• 30 diciembre, 2025

Angel Dreikha, liderazgo joven en la expansión de DRIJA

Angel Dreikha, liderazgo joven en la expansión de DRIJA

Es director comercial y de marketing de DRIJA, una empresa familiar dedicada a la fabricación y comercialización de electrodomésticos.

Por Milagros Sánchez Pinell

Ángel Dreikha nació en Venezuela dentro de una familia de origen sirio dedicada al servicio del consumidor final, un entorno que le enseñó desde temprano a observar, escuchar y entender la historia que cada cliente trae consigo.

Esa experiencia lo acompañó cuando, hace 11 años, llegó a Panamá, el país donde nació DRIJA, empresa inspirada en los valores de servicio y cercanía que su familia cultivó durante décadas en Venezuela.

Ángel, de 24 años y el menor de tres hermanos, conserva esa esencia como guía y la transforma en un estilo de liderazgo que descubre oportunidades cuando se conecta con las necesidades reales de las personas.

“Para mí, entender al cliente más que un concepto bonito, es un principio que te cambia la manera de liderar, de construir una marca y la manera de ver los negocios. Si te pones los zapatos de la otra parte, logras entenderlo y puedes tener las llaves de cualquier puerta”, afirma.

Esa visión también define su forma de crecer como profesional, ya que concibe el aprendizaje como un proceso permanente y una herramienta clave para liderar.

Recuerda que durante la pandemia de COVID-19 hizo una pausa en sus estudios formales, aunque se comprometió a mantener el aprendizaje como parte esencial de su vida.

“Ahí empezó una faceta renovada, tomé cursos, certificaciones, libros, coaching, liderazgo y todavía sigo. Para mí aprender es parte del trabajo”, expresa.

El trabajo que lidera en DRIJA

Su recorrido profesional comenzó desde lo más básico, en una etapa en la que DRIJA tenía apenas tres años y funcionaba sin estructura formal, sin equipo y con la energía de avanzar con responsabilidad y ganas.

Nuestro Roaring 20 recuerda que fue el primer empleado y realizó todo tipo de tareas, desde vender y entregar productos hasta diseñar e instalar exhibiciones, limpiar pisos de venta, acompañar a clientes y resolver situaciones en cualquier punto del proceso.

Admite que ese inicio lo llenó de humildad y disciplina y que comprendió a profundidad los procesos cuando trabajó junto a un diagramador en la creación del primer sistema de ventas de la empresa, un paso que lo acercó a la operación con una mirada integral.

En la actualidad desempeña el cargo de director comercial y de marketing, una posición que concentra la profesionalización de la marca, su posicionamiento, la expansión internacional y la estrategia comercial en cada mercado.

Se encarga de impulsar procesos, coordinar equipos y acompañar a los aliados en distintas regiones para fortalecer resultados y elevar el prestigio de la empresa.

“Me toca hacer que la marca avance, que se vea, que se venda y que se sienta” afirma, una frase que resume una responsabilidad que combina análisis, visión operativa y sensibilidad hacia quienes representan a DRIJA en cada país.

Describe su liderazgo como humano, directo y en permanente evolución. Cree en la importancia de rodearse de personas mejores que él, en saber escuchar, en aprender rápido, en corregir, en delegar y en confiar.

“Mi equipo sabe que conmigo hay claridad, acompañamiento y exigencia, pero siempre desde la intención de crecer juntos”, admite.

Para el joven empresario, el mayor desafío de liderar una empresa familiar ha sido crecer y mantener la esencia que la caracteriza, ya que este tipo de organizaciones está lleno de emoción mientras que un negocio internacional exige procesos, profesionalización y roles definidos.

“El salto más difícil fue dejar el micromanagement. Cuando empiezas sin empleados, lo haces todo tú. Soltar el control cuesta, pero es la única forma de construir algo que quede para las siguientes generaciones”, indica.

Hoy en día, DRIJA se distingue por comprender a las personas, con una visión clara de lo que busca el consumidor final y de lo que necesita el distribuidor, posicionando a la empresa como un acompañante y un aliado antes que un simple proveedor.

“Si ellos venden rápido y ganan dinero, crecen. Si crecen y les somos rentables, nos compran y nosotros crecemos también. Ese es nuestro ADN”, dice.

Un punto relevante para destacar es que las enseñanzas familiares influyen de manera directa en el liderazgo de Ángel, ya que creció viendo a sus padres atender con entrega la tienda de electrodomésticos y enfrentar cada situación con tal compromiso que incluso desarmaban un producto para facilitar un repuesto al cliente.

“De ellos aprendí que una marca se construye impulsando la rotación del inventario y acompañando al cliente en ese proceso, ya sea exhibiendo mejor el producto, capacitando a su equipo o impulsando acciones de marketing para favorecer sus ventas. Cuando tu aliado vende, tú creces. Eso me marcó”, explica.

De un legado familiar a un crecimiento internacional

Su filosofía también guía su aporte a la expansión de DRIJA en más de 11 países al remarcar que el mercado avanza cuando el distribuidor vende, por lo que prioriza la rotación, la exhibición, el apoyo comercial y márgenes saludables que permiten crecer junto al aliado.

Añade que los proyectos que lidera también alimentan su motivación, ya que siente especial afinidad por las líneas de empotrables, donde extractores, estufas y hornos reflejan la personalidad de la marca.

Además, le entusiasma ver cómo categorías estratégicas como calentadores y fregadores avanzan con fuerza en distintos mercados.

“Cada país tiene una historia distinta y me encanta adaptar la marca a cada cultura, siempre cuidando el prestigio”, manifiesta.

Para Ángel, uno de los aspectos más valiosos de su recorrido en la empresa ha sido observar cómo un proyecto que nació en una tienda pequeña en Venezuela hoy acompaña a miles de familias en distintos países de la región.

“Es gratificante ver cómo la esencia de mis padres sigue viva, pero ahora en un proyecto más grande. Al final DRIJA es mi apellido en árabe”, comenta.

Por otro lado, el éxito que hoy disfruta es el resultado de muchas horas de trabajo, decisiones difíciles y renuncias personales.

“El sacrificio más grande fue emocional, es decir, aprender a confiar. Dejar de controlar todo y creer en el equipo. Ahí es donde realmente creces como líder”, reconoce.

Tiene muy claro que liderar una marca del hogar significa asumir una responsabilidad especial porque sus productos acompañan momentos cotidianos en la vida de las familias mientras cocinan, conversan y celebran.

Finalmente, para él el éxito es continuidad porque consiste en convertir el trabajo de sus padres en una empresa sólida y preparada para las generaciones que vienen, un proyecto que entregue más estabilidad de la que recibió.

Etiquetas: electrodomésticos / Empresario / Personaje de la semana / Roaring 20

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