¿Por qué una profesional reconocida cambia la seguridad de una gran compañía para lanzarse tras su propio emprendimiento, con los riesgos que conlleva? Vanessa Palazio Argüello es el ejemplo de la soñadora exitosa.
Al final de la década de los 70 y durante los 80 una cruel guerra civil, que culminó en un proceso electoral en 1990, enfrentó a hermano contra hermano en Nicaragua.
Con la elección de doña Violeta Barrios de Chamorro como presidenta de Nicaragua, comenzó una era de paz y prosperidad en el país.
Mientras se libraban cruentas batallas, miles y miles de nicaragüenses buscaron refugio en todas las esquinas del mundo, incluyendo Estados Unidos. Mis padres, mis hermanos y yo no fuimos excepción, ya que el Gobierno sandinista expropió, sin causa alguna, todos los activos familiares.
Mi hermana Jenny y su esposo, Enrico, llegaron a Estados Unidos con tres lindos niños, un varón, Enrico, y dos bellas niñas, Francesca y Vanessa. Unieron esfuerzos, junto con mi hermano Iván, para apoyar a mi padre, Roberto J. Argüello Téfel, en la compra de dos supermercados en Nueva York que destacan por ser un exitoso negocio desde hace más de 35 años.
Jenny y Enrico se esmeraron, con un enorme sacrifico, en educar a sus tres hijos, en los mejores colegios y universidades de Estados Unidos.
Enrico hijo estudió en Colgate University y luego obtuvo su maestría en Administración de Negocios en la Universidad de Lehigh. Hoy trabaja en el negocio familiar de los supermercados.
Francesca se formó en la Universidad de Pensilvania y trabaja como vicepresidenta de Ventas para la famosa compañía italiana de modas Voga Trading, que distribuye prendas de firmas como Elie Saab, Fabiana Filippi, Blumarine y Rizal, entre otras, a cadenas de tiendas de lujo como Bergdorf Goodman, Neiman Marcus, Nordstrom y Sacks Fifth Avenue.
Vanessa y su esposo, Adam Schneider, fundaron en el 2011 Little Muenster, concepto de fast casual restaurant que a partir del tradicional sándwich americano ha creado su propio menú gourmet.
En el estudio sobre el éxito y la creación de riqueza generado por los Palazio, resalta el hecho de que esta gran familia, ya extendida por todo el mundo, cuenta con miembros en su sexta generación que son triunfadores y que, con su trabajo honesto, impactan de manera positiva en las sociedades donde residen. Este es el caso de Vanessa Palazio Argüello.
Vanessa es una de las personas más brillantes que he conocido en mi vida. Tiene una memoria e inteligencia privilegiadas y el buen hábito de estudiar y aprender siempre. Eso la ha llevado a ser una de las mejores estudiantes de su colegio preparatorio, el famoso Portsmouth Abbey, y, después, en dos de las mejores universidades de Estados Unidos: en Georgetown y en la Universidad de Nueva York, donde obtuvo su maestría.
Le llovieron las ofertas de trabajo de las empresas más prestigiosas de Estados Unidos cuando se graduó de la Universidad de Nueva York. Una de ellas, fue la de la cadena Four Seasons Hotels and Resorts, tal vez la mejor a nivel mundial en la industria hotelera.
Seguridad versus empredimiento
En nuestro análisis sobre quiénes crean riqueza en la región, nos preguntamos qué hace que una persona deje la seguridad de un trabajo en una de las mejores empresas del mundo para lanzarse a realizar un sueño empresarial que conlleva toda clase de riesgos e inseguridades. El hecho de no poder pagar la planilla cada viernes es un temor que siempre pasa por la mente de todos los emprendedores, y no se diga el poder cumplir con las obligaciones familiares, como poner comida en los platos.
Mi sobrina Vanessa es una de esas personas que decidió ser dueña de su propia empresa y, en el proceso, el amor la acompañó cuando la enamoró Adam Schneider.
La historia de Vanessa y Adam es divertida. Se conocieron cuando los presentaron unos amigos comunes y su conversación inicial fue sobre quesos. Adam invitó a Vanessa a un concurso en Nueva York sobre este producto y allí llegaron a la conclusión de que existía un nicho por explotar en aquella ciudad para vender sándwiches de queso.
El resto es historia. Los entonces novios comenzaron a trabajar en recetas y en el concepto para lanzar su primer restaurante especializado en sándwiches de queso suave americano, por eso le llamaron Little Muenster. Fue tal la popularidad que alcanzaron que han llamado la atención de cadenas de televisión y los principales periódicos neoyorquinos. Little Muenster opera en el recién abierto Financial Center de Nueva York.
El ejemplo que Vanessa muestra que los emprendedores tienen opciones. Ella dejó lo seguro para crear un concepto no existente que si en lugar de triunfar hubiera fracasado, habría acarreado la pérdida de la inversión.
Aun así, se lanzó a realizar su sueño con los pocos recursos monetarios que tenía, pero con una enorme ilusión y el apoyo de su esposo. Hoy, Little Muenster es un referente de Nueva York en sándwiches de queso y cuenta con miles de clientes.
Su porvenir es prometedor. Vanessa y Adam saben que el futuro de Little Muenster depende de continuar con su enorme éxito y seguir escalando en el negocio, ya sea con recursos propios o como franquiciadores. El éxito de esta linda pareja está garantizado.
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