniera exploró distintas oportunidades laborales desde la universidad, lo que la llevó a PwC, una de las firmas consultoras más importantes del mundo.
Relató que inició su trayectoria como consultora técnica, realizando dos pasantías antes de unirse a tiempo completo en 2021. Aunque comenzó en un rol técnico, pronto sintió la necesidad de explorar algo que la motivara aún más.
“Tras meses de ansiedad y un burnout terrible, supe que tenía que replantear mi carrera”, confiesa.
Fue entonces cuando descubrió el diseño de experiencia de usuario (UX), una disciplina enfocada en crear productos digitales intuitivos, accesibles y centrados en las necesidades reales de las personas.
“En mi tiempo libre, me dediqué a estudiarlo a fondo. Leí, escuché podcasts y fui absorbiendo todo sobre la disciplina. Poco a poco, me fui adentrando en el mundo del diseño, aprovechando mi conocimiento técnico para crear plataformas y productos viables”, menciona.
Como diseñadora senior de UX en PwC, su trabajo consiste en transformar procesos complejos en experiencias digitales funcionales.
“Mi rol es conectar la estrategia con la ejecución, asegurando que cada producto que diseñamos sea viable y realmente aporte valor”, explica.
Admite que uno de los mayores desafíos que enfrenta es equilibrar la innovación con la estructura de un entorno corporativo.
“Muchas veces, la creatividad debe coexistir con reglas establecidas, y ahí es donde entra la estrategia: saber cuándo empujar los límites y cuándo optimizar dentro del marco existente”, aclara.
Construyendo comunidad a través del running y el diseño
Otro aspecto de su vida es el running. Desde su llegada a Nueva York, Mariana encontró en él mucho más que una actividad física. Reconoce que correr al aire libre se convirtió en su espacio seguro, dándole el tiempo y la calma necesaria para procesar los desafíos de empezar una nueva etapa en la vida.
Inspirada por esa transformación, creó Agave Run Club, un espacio inclusivo para quienes comparten su pasión por correr. Más que una comunidad, es una fusión de bienestar, diseño y cultura latina, donde las personas pueden conectar y encontrar equilibrio en medio del ritmo acelerado de la ciudad.
“Me ha enseñado disciplina, resiliencia y paciencia. También me ha permitido explorar la ciudad de una manera diferente y conectar con personas y comunidades que, de otro modo, nunca habría descubierto”, reflexiona.
Ahora, nuestra roaring 20 se ha puesto una nueva meta que consiste en completar su primer maratón en Barcelona en marzo de 2025.
Impulsando el cambio en la educación en ingeniería
Por otro lado, como exalumna de The Grainger College of Engineering en la University of Illinois Urbana-Champaign, Mariana encontró en el programa Women in Engineering (WIE) un espacio clave en su formación.
Con el deseo de devolver lo que había aprendido, rediseñó el curso de primer año para inspirar y preparar a futuras ingenieras.
“Siempre he querido inspirar a estudiantes a seguir soñando y creando. Diseñé el curso con base en mi propia experiencia como mujer en ingeniería, junto con valiosas aportaciones de mis compañeras. Todo lo que me hubiera gustado saber al entrar a esta etapa desafiante y emocionante lo incorporé en el programa”, explica.
En tanto, su compromiso con la educación sigue vigente. Actualmente, es profesora adjunta en su alma mater, donde imparte el curso «Designing Your Phygital World«, explorando el mundo de las experiencias digitales en productos físicos.
“Ha sido una experiencia increíble poder guiar a los estudiantes en este campo que está en constante evolución, combinando diseño, tecnología e interacción humana”, dice.
A lo largo de su camino, Mariana Conde ha seguido una filosofía clara, creyendo en tomar decisiones con el corazón y en confiar en los tiempos de la vida, saltando y desarrollando alas en el camino.
“He aprendido que algunas respuestas toman su tiempo y que confiar en el proceso es parte de crecer. También he entendido que el amor, en todas sus formas, nunca es un desperdicio, sino una inversión en la vida misma” reflexiona, con la mirada puesta en nuevos proyectos creativos y la posibilidad de emprender en diseño y consultoría en un futuro.
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