29 noviembre, 2017

Conozca su salud antes de realizar ejercicio

Angie López noviembre 22, 2016

Realizar ejercicio físico o practicar algún deporte siempre será una excelente decisión. Antes de hacerlos, lo más importante es conocer cuál es su estado de salud para así elegir la actividad y la frecuencia correctas.

Muchas personas deciden de un momento a otro desarrollar alguna actividad física y eso no está mal, el peligro es que lo hagan sin asesoría o preparación y desconociendo si existen enfermedades que pueden aparecer al someter al cuerpo a un intenso ejercicio.

Para los deportistas de alto rendimiento (quienes entrenan por lo menos dos horas o más, cinco veces a la semana) deben hacerse un ecocardiograma de estrés cada dos años.

Jonathan Poveda, cardiólogo del Hospital Clínica Bíblica, comenta que lo primero es un examen físico. Que un doctor examine a la persona para determinar si se encuentra bien (presión arterial, capacidad de los pulmones de funcionar adecuadamente en reposo y las pulsaciones en reposo para descartar arritmias).

Además de ese primer chequeo, es necesario que un adulto se realice un electrocardiograma, el cual permite saber si el corazón está normal, así como un examen de sangre que confirme que la hemoglobina y que los niveles de azúcar y grasa están en el rango adecuado. Estas pruebas, en una persona sana, deberían efectuarse una vez al año.

“Si se va a realizar un ejercicio más fuerte, lo ideal es una prueba de esfuerzo, en donde se somete al corazón, por lo menos, al 85% de su capacidad total de trabajo y detecta anormalidades en las arterias coronarias”, detalla el médico.

“La importancia de que los jóvenes se hagan estos exámenes radica en que hay gente joven que tiene lesiones congénitas del corazón que pueden poner en peligro la vida cuandohace ejercicio”, afirma Poveda. En el caso de competiciones de atletismo hay quienes deciden de un momento a otro participar en una carrera y si la persona no está habituada a hacer ejercicio el riesgo de un evento cardiaco aumenta, agrega el especialista.

Los trastornos más peligrosos son las malformaciones coronarias y las miocardiopatías (enfermedades del músculo cardiaco), que pueden llevar a muerte súbita.

Donald Vega, especialista en ejercicio correctivo y acondicionamiento físico y doctor en nutrición, comenta que hay riesgos del sistema cardiovascular y urinario si se realiza un ejercicio intenso sin la preparación adecuada y desconociendo el estado de salud.

Vega explica que quienes sufren del síndrome metabólico (obesidad en la parte media del cuerpo, azúcar elevada en ayunas, hipertensión arterial, colesterol bueno bajo y triglicéridos elevados) deben realizar ejercicio solo bajo supervisión médica, así como un cambio en la alimentación.

La actividad física es cualquier cosa que implique movimiento, como limpiar la casa o caminar. Ejercicio programado es trotar, correr o hacer una rutina en el gimnasio.

Alimentación también cambia

Gabriela Soto, máster en nutrición humana y profesora de la Universidad Iberoamericana (Unibe), explica que la práctica de disciplinas deportivas genera una mayor demanda de nutrientes, sin embargo, dicha demanda no es igual para todos los deportes, por lo cual es importante asesorarse para evitar problemas en la salud y el rendimiento.

Ejercicio programado es trotar, correr o hacer una rutina en el gimnasio.

Soto cuenta que dentro de los errores que se cometen está eliminar grupos de alimentos o basar la dieta solo en uno o dos grupos de alimentos (por ejemplo, eliminar las harinas o las frutas), eliminar tiempos de comida o realizar ayunos para no subir la grasa corporal, no hidratarse correctamente o ni siquiera conocer su necesidad de líquido.

“Hay personas que tienden a aumentar el consumo de alimentos en forma innecesaria y desmedida generando más grasa corporal, o consumen suplementos nutricionales sin necesitarlos y esto podría intoxicarlos por exceso de nutrientes. Todos los alimentos son importantes”, añade.

Cereales, leguminosas frutas y vegetales deben ser la base de la alimentación. Pero esto no le resta importancia a los lácteos, carnes magras y grasas insaturadas, recalca.