21 noviembre, 2024

Marca del Mes: Jaeger-LeCoultre, trasciende los límites de la relojería

Esta marca de relojes suizos de lujo se distingue por su constante labor de innovación y creatividad.

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Preciso como todo reloj suizo, pero distinguido por su completa elaboración a mano y lujoso por lo que representa cada pieza, así se puede describir la marca Jaeger-LeCoultre.

La historia de estos relojes empezó mucho antes de que llevaran este nombre. En 1833, en el valle de Joux, en Suiza, Antoine LeCoultre transformó el pequeño granero de su familia en un taller de relojería y comenzó a crear relojes de gran precisión. Obsesionado con esto, decidió crear las herramientas necesarias para desarrollar las piezas más pequeñas a fin de producir los calibres más precisos.

En 1866, cuando la industria relojera suiza todavía estaba estructurada en pequeños talleres, Antoine y su hijo, Elie LeCoultre decidieron poner bajo un mismo techo los diferentes oficios relojeros, para fundar la primera auténtica manufactura del Valle de Joux, LeCoultre & Cie. Cuatro años después, la manufactura desarrolló los primeros procedimientos de fabricación parcialmente mecanizados para movimientos con complicaciones, y para 1888, se había convertido en la más importante de la región, debido al uso de maquinaria, su extraordinaria capacidad de producción y a que empleaba a 480 trabajadores, tanto hombres como mujeres.

En 1903, una reunión entre el francés Edmond Jaeger y el suizo Jacques-David LeCoultre, nieto de Antoine, cambió la relojería para siempre. Juntos, lograron fusionar el estilo francés y la técnica suiza, un enfoque que aún prevalece en su fábrica, conocida como la Grande Maison, y de esa unión nació Jaeger-LeCoultre.

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