• 27 octubre, 2016

¡Ojo con su visión!

¡Ojo con su visión!

Las enfermedades de baja visión pueden limitar a las personas en la realización de tareas cotidianas y afectar su calidad de vida, así como sus posibilidades de interacción con el mundo.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de los casos de discapacidad visual se pueden prevenir o curar. Aun así, 39 millones de personas en el mundo padecen ceguera y 246 millones de baja visión severa o moderada. Entre las principales causas de la pérdida crónica de la visión se encuentran la Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE) y la retinopatía diabética, que da paso al Edema Macular Diabético.

El 80% de los casos de discapacidad visual se pueden prevenir o curar.
El 80% de los casos de discapacidad visual se pueden prevenir o curar.

La ceguera es la forma más grave de discapacidad visual y reduce drásticamente la capacidad de las personas para realizar tareas cotidianas como la lectura, la escritura, ir de compras, ver televisión, conducir un automóvil, o reconocer rostros, lo que repercute directamente en su calidad de vida.

La rehabilitación de enfermedades de la vista permite a las personas con diversos grados de discapacidad visual disfrutar de la vida, alcanzar sus objetivos y participar de manera activa y productiva en la sociedad.

La mayor parte de las enfermedades que provocan discapacidad visual y ceguera se pueden prevenir o tratar mediante intervenciones conocidas y terapias.

La baja visión y la ceguera pueden afectar a cualquier persona, en cualquier momento y a cualquier edad. Aunque la mayoría de la pérdida de visión afecta a personas mayores de 50 años, muchos jóvenes también sufren distintos impedimentos visuales.

La mayoría de personas que desarrollan baja visión, es debido a que sufren de enfermedades como la degeneración macular relacionada con la edad, la retinopatía diabética, el edema macular diabético, el glaucoma y las cataratas.

Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE)

La DMRE húmeda es una enfermedad asociada con el envejecimiento, la cual destruye gradualmente la visión central aguda que es necesaria para ver detalles.

Es una de las principales causas de ceguera en adultos de más de 50 años, y existen algunos factores de riesgo para padecerla, como lo son: tabaquismo, obesidad, presión alta y factores genéticos.

El Edema Macular Diabético es más frecuente en pacientes con un mal cuidado de la glucosa.
El Edema Macular Diabético es más frecuente en pacientes con un mal cuidado de la glucosa.

La DMRE está asociada con el aislamiento social, la depresión, el incremento del riesgo de caídas y fracturas de cadera en adultos mayores.

La DMRE no provoca dolor y su progresión varía, avanzando lenta o rápidamente, en un ojo o en ambos, mientras pasa desapercibida. Cuando presenta síntomas puede ser en forma de puntos ciegos, borrosos y oscuros, distorsión de las imágenes, dificultad para distinguir los colores y texturas, problemas de adaptación a cambios de iluminación y disminución de la percepción de profundidad.

¿Cómo detectarla? El paso más importante es ir a un especialista. El diagnóstico temprano es la mejor manera de prevenir la pérdida de visión en adultos. Entre los exámenes que el médico puede realizarle están: la prueba de agudeza visual, rejilla de Amsler, examen con dilatación pupilar, angiograma fluorescente y tomografía de coherencia óptica.

Entre las terapias disponibles para detener el avance de la DMRE están los antiangiogénicos que previenen la formación de vasos sanguíneos anormales dentro del ojo, disminuyendo el escape de líquido y evitando el sangrado. Las terapias con medicamentos innovadores como aflibercept ralentizan la progresión de la DMRE húmeda y mejoran la visión.

Un diagnóstico a tiempo es la clave para evitar la pérdida irreversible de la visión. Si se realiza a tiempo, los resultados en el mantenimiento de una visión útil son mucho mejores que si la terapia es tardía.

¡Mucho ojo con el Edema Macular diabético!

La diabetes afecta a 366 millones de personas a nivel mundial. Las personas con diabetes – tanto tipo 1 como tipo 2 – están en riesgo de desarrollar Retinopatía Diabética (RD) y Edema Macular Diabético (EMD)infografico-3-afectacion-degeneracion-macular-relacionada-con-la-edad-dmre

La diabetes es una enfermedad crónica que ocurre cuando el organismo no produce suficiente insulina, o debido a que las células no responden a la insulina producida. Aunque a los pacientes diabéticos les son prescritos medicamentos para controlar sus niveles de azúcar en sangre, existen todavía fluctuaciones que se presentan en los niveles sanguíneos de azúcar, lo cual puede causar daño a los pequeños vasos de la retina – esta enfermedad es conocida como Retinopatía Diabética dando paso al EMD que es la presencia de exceso de líquido en el área macular de la retina y puede resultar en pérdida de la función visual.

La inflamación de la mácula dificulta las tareas y funciones cotidianas, reduce la calidad de vida y presenta riesgo de problemas en la salud mental del paciente.

Los factores de riesgo para padecerla son: obesidad, tabaquismo y sedentarismo, altos niveles de glucosa en sangre, alta presión arterial (mantener la presión arterial controlada reduce el riesgo de complicaciones un 33%) y los niveles altos de colesterol y triglicéridos aumentan el riesgo de EMD dos o tres veces.

¿Cómo se manifiesta el EMD? El paciente puede presentar visión borrosa y pérdida gradual de la visión, visión de manchas, dificultad para ver de noche, entre otros síntomas, sin embargo, es importante tomar en cuenta que en algunos casos puede desarrollarse sin síntomas inmediatos y no produce dolor.

La detección temprana es la clave para preservar la visión de los pacientes afectados. Existen varias pruebas con la que el especialista determinará la condición de la vista, entre ellas están: la prueba de agudeza visual que mide la visión a diferentes distancias, el examen de dilatación de pupilas que permite examinar la retina y el nervio óptico para identificar señales de daño, la tonometría, donde se mide la presión del ojo y la angiografía con fluoresceína, esta tiene el fin de examinar las capas de tejido de la retina.

Etiquetas: baja visión / Centroamérica / cuidado de la vista / Latinoamerica

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