• 23 octubre, 2017

Industria vinícola crece como la espuma

Industria vinícola crece como la espuma

La alta demanda de vino fortalece su producción e incrementa la importación a América Central,
donde el gusto por esta bebida crece cada vez más.

Tomar vino no solo es un deleite para el paladar, sino que también su consumo brinda un estilo único que atrae a más personas. Además, como si eso no fuese suficiente, esta bebida conlleva una serie de beneficios para la salud.

Por esas y muchas razones más, la demanda de vino ha crecido en América Central, y por eso, la industria de esta bebida se ha fortalecido en los últimos años y parece no detenerse. El panorama
continúa siendo alentador.

Para muestra un botón: hace algunos años las góndolas de los supermercados exponían una variedad muy limitada de vinos; en cambio ahora, usted puede encontrar diferentes marcas, tamaños, sabores, precios y distintas zonas de producción; es decir, hay una amplia oferta de donde escoger.

El vino está asociado con el buen comer y brinda un estilo de vida sofisticado.

Y esa variedad no es resultado casual, sino de gustos más exigentes, nuevos perfiles de consumidores, mayor conocimiento de la cultura del vino y turistas que visitan la región, quienes exigen una experiencia de bebida y comida de alto nivel.

“Hace unos 25 años atrás había tres o cuatro líneas de vino: español, francés y chileno; hoy vemos una amplia diversidad de vinos. Costa Rica, por ejemplo, ha ido creciendo a un ritmo interesante
en cuanto a la importación de vinos porque depende del mercado del turismo y el turista que va de vacaciones le gusta el buen comer y beber”, comenta Jeffrey Zamora Gómez, sommelier de
Distribuidora Alpiste, en Costa Rica.

Zamora afirma que si bien ese país muestra más crecimiento, Nicaragua también está mostrando un mayor fortalecimiento de la industria del vino porque el turismo aumenta cada vez más y eso le obliga a abastecerse de variedad de bebidas, mientras que Panamá, al contar con tiendas libres
de impuestos tiene mayor diversidad y precios cómodos.

“Somos un mercado emergente para los europeos, se ve el dinamismo, nos visitan managers para dar wine tasting, porque justamente es tanto el interés por parte del latino en disfrutar el vino que hace que seamos un mercado interesante. Caso contrario ocurre en Europa, donde los jóvenes están dejando el vino a un lado porque están interesados más en la cerveza artesanal”, afirma.

Más consumo

Blanca Bustamante, subgerente de Comunicación Corporativa de Viña Concha y Toro, explica que año a año han percibido un crecimiento constante y sostenido en el mercado centroamericano
de vinos.

“El aumento en el consumo de vinos responde, principalmente, a un fenómeno que se extrapola a casi todos los mercados emergentes: hoy quienes disfrutan del vino, optan por un producto de mayor calidad y precio, transformándose en bebedores habituales que buscan una experiencia
más sofisticada. Hoy en día ya no basta con ofrecer un vino de calidad.El mercado centroamericano es muy dinámico y por ello debemos innovar y seducir al consumidor”, agrega.

Según Bustamante, en los mercados de Norteamérica y del Istmo se vieron crecimientos importantes en las ventas de Concha y Toro en los últimos años, principalmente en México y Costa Rica; este último país de la región lidera la preferencia de vino chileno por sobre otras denominaciones.

Para ella, a nivel global, el consumo de vino se ha mantenido muy estable, aunque al analizar particularmente cada mercado observan tendencias divergentes entre los tradicionales, donde el consumo de vinos per cápita ha caído, y los mercados emergentes, donde se registra un crecimiento.

“Donde sí hemos observado una tendencia favorable y un crecimiento en el consumo es en las categorías de vinos premium y superiores. Estas son las categorías más dinámicas tanto en Chile como en nuestros principales mercados”, enfatiza.

Líderes

Alberto López, fundador de Vinícola Solar Fortún, en Baja California (México), explica que en el caso de este país, la industria se ha desarrollado en las últimas dos décadas de forma importante y esto ha estimulado el crecimiento de la cultura del vino y su consumo. En esa nación, la tasa de
crecimiento anual ha sido del 30% en los últimos años.

Según López, Chile y Argentina han sido los líderes de la industria vinícola en Latinoamérica con grandes producciones de exportación y consumo interno y son los que tienen más hectáreas de vid plantadas.

La elaboración del vino conlleva un cuidadoso proceso.

Chile destaca con la variedad de uva Carmenere, Argentina con Malbec y Uruguay tiene una producción importante de vino Tanat. Brasil ha desarrollado también en tiempos recientes una industria vinícola vigorosa.

Para el experto, el aumento en el consumo del vino y el fortalecimiento de la industria se debe a que
existe una creciente conciencia en los consumidores sobre las bondades para la salud que proporciona el vino y de sus virtudes para acompañar los alimentos.

“En general, el consumidor es gente de clase media a media alta con cierto grado de educación. El
vino tinto es el más demandado, pero el interés por el blanco también está creciendo, sobre todo en
primavera y verano”, detalla López.

Consumidores diferentes

Jeffrey Zamora, sommelier, cuenta que en las décadas de 1980 y 1990, los consumidores de vino eran sobre todo señores profesionales, mayores y de cierto nivel social; hoy la edad de quienes beben vino ha disminuido, por lo que es común ver ya no solo al señor tomando una copa de
vino, sino a toda la familia, mientras conversa o disfruta una cena.

Ahora tampoco hay distinción entre hombre y mujer; antes, el consumo de vino era más exclusivo del hombre, pero actualmente ambos disfrutan de la bebida. De acuerdo con Zamora, ahora se nota más interés de la mujer, porque le permite cuidar su figura (no aporta tantas calorías como la cerveza, por ejemplo) y porque está asociado a un estilo de vida distinguido.

Zamora asevera que el aumento en el consumo se debe a una mayor publicidad acerca de los beneficios del vino para la salud, tanto así que universidades de gran prestigio en el mundo se han dedicado a dar a conocer estudios serios que muestran lo bueno que una copa de vino hace en la salud de la persona.

“También la gente ha estado más interesada en el buen comer y buen beber, además el vino genera mística y hay programas de televisión dedicados a la gastronomía que enseñan recetas de platillos que van de la mano con el mundo del vino. También hay series y películas que han influido mucho y la gente va adquiriendo nuevos patrones”, asevera.

Etiquetas: Consumo / Destacadas / vinícola / VINO

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