Son la clave para un comercio internacional más ágil y competitivo.
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En la actualidad, las mercancías viajan a una velocidad acelerada, un minuto de retraso puede traducirse en altos costos innecesarios. La logística internacional no solo depende de los medios de transporte, de los canales de distribución o del movimiento de inventarios, en gran medida, descansa sobre el buen funcionamiento de los procesos aduaneros. Allí, cada trámite, gestión o validación puede ser la diferencia entre una operación exitosa o una cadena de tiempos y demoras.
Para comprender mejor este escenario, conversamos con Camilo Paiz, Magíster en Gerencia de Comercio Internacional y Aduanas, y docente de la Facultad de Ciencia, Tecnología e Industria (FACTI) de Universidad Galileo. Según Paiz, “la aduana no debe ser vista únicamente como un eje de control, sino como un engranaje estratégico que impulsa la competitividad internacional y la logística moderna”.
En este contexto, surge una herramienta crucial: Los estudios de tiempos de despacho (Time Release Study – TRS). Esta herramienta estratégica, desarrollada por la Organización Mundial de Aduanas (OMA), permiten medir el tiempo actual requerido para el despacho y levante de las mercancías, desde el momento de arribo al punto de entrada hasta el momento de su salida, con el objetivo de identificar los retrasos en el flujo de comercio y diseñar las acciones que correspondan a cada actor para mejorar la efectividad de los procesos de despacho. Y lo más importante: ofrecen información confiable para optimizar los procesos y fortalecer el comercio internacional.
¿Qué son los ETD?
Los estudios de tiempos de despacho (ETD) son instrumentos de diagnóstico que permiten medir y analizar el desempeño de los procesos aduaneros. Su objetivo principal es identificar cuánto tardan realmente las operaciones de importación, exportación o tránsito de mercancías, y con ello identificar los puntos donde se generan retrasos.
De acuerdo con el Magíster Camilo Paiz, “estos estudios permiten que las Aduanas identifiquen dónde están los cuellos de botella en las operaciones y prioricen reformas que impulsen la fluidez del comercio”. “No se trata únicamente de medir tiempos, sino de tener un mapa detallado de los procesos, identificar pasos redundantes y fomentar la coordinación interinstitucional e intersectorial”, añade.
De acuerdo con el profesional de Universidad Galileo, los beneficios de esta herramienta son múltiples:
- Ofrecen una línea base para evaluar avances en la facilitación del comercio desde un enfoque de mejora continua.
- Permiten responder a compromisos internacionales, como el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la Organización Mundial del Comercio OMC.
- Refuerzan la confianza de inversionistas y socios comerciales al mostrar un sistema aduanero eficiente y predecible.
- Involucran al sector público y privado en la búsqueda de soluciones conjuntas.
En resumen, los ETD son mucho más que un ejercicio técnico: son un motor de transformación para la competitividad de un país.
Factores que pueden generan demoras en los procesos:
La teoría suena prometedora, pero ¿cómo se ve esto en la práctica? los estudios de tiempos de despacho implementados a nivel mundial han revelado varios factores que suelen retrasar las operaciones. Según el docente, entre los principales destacan:
- Demoras en la transmisión electrónica de información.
- Concesión de las licencias sanitarias.
- Carencia de homologación de horarios entre los actores.
- Congestión en Depósitos
- Procesos que dependen de firmas, sellos o presencia física en ventanillas.
- Variabilidad en criterios aplicados frente a los procesos.
- Procesos manuales y falta de estandarización en la validación de documentos.
- Carencia de equipamiento tecnológico y operativo para responder a los volúmenes de operaciones.
- Infraestructura física, tecnológica y vial en condiciones obsoletas.
Cada uno de estos puntos impacta directamente en la cadena logística. Como explica el docente universitario, “un minuto de retraso en aduanas puede representar costos adicionales y pérdida de oportunidades comerciales”. Por ello, los ETD no son un simple diagnóstico, sino un punto de partida para implementar cambios estructurales a través de los planes de acción que se desarrollen.
Los estudios de tiempos de despacho ofrecen a los operadores logísticos una herramienta de planificación estratégica. Con los datos que proveen, las organizaciones pueden:
- Corregir procesos internos y alinearlos con los tiempos reales del despacho.
- Calcular con mayor precisión compromisos de entrega.
- Capacitar a su personal administrativo para reducir errores.
- Implementar sistemas de trazabilidad de carga.
- Anticipar cuellos de botella en temporadas altas.
- Diseñar planes alternativos de transporte o rutas.
“Los resultados de estos estudios permiten que los operadores se vuelvan más competitivos, al optimizar sus modelos de operación porque ya no reaccionan a los problemas, sino que los anticipan”, señala el Magister Camilo Paiz. En otras palabras, convierten la incertidumbre en planeación estratégica.
Coordinación interinstitucional y tecnología: un binomio indispensable
Uno de los hallazgos más importantes de los ETD es que las demoras rara vez dependen de un solo actor. Normalmente, son consecuencia de la falta de coordinación y comunicación entre instituciones y sectores clave de los procesos logísticos.
Aquí es donde la tecnología juega un papel fundamental. Plataformas digitales, pagos en línea, firmas electrónicas, interoperabilidad de sistemas y trazabilidad en tiempo real son solo algunos ejemplos de cómo la innovación puede agilizar procesos. Pero la tecnología, por sí sola, no resuelve el problema.
El docente lo resume con claridad: “la tecnología sin coordinación genera sistemas fragmentados; la coordinación sin tecnología depende demasiado de la gestión manual. La clave está en combinar ambas”.
Esa combinación ideal se traduce en:
- Protocolos conjuntos apoyados en plataformas digitales.
- Intercambio de información en tiempo real y estandarizada.
- Decisiones coordinadas respaldadas por sistemas tecnológicos confiables.
Solo así se logra un sistema aduanero moderno, predecible y competitivo.
Formación académica para un cambio sostenible
La transformación de los sistemas aduaneros no depende únicamente de reformas legales o de inversión tecnológica; también requiere capital humano capacitado. Desde Universidad Galileo, la Facultad de Ciencia, Tecnología e Industria (FACTI) ha tomado este reto con seriedad.
Sus programas de aduanas y comercio internacional están diseñados para ofrecer a los estudiantes conocimientos aplicados, conectando el marco teórico con la práctica diaria de las operaciones. “El estudio de los procesos aduaneros no son solo conceptos, son aplicaciones reales que ayudan a los estudiantes a comprender cómo funciona la aduana en el día a día”, destaca Camilo Paiz.
“De esta manera, se forma a profesionales que no solo entienden los procesos, sino que también desarrollan una visión crítica y propositiva. Ellos serán los responsables de liderar la innovación en un campo que, a menudo, permanece invisible para la mayoría, pero que sostiene la dinámica del comercio internacional”, agrega.
La globalización exige sistemas aduaneros más ágiles, seguros y transparentes. Los estudios de tiempos de despacho ofrecen un camino probado para identificar debilidades y convertirlas en fortalezas. Sin embargo, su impacto dependerá de la voluntad integral de las partes interesadas e instituciones académicas para trabajar en conjunto.
Como concluye el Magíster Camilo Paiz, “los ETD son una herramienta dinámica que, si se utiliza adecuadamente, puede transformar no solo la aduana, sino todo el ecosistema logístico y comercial de un país”.
En un mundo donde la eficiencia es sinónimo de competitividad, invertir en procesos aduaneros modernos no es un lujo: es una necesidad.
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