Cofundó una plataforma que redefine la forma en que las personas descubren, organizan y viven eventos a través de experiencias inolvidables.
Por Milagros Sánchez Pinell
El costarricense Santiago Pozuelo se reconoce a sí mismo como un emprendedor nato, un líder por convicción y un guerrero por naturaleza.
Frente a la adversidad, jamás se detiene. Asegura que avanza incluso cuando el entorno juega en contra, impulsado por una creatividad incansable y una inquietud que lo empuja a generar un impacto real.
Es de hablar rápido, con una energía difícil de contener y un dominio absoluto del tema. Su inquietud se percibe en cada palabra, en la intensidad de su tono, en el ritmo de sus ideas y en la urgencia con la que imagina y construye.
Admite que desde muy joven mostró una energía creativa inagotable, una mente estratégica y una pasión natural por conectar personas a través de experiencias reales. Hoy, es el cofundador y CEO de Bubbl, una de las plataformas emergentes en el espacio del social ticketing y los eventos premium.
Mucho antes de convertirse en emprendedor tecnológico, Santiago ya enviaba señales claras de liderazgo. Fue presidente estudiantil del colegio Lincoln en Costa Rica y organizador de eventos.
Ese impulso lo acompañó hasta el Georgia Institute of Technology (Georgia Tech), donde estudió Ciencias de la Computación. Allí encontró el entorno perfecto para incubar, junto a su socio Gabriel Lobl, lo que se convertiría en un proyecto ambicioso: Bubbl.
Cabe destacar que, durante su etapa universitaria, también ganó experiencia profesional como pasante en el sector tecnológico. Trabajó como software engineering intern en SOIN, una reconocida empresa de tecnología en Costa Rica, donde participó en el desarrollo de una aplicación para descentralizar información médica.
Posteriormente, fue parte del Innovation Lab de NCR en Atlanta, donde participó en el desarrollo de soluciones tecnológicas para retail. Ambas experiencias reforzaron su perfil técnico antes de dar el salto definitivo al emprendimiento.
Nace una idea en tiempos de desconexión
La historia de Bubbl comienza en plena pandemia de COVID-19, cuando el distanciamiento social obligó a replantear la forma en que las personas se relacionaban.
Su cofundador explica que, con los clubes cerrados y los eventos suspendidos, muchos de sus amigos comenzaron a organizar encuentros privados.
Fue en medio de esa “nueva normalidad», donde cada grupo funcionaba como una pequeña burbuja social, que surgió la idea de crear una aplicación que facilitara justamente eso; organizar, descubrir y compartir eventos entre amigos.
“Queríamos algo más íntimo, más real. Una plataforma que además de servir para crear eventos, mostrara a qué iban tus amigos, y que te ayudará a conectar con ellos en la vida real”, recuerda.
Fue entonces cuando decidió construir la plataforma junto a Gabriel. Ambos compartían la curiosidad por crear productos digitales y asistían a clubes de emprendimiento en Georgia Tech. Bubbl fue la idea que unió sus talentos y motivaciones.
En cuanto al nombre de la aplicación, indica que nació de forma natural. En un momento en que la humanidad vivía en burbujas, tenía sentido que cada grupo o evento dentro de la aplicación funcionara como una experiencia cerrada, única y efímera.
Así, Bubbl se convirtió en una manera de capturar esos momentos sociales que son temporales, pero que valen la pena vivir.
El inicio de la burbuja emprendedora
A mediados de 2021, Bubbl ingresó a una aceleradora de startups, lo que marcó el punto de partida para convertir la idea en una empresa real.
Poco después, Santiago y su socio lograron levantar una ronda de inversión inicial de US$670.000, con el respaldo de fondos como Neo VC en San Francisco, Pareto VC en Miami y el fondo CREATE–X de Georgia Tech.
Con ese impulso, explica que comenzaron a desarrollar formalmente la aplicación. Armaron un equipo pequeño, contrataron talento, diseñaron el producto y empezaron a crecer en usuarios.
“Teníamos una visión muy clara de lo que queríamos construir. Sabíamos que esto era mucho más que una aplicación de entradas”, cuenta.
Bubbl evolucionó rápidamente. Lo que comenzó como una plataforma para descubrir eventos entre amigos, se transformó en un marketplace social que conecta comunidades a través de experiencias reales.
Aquí, los usuarios pueden encontrar eventos en su ciudad, comprar entradas, seguir a sus amigos y revivir los momentos compartidos. Al mismo tiempo, los organizadores pueden crear eventos, vender boletos o mesas VIP, hacer promociones y mantener el vínculo con su audiencia.
“El valor está en la combinación. La plataforma funciona, pero también genera comunidad. Cuando alguien compra un ticket, sus amigos lo ven. Eso crea un efecto en cadena, impulsa la asistencia y le da vida al evento incluso antes de que empiece”, señala.
Ahora, el objetivo es seguir creciendo y ampliar ese marketplace con nuevos servicios como gestión de patrocinios, contratación de artistas, alianzas estratégicas y herramientas adicionales para creadores de experiencias. Todo sin perder el enfoque social que le da identidad a la aplicación.
Un liderazgo que impulsa
Como CEO, Santiago lidera la visión estratégica, define el rumbo del producto y se encarga de asegurar que el valor que ofrecen tenga sentido real para los usuarios. Comparte con Gabriel la responsabilidad de levantar capital, pero también está al frente de las ventas y la relación directa con los organizadores.
“Mi rol es marcar el rumbo, motivar al equipo, asegurar que la visión se traduzca en decisiones claras y que lo que construimos realmente le sirva a la gente”, manifiesta.
Reconoce que parte esencial de su trabajo es sostener el proyecto en momentos de incertidumbre, mantener al equipo enfocado y transmitir confianza. Su mayor aporte, ha sido mantener firme la visión desde el inicio, incluso cuando surgen dudas.
“Crear una empresa es más que tener una idea. Hay que formar equipo, contratar, aprender a gestionar, construir producto, vender y escuchar. Todo al mismo tiempo. Es difícil, pero vale la pena”, subraya.
Actualmente, el equipo de Bubbl está conformado por ocho personas, distribuidas entre Panamá, Ecuador, India y Estados Unidos. Aunque trabajan a distancia, mantienen una cultura cercana y enfocada.
“Intentamos vernos en persona cuando se puede, pero lo importante es que todos estemos alineados con lo que queremos lograr”, dijo.
Desde su lanzamiento, la aplicación ha procesado cerca de US$4 millones y ha sido parte de más de 1500 eventos. Tiene presencia en ciudades como Miami, Nueva York, Ciudad de México y Quito, y proyecta su expansión hacia Europa.
Aunque su cofundador reconoce que aún hay mucho por construir, se siente orgulloso del camino recorrido. Para él, el éxito se mide en lograr que Bubbl se convierta en el punto de encuentro de los mejores eventos del mundo.
Admite con honestidad, que el trabajo es demandante y constante, pero es el mejor lugar donde podría estar.
“Esto es lo que me apasiona. Si mi presente fuera diferente, estaría haciendo algo en la industria de eventos, con o sin Bubbl”, dijo para finalizar.
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