Es un proceso que requiere planificación, compromiso y un enfoque estratégico.
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Por Félix Guevara, consultor certificado de familias empresarias Portafolio Corporate Solutions, S.A.
En el mundo de los negocios, el espíritu emprendedor es el motor vital que impulsa la innovación, la resiliencia y el crecimiento. Definido como la capacidad y disposición para iniciar, desarrollar y gestionar un negocio con el fin de obtener ganancias y asumir riesgos, el espíritu emprendedor es fundamental para la prosperidad económica. En el contexto de las empresas familiares, este espíritu adquiere una dimensión adicional: asegurar la continuidad y el éxito de la empresa a través de generaciones.
Las empresas familiares representan un pilar esencial en la economía global. Según el Family Firm Institute, las empresas familiares generan aproximadamente el 70% del PIB mundial y crean entre el 50% y el 80% de los empleos en la mayoría de los países. Sin embargo, las estadísticas muestran que solo el 30% de estas empresas sobreviven a la segunda generación, y un escaso 12% llega a la tercera generación. Este dato subraya la importancia de fomentar el espíritu emprendedor en las nuevas generaciones para asegurar la longevidad y el éxito de la empresa familiar.
Fomentar el espíritu emprendedor en las nuevas generaciones de una empresa familiar es un proceso que requiere planificación, compromiso y un enfoque estratégico. Aquí hay algunas estrategias clave para lograrlo:
1. Educación y formación: es fundamental que las nuevas generaciones reciban una educación sólida en negocios y emprendimiento. Esto implica estudios formales y también una formación práctica a través de la participación activa en la empresa. Los jóvenes deben ser expuestos a diferentes áreas del negocio desde una edad temprana, lo que les permitirá entender el funcionamiento integral de la empresa y desarrollar habilidades críticas.
2. Mentoría y modelos a seguir: los fundadores y las generaciones anteriores deben desempeñar el rol de mentores, proporcionando orientación y apoyo continuo. Además, es beneficioso exponer a los jóvenes a otros emprendedores exitosos, tanto dentro como fuera de la familia, para que puedan aprender de sus experiencias y aspirar a emular sus logros.
3. Cultura de innovación: fomentar un ambiente que valore y premie la innovación es crucial. Las nuevas generaciones deben sentirse libres para experimentar y probar nuevas ideas sin miedo al fracaso. La cultura empresarial debe ser flexible y abierta al cambio, permitiendo que las nuevas generaciones introduzcan su propia visión y métodos.
4. Involucramiento en la toma de decisiones: incluir a las nuevas generaciones en la toma de decisiones importantes puede fortalecer su compromiso y sentido de pertenencia. Esto también les permite aprender de primera mano cómo se gestionan los desafíos y se toman las decisiones estratégicas.
5. Creación de oportunidades emprendedoras: las empresas familiares pueden crear incubadoras internas o programas de “intraemprendimiento” que permitan a los jóvenes desarrollar y liderar nuevos proyectos dentro de la empresa. Esto además de promover el espíritu emprendedor, también puede resultar en nuevas líneas de negocio o mejoras significativas.
6. Fomento de valores y visión compartida: es vital que las nuevas generaciones comprendan y compartan los valores y la visión de la empresa familiar. Esto crea un sentido de propósito y dirección común, que es esencial para la cohesión y el éxito a largo plazo.
7. Educación en finanzas: es importante preparar a todos los miembros de la empresa familiar a tener un conocimiento solido en finanzas, ya que esto les permitirá poder proyectar, calcular los riesgos y saber determinar que inversiones son buenas para toda la familia en base a los parámetros financieros.
8. Capacitación continua: una zona de confort para los empresarios es inexistente. Este nuevo siglo demanda del constante aprendizaje en temas poco tradicionales, los cuales, al faltar vínculos en ellos, nos limitan al crecimiento personal y empresarial. El capacitarse en habilidades gerenciales no tradicionales, los convertirá en estrategas y con las herramientas necesarias para competir y continuar con el legado familiar.
Ejemplos de estas estrategias en acción se pueden ver en numerosas empresas familiares exitosas. Por ejemplo, en Grupo Bimbo, la familia Servitje ha logrado transmitir su espíritu emprendedor y sus valores a través de varias generaciones, manteniendo una cultura de innovación y expansión constante. En el caso de Lego, la familia Kristiansen ha sabido integrar a las nuevas generaciones en la toma de decisiones estratégicas, lo que ha llevado a la empresa a reinventarse y adaptarse a los tiempos modernos.
En conclusión, fomentar el espíritu emprendedor en las nuevas generaciones de empresas familiares es una inversión a largo plazo que requiere dedicación y una estrategia clara. Al proporcionar educación adecuada, mentoría, y oportunidades para la innovación y el liderazgo, las empresas familiares pueden asegurar que su legado sobreviva y prospere a lo largo de las generaciones. Como consultor en este ámbito, mi consejo es iniciar este proceso cuanto antes y con un enfoque decidido, ya que el futuro de la empresa depende de la capacidad de las nuevas generaciones para continuary expandir el sueño emprendedor de sus predecesores.